Associated Press
2016-06-29
Omaha, Nebraska— Michael Phelps tocó el muro y luego dio un giro para ver su tiempo.
El número no fue realmente importante.
Lo único que importa es el número 5.
Phelps se convirtió en el primer nadador en calificar para su quinta Olimpíada con una victoria en los 200 metros de mariposa en las competencias de natación de Estados Unidos que se llevaron a cabo este miércoles por la noche, otro enorme hito en el agua que es aún más significativo tomando en cuenta lo que ha sucedido fuera de la piscina.
Un segundo arresto por conducir en estado de ebriedad, una revaloración de su vida, un matrimonio apresurado y su primer hijo.
El pequeño Boomer de 7 semanas de edad estaba en brazos de su madre en el Centro CenturyLink, cuando Phelps logró una victoria que significó mucho más personalmente que todos los triunfos que tuvo anteriormente.
El atleta más condecorado en la historia de las Olimpíadas, aseguró su participación en Río de Janeiro.
“Después de todo lo que pasó, poder regresar ha sido probablemente lo más difícil que cualquier competencia que haya tenido en mi vida”, dijo Phelps.
“El poder terminar como yo quería es muy importante para mí. Lo que quería hacer es estar en este equipo”.
Aunque no fue el único que sintió que logró redimirse un poco.
Missy Franklin consiguió una de sus actuaciones más valientes de su carrera al ganar un lugar para Río de Janeiro en los 200 metros estilo libre.
Una noche después de haber tenido problemas para llegar en séptimo lugar en los 100 metros de brazada de espalda –una competencia que ganó hace cuatro años en Londres– que estuvo llena de especulación de que había sido muy presionada para que calificara en cualquier competencia individual para estos juegos olímpicos.
La misma Franklin pareció que se sentiría más feliz en el equipo como nadadora de relevos.
Pero resulta que tendrá más cosas de qué ocuparse en Brasil.
Mientras que Katie Ledecky logró una victoria en los 200 metros estilo libre, logrando competir por segunda ocasión en un evento individual en las Olimpíadas, Franklin quedó rezagada en la segunda mitad de la competencia, llegando en segundo lugar.
Todd Schmitz, el entrenador de Franklin, cerró los puños a manera de celebración y bajó los escalones de la arena para felicitar a su alegre nadadora, una de las estrellas más importantes de los Juegos Olímpicos de Londres.
Finalmente, tuvo una razón para sonreír.
“Anoche fue muy difícil y traté de recuperarme, me dije; “Aún no me doy por vencida de seguir luchando y sigo creyendo en mí”, dijo Franklin.