Agencia Reforma
2016-03-05
Ciudad de México– El actual alcalde de Cuernavaca y exjugador de las Águilas del América participó 37 minutos en el cotejo sostenido entre el equipo de Coapa y Morelia, que ganó el equipo local por marcador de 4-1, disputado en el Estadio Azteca.
Fueron minutos de creatividad, genialidades y picardía por parte de Blanco.
Cuauhtémoc Blanco se despidió vistiendo los colores del América, haciendo gala de sus genialidades y por poco sale en hombros, porque mandó dos tiros que llevaban destino de gol.
Primero el esférico pegó en el travesaño al minuto 6, luego con un disparo de media distancia puso de pie a los más 80 mil asistentes en el Coloso de Santa Úrsula. Hoy todo el equipo jugó para él.
Oribe Peralta limpió la zona y se la dejó en corto para el remate, que no pudo concretar.
Luego de 36 minutos el gol se le negó, el tiempo se fue volando, no desmereció en la cancha porque hasta un pique se aventó y, aunque se quedó sin aire, le inyectó vida al América.
No podía irse sin ejecutar la “cuauhteminha”, aquella jugada que patentó en su carrera y el americanismo deliró en la tribuna.
El público quería que siguiera, pero en la línea de banda ya lo esperaba Darwin Quintero para ingresar al minuto 37, en cuanto se encaminó hacia su destino, la ovación estalló en la tribuna con un “Oé, oé, oé, Temo, Temo”. Recibió abrazo de Oribe, del árbitro Roberto García, de Carlos Morales y cuando llegó a la banca, el técnico Nacho Ambriz también lo felicitó.
Tras su salida vino lo mejor para el América, a los que dejó prendidos e inspirados, llegaron los goles de Oribe y Darwin. El “Cepillo” aprovechó para ir a la banca a rendirle pleitesía al hombre leyenda.
En el descanso se le honró con la camiseta de homenaje, perfectamente enmarcada, la charola conmemorativa con un ¡Gracias!, y el “Temo” tuvo que enjugar una lágrima, antes de dar la vuelta olímpica.