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La deportista que planea nadar por todo el mundo

The New York Times

2018-08-07

En una mañana reciente, en fin de semana, el clima no estaba a favor de Jaimie Monahan. Había llovido a cántaros la noche anterior, por lo que hacía mucho viento y el oleaje era demasiado fuerte para cumplir con sus planes: un recorrido de unos veinte kilómetros desde el puente de Brooklyn hasta Coney Island.
Aunque las condiciones en la bahía de Nueva York y el océano Atlántico se calmaron una vez que salió el sol, Monahan perdió su oportunidad de entrenar para la competencia de nado Rose Pitonof, una carrera de veintisiete kilómetros que se realizará el sábado 11 de agosto. En lugar de eso, Monahan asistió a una clase de yoga en Brighton Beach, organizada por un grupo de nadadores en mar abierto, Cibbows.
“La marea, el agua fría y el agua caliente, la naturaleza, el clima: todo afecta el nado en mar abierto”, dijo.
Monahan, de 38 años, ha participado en aproximadamente 75 eventos importantes en diez años como nadadora en mar abierto, nado en hielo y nado en invierno (si contamos los eventos de menor relevancia, la cifra aumenta a trescientos), en los que ha ganado numerosos premios. Ha sido siete veces campeona nacional en Estados Unidos en nado de invierno y este año entró al Salón de la Fama del Maratón Internacional de Nado, además de que fue nombrada Mujer del Año por la Asociación Mundial de Nado en Mar Abierto en 2016 y 2017.
Por si nadar y ganar trofeos no fuera suficiente, Monahan también trabaja tiempo completo como reclutadora en Deloitte, la empresa mundial de auditoría y consultoría. Pero este agosto no hará horas de oficina. Monahan tratará de obtener el récord mundial Guinness como la persona más rápida en completar seis maratones de nado en seis continentes, en un plazo de dieciséis días. Un maratón de nado, que varía en distancia, debe ser de al menos diez kilómetros. Su primer evento de calificación será el 11 de agosto: el Pitonof, que parte de la calle 26 al este en Manhattan y termina en el muelle Steeplechase de Coney Island.
“Cuando alguien de la oficina pregunta: ‘¿qué hiciste el fin de semana?’, a veces la respuesta es que estuve nadando del otro lado del mundo”.
Más tarde ese mismo sábado, Monahan se dirigirá al aeropuerto para volar a Colombia y al siguiente evento. De ahí prácticamente tomará un vuelo tras otro para nadar en las aguas de Australia, Singapur, Egipto y Suiza.
“En realidad no me considero superatlética”, dijo Monahan. “Más bien como un pingüino; torpe en la tierra pero grácil en el agua”.
Monahan siempre ha sido nadadora (de mariposa y estilo individual en los equipos de natación del colegio y la universidad), pero su amor por el mar abierto no se convirtió en una pasión sino hasta que comenzó a entrenar para un triatlón junto con su novio desde hace 18 años, Arik Thormahlen, de 41 años y quien se dedica a recabar fondos para la salud y la educación superior.
Entonces leyó acerca de Rose Pitonof, una adolescente que nadó desde Manhattan hasta Coney Island en 1911 (el evento que lleva su nombre sigue su trayecto original), y de Lynne Cox, una nadadora que es principalmente conocida por haber cruzado el estrecho de Bering. Estas mujeres le parecieron tan inspiradoras que despertaron aún más su interés en el mar abierto. Después de participar en competencias en California y Florida como prueba, Monahan nadó los 33,3 kilómetros del canal de la Mancha, en 2009.
“Jamie tiene el amor y las ganas de Rose”, afirmó Deanne Draeger, fundadora de Urban Swim, un grupo local que organiza la competencia de nado Pitonof y otros programas de apoyo para el agua limpia. “Ambas son vivaces, encantadoras y apasionadas”.
Luego de convertirse en la primera persona en completar el reto Ice Sevens, cuyas reglas estipulan que la temperatura del agua debe ser menor a los 5 grados Celsius y que deben realizarse recorridos de kilómetro y medio en los siete continentes, Monahan dijo que necesitaba una nueva meta. Hace dos años, comenzó a planear su participación en competencias de maratones de nado.

