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Superhéroe del ring

Cynthia Camacho / El Diario

2018-02-14

Para encontrar superhéroes, no hay que irlos a buscar en los cómics, cuando aquí en Ciudad Juárez existen personas que con su trayectoria profesional y personal, nos hacen creer en un mundo mejor, de lucha y superación.
La ciudad tiene sus propios héroes, muchos de ellos en formato de ídolos del ring que hicieron y siguen haciendo historia.
Este domingo 18 de febrero, un nuevo capítulo en la historia del luchador Rocky Star se escribirá con una lucha homenaje en la que participarán estrellas de la AAA, y se recordarán momentos clave de su trayectoria.
Mientras la fecha llega, Federico Ramírez Ibarra, alias Rocky Star sigue ejerciendo su profesión de licenciado en optometría, carrera que estudió mientras ascendía en el mundo de la lucha libre en la década de 1980.
Federico se encuentra emocionado y a la expectativa por lo que se vivirá en el Gimnasio Municipal este domingo. Gustoso, hace un espacio en su lugar de trabajo para recordar su trayectoria.

Inquieto desde chiquillo
Rocky Star viaja al pasado y recuerda que desde su juventud fue muy inquieto. Practicaba el basquetbol y empezó con el box amateur, donde se quedó por dos años.
“Yo trabajaba como cajero en la carnicería Del Bosque en Mariscal y Vicente Guerrero. Ahí trabajaba como carnicero un luchador que se llamaba El Puma, él presumía mucho que luchaba, me invitaba y yo le decía: ‘No, estás loco’, no es para mí eso”.
Federico Ramírez Ibarra era un peso Welter natural de 68 kilos. Ganó dos torneos de Guantes de Oro y al empezar el tercero, su peso subió a 73 kilos.
Siguió entrenando e insistiendo en el boxeo, pero también seguía recibiendo invitaciones para entrenar lucha libre, hasta que cedió y en 1978 empezó.
“Mi intención era aprender Lucha Libre, no luchar, así estuve dos años con mi maestro en aquel entonces El Avispón Verde, Polito Valadez  Ese señor me enseñó todo lo que él sabía, que se lo agradezco mucho. Ahí comenzamos a entrenar”.
Todos los días al concluir su turno en la carnicería a las 7:00 de la tarde, Federico entrenaba hasta la 1:00 a.m. y así fue durante dos años.
En sus planes no figuraba ser luchador. Entrenaba para aprender a defenderse, y a neutralizar a un oponente en caso de ser necesario.
La inquietud por el cuadrilátero pudo más y empezó a luchar en la desaparecida Arena México, cuna de muchos luchadores de antaño. La famosa arena de la calle Carlos Amaya en colonia Josefa Ortiz de Domínguez fue semillero de gladiadores como El Cobarde, Fishman, El Impostor, Legendario, El Marqués, entre muchos otros.
“En esa época yo recuerdo que ellos se estaban retirando a la Ciudad de México, ellos se iban y yo llegaba”.

Nace Rocky Star
Para un joven novato y con sueños de grandeza, la lucha libre no es un terreno fácil. Federico se impuso a base de golpes, de saber meter las manos y darse a respetar.
Aprendió estos principios durante sus entrenamientos de box, donde fue sparring de boxeadores profesionales que le enseñaron a defenderse.
“Cuando yo entrenaba salió la película Rocky. Me empezaron a decir así por mi compañero El Puma. Ya cuando entrené lucha libre me seguían diciendo El Rocky, de ahí surgió la idea de entrenar y me dice el Avispón: ‘cómo te vas a poner?’, yo le contesté: ‘El Rocky’. Sí, respondió él, ¿pero qué más? , pues le ponemos ‘Star’, y de
ahí surgió ese nombre.
Su máscara es diseño original de El Maistro, un costurero que a la fecha se dedica a confeccionar trajes y uniformes deportivos, y en ese tiempo diseñaba equipos de lucha libre.
“Me ofreció el equipo ‘es original, te lo vendo’. Al principio no me gustó porque tenía la máscara destapada en la parte superior de la cabeza que fue muy significativa, rompimos paradigmas. Yo no quería luchar, pero me convencí y subimos con esa máscara que nos ha dejado muchos buenos sabores”.

La primer lucha
Su lucha debut fue contra un luchador olímpico llamado Furia Roja, y también enfrentó a Máscara Negra, un luchador de antaño que era la prueba de fuego para cualquier gladiador.
“Luchar contra él era lastimarte, era muy celoso, si no sabías te lastimabas. Gracias a Dios me fue bien porque sabía meter las manos”, recuerda con una carcajada.
“En conocimientos en lucha grecorromana olímpica me llevaba de calle, el señor sabía luchar, pero yo sabía boxear. Con muchos compañeros de la lucha profesional me pasó igual. Nos fue bien en esa primer lucha”.

