Agencia Reforma
2015-08-04
Buenos Aires, Argentina— El David mexicano alista su honda y su piedra para acabar con el Goliat argentino y conseguir la primera Copa Libertadores para México.
Fundado el 25 de mayo de 1901, River Plate es el máximo ganador de Ligas argentinas con 36, a las que se suman 2 Copas Libertadores, una Intercontinental, una Copa Sudamericana, una Interamericana, una Recopa Sudamericana, entre otros tantos trofeos.
Del Millo surgieron figuras como Alfredo Di Stéfano, Enzo Francescoli, Ángel Labruna, Daniel Passarella, Ubaldo Fillol, Ramón Díaz, Amadeo Carrizo, Javier Mascherano, Pablo Aimar, Ariel Ortega, Américo Gallego, Radamel Falcao, Gonzalo Higuaín, entre tantos más.
Es un club que cuenta con 121 mil socios, el que más tiene en América y el sexto del mundo. El escenario es el Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti, inmueble inaugurado el 26 de mayo de 1938, es casa también de la Selección de Argentina y tiene una capacidad para 65 mil aficionados. Fue sede de la final de la Copa del Mundo 1978, 2 finales de Copas América, 5 finales de Libertadores -sin contar la de hoy-, 1 Copa Interamericana y 2 Copas Sudamericanas, entre otros muchos eventos.
Y ahí va Tigres, los EuroTigres. Equipo formado al entero antojo de Ricardo Ferretti. Trabajado, disciplinado, talentoso y, sobre todo, ambicioso. El reforzado plantel felino, que cuenta con los recién llegados André-Pierre Gignac, Javier Aquino y Jürgen Damm, ya era de por sí un cuadro durísimo.
A pesar del poderío de Goliat, este David no se ve tan chico. La historia, la camiseta, el estadio, nada intimida a Tigres.
“Nosotros vamos a entrar al juego con mucho respeto, pero sin miedo”, afirmó ayer el “Tuca”.
“Como dijo Passarella, ‘el estadio no cuenta’. La gente apoya, grita, presiona, pero en este grupo y en este deporte, el que no esté acostumbrado a vivir bajo presión, pues no lo puede practicar, esto es una constante de nosotros, vivir bajo presión”.