Associated Press
2015-10-12
Nueva York.- Los Mets se tomaron revancha de Chase Utley de manera despiadada.
Yoenis Céspedes disparó un descomunal jonrón de tres carreras y Curtis Granderson produjo otras tres con un doble para que Nueva York derrotase ayer 13-7 a los Dodgers de Los Angeles, con lo que tomó ventaja 2-1 en la serie de playoffs de la Liga Nacional.
Luego que su manager Terry Collins les pidiera que jugaran “con rabia” pero también “con la cabeza fría” tras perder a su torpedero, los Mets establecieron un récord de carreras de la franquicia en la postemporada al darle la vuelta a un déficit madrugador de tres anotaciones, poniéndose a una victoria de acceder a la Serie de Campeonato.
La antesala del primer juego de postemporada en la historia del Citi Field estuvo marcada por toda la expectativa generada sobre Utley, el infielder de los Dodgers, cuyo brusco deslizamiento en el segundo juego para evitar un doble play, acabó fracturándole la pierna derecha al campocorto de los Mets Rubén Tejada.
Utley fue suspendido dos juegos por Grandes Ligas tras determinar que la embestida fue ilegal. Luego de que se apelación no pudo ser tramitada a tiempo, Utley quedó habilitado para jugar.
Pero el manager de los Dodgers Don Mattingly se inclinó por Howie Kendrick como titular en la segunda base, pese a que Utley contaba con mejores antecedentes al bat contra el as de los Mets Matt Harvey.
El momento más esperado del juego fue la presentación de jugadores, en particular la de Utley. Pareció durar una eternidad el momento en que los fanáticos de Nueva York desataron su ira con un ensordecedor abucheo contra el nuevo enemigo número uno, que en todo momento permaneció impasible. Varios espectadores llevaron carteles con el rostro de Utley como diana para lanzar dardos.
Utley no tuvo participación en el encuentro.
Cuando le tocó la presentación a Tejada, la reacción fue diametralmente opuesta: fue el Met más ovacionado. Tras caminar al terreno ayudado por un bastón, el panameño se llevó la mano al pecho en señal de agradecimiento.
La tensión del momento se intensificó cuando el inicio del juego tuvo un atraso de aproximadamente cinco minutos. ¿El motivo? El teléfono del bullpen de los Dodgers no funcionaba.