Luis Rodrigo Gómez / Agencia Reforma
2016-06-28
Ciudad de México— Con dinero, constancia, trabajo y pasión, Islandia se ha convertido en una nación muy futbolera.
Aunque sorprende que un país con apenas 330 mil habitantes –el más pequeño que participa en un torneo grande– esté clasificado a cuartos de la Euro 2016, al analizar el proyecto se responden muchas preguntas.
Islandia tiene uno de los sistemas educativos más avanzados del mundo. Su población está alfabetizada en un 99 por ciento. La mayoría de las escuelas son públicas y todos tienen obligación de estudiar de los 6 a los 16 años.
Con esa misma dedicación y disciplina, con el dinero que reciben de la UEFA todos los países afiliados más una contribución gubernamental, en 2001 se creó un programa de desarrollo del futbol. Real, sin grandes salarios ni grandes oficinas, todo para el juego.
“Parte del verdadero éxito aquí en el más alto nivel es que tienen entrenadores bien educados y los jugadores inician a los cinco o seis años”, explicó uno de los dos seleccionadores, el sueco Lars Lagerbäck, al diario The Guardian.
“El sistema es muy bueno. Puedes ver que realmente potencian el desarrollo de jugadores talentosos en los clubes”.
El país tiene unos 600 entrenadores calificados, 400 de ellos con al menos una licencia B de la UEFA, una antes de la que se necesita para dirigir, por ejemplo, un club de la Premier inglesa.
“Aquí necesitas una licencia B de la UEFA para dirigir jugadores a partir de los 10 años y una mitad de licencia B para dirigir a menores de 8 años”, explicó el presidente de la Federación (KSI), Dagur Sveinn Dagbjartsson.
“Incluso si empiezas a entrenar a los 4 años tienes un entrenamiento de calidad. Cada entrenador de Islandia recibe sueldo, no existen amateurs. Cada niño paga una anualidad y puede entrenar con un club profesional”.
Así, de pronto un país como Islandia tiene poco más de 21 mil 500 jugadores profesionales, es decir, el 6.5 por ciento de la población total. En México, por ejemplo, hay 324 mil 595 profesionales, o sea, el 0.3 por ciento de los habitantes del país.
Breidablik, su Masía
Con un modelo similar a La Masía del Barsa, el Breidablik es el club más grande de Islandia -cuenta con deportes como futbol, basquetbol, danza o natación- y con el mejor sistema de desarrollo de menores. Se ubica a las afueras de la capital Reykjavik.
Dadi Rafnsson es el director de la academia y su labor no concluye sólo en la formación de talento hasta que se van del club, sino más allá. Por ejemplo, visitó a la joya del futbol islandés, Gylfi Sigurdsson, cuando culminaba su fase de desarrollo en el Reading inglés.
Como Sigurdsson, Sverrir Ingi Ingason, Alfred Finnbogason o Jóhann Berg Gudmundsson surgieron del Breidablik y ahora representan a Islandia en la Euro. Ninguno juega más en su país.