Agencias
2015-11-29
Leverkusen, Alemania.- Javier Hernández tiene el don de la terquedad. Corre, se cansa de fallar, pero no para de intentarlo. Hay días que encuentra recompensa.
Cuando la suerte o la letalidad no le alcanza, su carácter necio lo saca a flote a él y a su equipo como este domingo. Una jugada suya provocó un autogol para que el Bayer alcanzara el empate 1-1 ante el Schalke 04.
“El Chicharito” encontró la forma de ponerse de frente al portero del Schalke 04, como pocos delanteros en el mundo pueden hacerlo. Sin embargo, las tres oportunidades las desperdició también como suele ser su característica. Cuando el delantero tricolor se para con el pie izquierdo, nada lo endereza.
Pero la noche de este domingo echó mano de su tenacidad. Su mente le indica que no deje de ir en la búsqueda del gol, pese a que su cuerpo encuentra la frustración de los fallos. Y, de pronto, la fortuna se pone de su lado. El Bayer caía por el gol de Eric Choupo Moting (50') y Hernández, en una acción de esas que tiene patentadas, le dio un punto a su club.
Luego de mandar demasiado cruzados dos remates al 44' y 55', Hernández pidió la pelota. La recibió como pase filtrado y el mexicano se enfiló a línea de fondo. Mandó una diagonal hiriente que terminó por pegar en la cara del zaguero rival, Sascha Riether (85') para que se decretara la paridad.
El frío que se sentía en la Bayarena se rompió. El grito de gol despertó del letargo a los aficionados locales, cuyos rostros eran azotados por el viento gélido de la ciudad. Las gargantas se quedaron al descubierto y las narices dejaron sus escondites para corear el tanto creado desde los botines del impredecible “Chicharito”.