Associated Press
2015-08-31
Arlington, Texas.- El mariscal de los Vaqueros Tony Romo practicó ayer, con su ojo izquierdo en mejor forma después de una infección ocular que lo alejó de las prácticas por un día a inicios de los campamentos de prácticas hace un mes.
No parece que se perderá acciones importantes por una infección menor, particularmente considerando que una vez terminó un partido con costillas fracturadas y un pulmón perforado. Pero genera algo de curiosidad.
“Creo que hay algo raro porque regresa”, comentó el entrenador Jason Garrett. “Pero estará bien”.
Romo no jugará de nuevo hasta el primer partido de la temporada regular el 13 de septiembre contra los Gigantes de Nueva York luego de lanzar para dos anotaciones en la derrota de pretemporada ante Minnesota por 28-14 el sábado. En el último partido de exhibición el jueves en la noche contra Houston sólo jugarán los reservas.
Pero es seguro que Romo de 35 años no necesitará de un período de recuperación.
“Todos sabemos que es fuerte”, señaló el reserva Brandon Weeden, que salió de un partido la semana pasada por una contusión aunque se contempla para el juego con los Texanos. “Así que creo que podrá con una ‘perrilla’ en su ojo”.
No es nada probable que afecte su visión, aseguró el doctor Sai Chavala del Centro de Ciencias de la Salud en la Universidad de North Texas. Aclaró que el único problema sería si la perrilla crece y afecta al globo ocular.
“Sería muy muy improbable”, señaló Chavala, oftalmólogo en el Instituto de Investigación Ocular en North Texas y Centro de Retina de Texas. “Definitivamente diría que usualmente no, eso no pone en riesgo a la visión”.
Una perrilla –también conocido como orzuelo– se desarrolla cuando la glándula sebácea que humecta al ojo se tapa debajo del párpado y el sebo se infecta. Chavala señala que los afectados pueden tener una recurrencia una vez que han tenido una perrilla. El mejor tratamiento para evitar una recurrencia es lavarse el ojo cuidadosamente con champú para bebé.
“Diría que es un problema muy común”, comentó Chavala. “Es uno de los problemas de los ojos más comunes con el que se encuentran los especialistas”.
Romo aseguró después del partido contra Minnesota que planeaba ver a un oftalmólogo esta semana, y sugirió que se retiraría la perrilla. Chavala indicó que esta opción consiste en un pequeño corte en el área y el dolor se mitiga con un analgésico. El corte drena el área infectada, y un antibiótico es generalmente empleado para tratar igualmente la infección.
El ojo ciertamente no fue un problema para Romo ante los Vikingos. Después de tan sólo tres centros recibidos en los dos primeros juegos, terminó 5 de 8 para 88 yardas, incluyendo una anotación de 60 yardas a Terrance Williams.