Cuando su horario en Deloitte se lo permite, Monahan se ejercita entre cuatro y siete veces a la semana: ejercicios de alto impacto en el gimnasio, yoga y nado, tanto en interiores como en exteriores. Los fines de semana, se integra a actividades de nado en grupo o realiza actividades de nado a solas organizadas por Cibbows.
Y hay mucho que organizar. Capri Djatiasmoro, quien forma parte del consejo de Cibbows, en ocasiones debe obtener la autorización de la Guardia Costera de Estados Unidos y notificar las rutas y tiempos de inicio a la unidad del puerto del Departamento de Policía de Nueva York. Una lancha de la policía siempre los acompaña en los recorridos a nado y, según la ubicación del trayecto, también hay que notificar al Departamento de Parques y Recreación.
Durante los recorridos largos, Djatiasmoro, junto con el capitán de la lancha y Thormahlen, el novio de Monahan, se colocan junto a ella en una lancha inflable de casco rígido. Djatiasmoro afirmó que, con la ayuda de un sonar y sus dos ojos, constantemente está en busca de otras embarcaciones, motos acuáticas, basura e incluso aves.
“En ocasiones miras al cielo y ves muchas aves volando en círculo y te das cuenta de que hay muchos peces debajo del nadador, así que debes cambiar el curso ligeramente”, explicó.
Organizar los desafíos futuros ha tomado aproximadamente un año. Además de la logística de reservar vuelos y hospedaje, Monahan debe obtener el permiso de las autoridades correspondientes para nadar en aguas internacionales. Thormahlen dijo que está emocionado por probar un nuevo tipo de kayak que, inspirado en el origami, se dobla hasta formar un paquete compacto.
Viajará con Monahan en todos sus recorridos y usará el kayak para ayudarla a mantener el curso.
Además de llevar consigo ocho trajes de baño, Monahan planea llevar casi setecientos gramos de Desitin, una crema para rozaduras que se aplica sobre la piel en sustitución de bloqueador solar, así como CarboPro en polvo, un suplemento energético que bebe cada treinta minutos durante sus recorridos.
Monahan afirmó que en ocasiones canta canciones en la cabeza mientras nada, pero se concentra principalmente en la naturaleza que la rodea. Algunas veces ha escuchado los chasquidos de los delfines y una vez nadó con un pingüino en la Antártida. Las medusas y los insectos son fastidiosos, pero no deja que la molesten, ya que un estado mental sólido y la capacidad de reaccionar a cambios repentinos en el agua son importantes en el nado en mar abierto. Aunque Monahan ha dicho que no permite que la idea la consuma, ella y Thormahlen están conscientes de que hay piratas en los estrechos de Malaca y Singapur.
Monahan destinará dos semanas de sus vacaciones para esta próxima aventura.
“Es gracioso cuando alguien de la oficina pregunta: ‘¿Qué hiciste el fin de semana?'”, comentó, “a veces la respuesta es que estuve nadando del otro lado del mundo”.

Por el récord
Proyecto: Récord mundial Guinness a la persona más rápida en completar seis maratones de nado en seis continentes
Ubicación: Nueva York (de Manhattan a Coney Island); Colombia (isla Tierra Bomba en el Caribe); Australia (de la playa Bondi a la bahía Watson en el Pacífico Sur); estrechos de Malaca y Singapur; Egipto (el golfo de Áqaba, en el mar Rojo); Suiza (de Lausana a Évian-les Bains por el lago Lemán)
Lo planea desde: 2016
Costo: Aproximadamente 12.000 dólares
Mayores obstáculos: Clima, temperatura del agua, fauna, piratas

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