Su ingreso a las grandes ligas
Tras entrar a suplir en una lucha a Magia Blanca, una figura de 1.80 metros de estatura que recibió una golpiza en la primer caída, Rocky empezó a ganar notoriedad y también rivalidades.
Empezó a ganar cabelleras a Balam, al desaparecido Canelo Villela, pero su despegue definitivo llegó cuando le ganó la cabellera al Chino Show que venía de la Ciudad de México.
“Medía 1.80 metros y pesaba como 120 kilos para 75 que yo pesaba en ese tiempo. Él traía dientes metálicos y me hizo una mordida en la frente que duré 15 días con derrame”, dice Federico señalando una visible cicatriz en su frente.
“Esta otra me la hizo Sangre Chicana”, dice y señala su nariz.
Posteriormente hizo mancuerna con el Gallo Tapado contra los famosos Escorpios y
vinieron encuentros con grandes leyendas de la lucha libre en México, como Doctor Wagner, Fishman, TNT, Ray Mendoza, Cory Guerrero, el Santo, Solitario, y Huracán Ramírez. Se había convertido en un ídolo del ring.

Los fans no perdonan
A Federico le enorgullece relatar uno de sus peores momentos no por masoquismo, sino por la lección que aprendió.
“Yo no sabía la importancia que teníamos en la gente, no sabía realmente. Me acuerdo que subí contra Sangre Chicana, luchadorazo, una personalidad bárbara. Subimos al ring, llega y me sorprende; la primer caída me puso una zapatiza tal que la gente se enojó no con él, conmigo y me empezaron a abuchear.
“Toda esa gente se me volteó porque no querían que me dejara, tenía que defenderme”.
Luego de perder esa lucha, a Rocky Star lo abucheaban a donde quiera que se presentaba.
“Hubo un momento en el que me sentí frustrado y me pregunté: ¿Qué estoy haciendo yo aquí?, están locos, yo ya me voy. Yo no estaba preparado para el monstruo de las mil cabezas”, dice en referencia al público.

Venció al ‘Monstruo de las mil cabezas’
“En ese tiempo estaba en la universidad y hablé con mi esposa y le dije: sabes qué?, ya me voy. Pero dije: ‘voy a resurgir’ y gracias a Dios, a entrenar y hacer nuevos movimientos y enfrentarse a un TNT, una bestiota así grandota en un mano a mano, era aventarte entonces era cuestión de ser más profesional, ser más capaz”.
Lo más importante es que esa racha de desprecio por parte de sus seguidores lo enseñó ver más allá de lo que tenía y a vencer, como él dice, al ‘monstruo de las mil cabezas’.
Perdió su máscara ante Cinta de Oro en 1987.
“Ese día lloraron muchos niños y yo también lloré en el vestidor, porque había desenmascarado a mi amigo, no sólo al gladiador”, confesó Sergio Aguirre en una entrevista, mejor conocido como Cinta de Oro, quien falleció en marzo del 2016.
En 1988 vino la revancha y Rocky Star le ganó la cabellera a Cinta de Oro.

El segundo y el tercer aire
Rocky Star no se ha retirado de manera oficial. A la fecha, la gente que lo reconoce en la calle lo saluda con cariño o se han convertido en sus pacientes.
Recién acaba de librar una difícil lucha que lo mantuvo alejado de su profesión de optometrista durante un año.
Perdió la visión de uno de sus ojos. Los vasos sanguíneos que van hacia el nervio óptico colapsaron y le provocaron la pérdida de la visión.
Con terapias, tratamiento y vitaminas, Federico venció a la enfermedad, a la depresión, recuperó la visión y se reincorporó a su trabajo.
Actualmente corre cinco kilómetros diarios y se prepara para un eventual regreso a los cuadriláteros en preparación para una despedida.

Su mensaje
Federico Ramírez es padre de dos hijos, Edgar Omar de 37 años, licenciado en derecho, y Karina de 30 años, licenciada en Optometría.
“Estas palabras siempre las he dicho de todo corazón primero por ser padre, porque nos preocupamos por nuestros hijos y queremos lo mejor para ellos (se aclara la garganta). Papás: cuiden a sus hijos, incúlquenles un buen deporte, cualquiera que les guste, descubran el que les guste, y traten de llevarlos siempre por el mejor camino”.

¿No lo conoces?

Nombre: Federico Ramírez Ibarra
Lugar de nacimiento: Ciudad Juárez, Chihuahua
Fecha de nacimiento: 29 de marzo de 1957
Edad: 60 años
Profesión: Licenciado en Optometría por la UACJ y luchador profesional
Su alias: Rocky Star
Su máscara: El diseño era de agujeta, color azul con la parte superior al descubierto, dejando salir su cabellera de la parte superior de la cabeza, con dos estrellas blancas en los ojos y un orificio a la altura de la boca que le llegaba hasta la barbilla.
Sus números:
En su carrera ganó 24 máscaras y 15 cabelleras. Ganó cabelleras a grandes luchadores como Chino Show, Negro Casas, La Fiera y Coloso Colosseti.

Su llave letal:
La quebradora era la llave que aplicaba y con la que ganó sus mejores batallas.

 
Lucha Libre AAA Homenaje a Rocky Star
18 de febrero
5:30 p.m.
Gimnasio Municipal Josué Neri Santos
Boletos: 800, 750, 700, 650, 600, 500, 400, 350, 300, 250, 106, y 105 pesos
A la venta en Don Boletón, www.donboleton.com y en taquilla el día del evento. 

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