Deportes

Es niño de 10 años prodigio de ajedrez en EU

Associated Press

2015-11-24

Greenwich, Connecticut— A sus 10 años, Maximilliam Lu es el maestro ajedrecista más joven de Estados Unidos. Aun así, cree que hay espacio para seguir mejorando.
La distinción de ser un maestro nacional pertenece a menos del 2 por ciento de los miembros de la Federación Estadounidense de Ajedrez y se obtiene al acumular por lo menos 2,200 puntos en diferentes competencias. Es una rareza entre los niños, pero Lu no le da importancia, al reconocer que tiene que mejorar su fin de juego.
“Está bien. Tengo que mejorar otras cosas”, indicó durante una entrevista reciente.
Max, que juega de 45 minutos a una hora diaria, y de una hora a dos los fines de semana o antes de un torneo importante, empezó a jugar ajedrez en un programa extracurricular cuando tenía 6 años y ha participado en torneos en Toronto, Sudáfrica y Dubái, y representó a Estados Unidos en Grecia este mes.
Ascender en las clasificaciones ha sido difícil, reconoció. En partidas con competidores cada vez más complicados, los rivales ambiciosos siempre “van detrás de ti”, indicó.
Max se convirtió en el maestro ajedrecista más joven en septiembre cuando tenía 9 años, 11 meses y 2 días, de acuerdo a la Federación. Superó el récord obtenido en 2013 por Awonder Liang de Madison, Wisconsin, quien fue el maestro más joven a los 9 años, 11 meses y 15 días.
Los jovencísimos ajedrecistas son ahora más inteligentes que en el pasado, en parte debido a las partidas por Internet que les permite a los competidores practicar a solas, y a la labor de escuelas, clubes y otros grupos al atraer más jugadores, señaló Jean Hoffman, directora ejecutivo de la Federación Estadounidense de Ajedrez.
Para los padres de Max, el apoyar el interés de su hijo no es muy diferente a lo que hacen los padres con hijos involucrados en el futbol, lo que significa viajar de un certamen a otro.
“Nosotros no lo planeamos”, comentó el padre David Lu. “Simplemente se dio”.
Una perspectiva adulta también hace la diferencia. Lu señaló que ayuda a su hijo con los “aspectos psicológicos” del ajedrez, o manteniendo un equilibrio “entre verse mentalmente fuerte entre perder un partido y regresar para disputar otro juego”.
Si no se aborda adecuadamente, la competición del ajedrez puede ser “algo con mucha presión”, reconoció David Lu.
Ian Harris, director del Club de Ajedrez del condado de Fairfield en Norwalk, y Bryan Quick, director ejecutivo del club Marshall en Nueva York –sitios frecuentados por Lu– aseguran que esta disciplina ha tenido una explosión en su popularidad durante la pasada década, particularmente entre los jovencitos.

X