Vamos

Ármate de un escudo

Fernanda García/El Diario

2017-04-20

 Los problemas de salud relacionados con la alimentación siempre  se asocian directamente con pacientes que viven con sobrepeso u obesidad, pero en la realidad de la consulta se puede observar que actualmente personas jóvenes y con peso aparentemente normal pueden presentar alteraciones en  estudios de sangre, dentro de los marcadores de colesterol y triglicéridos. Es decir, todos y todas las pacientes podrían tener riesgo de padecer dislipidemias (aumento en niveles de colesterol y triglicéridos en sangre), este riesgo asociado a sus hábitos de vida y no así a su complexión física.
Tener aumento en los niveles de colesterol y triglicéridos se vincula directamente con el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, como por ejemplo la hipertensión, accidentes cerebrovasculares y aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un infarto. Este padecimiento no presenta síntomas determinantes o muy notorios por lo que podría pasar desapercibido, la manera de detectarlo es realizar un examen de sangre de manera regular y periódica, una vez al año si todo sale bien o cada 3 a 6 meses si hay algo que tratar. Dependiendo de la severidad del aumento en los niveles se decide el tratamiento, puede ser nutricional o médico-nutricional, en cualquiera de los casos el cambio de estilo de vida es la clave para controlarlo. La evolución de estos valores se da de manera gradual, es decir no se alteran de un día a otro, más bien obedecen a una tendencia marcada en tus hábitos diarios, es por eso que llevar una vida saludable es lo ideal.
Más importante que poder controlarlo, es la prevención, por eso debes saber qué comportamientos y hábitos alteran los resultados y ponen en riesgo tu salud:

Consumir grasas saturadas: este tipo de grasas se encuentran principalmente en los alimentos de origen animal, como la carne roja, mantequilla, lácteos, etc. además en productos de origen vegetal como el aceite de coco, que aun cuando tenga atributos positivos, también cuenta con una carga considerable de grasas saturadas por lo que debes usarlo con moderación.

No consumir suficiente fibra: agregar cereales integrales, verduras y frutas a tu alimentación diaria es una excelente idea, todos estos productos son ricos en fibra, misma que ayudará a atrapar el exceso de colesterol y ayudarlo a salir de tu sistema.

Fumar y beber alcohol: estas dos actividades aumentan el riesgo de padecer enfermedades del corazón, el cigarro daña los vasos sanguíneos y el consumo de alcohol de manera cotidiana aumenta los niveles de colesterol en sangre

Vida sedentaria: como parte de una vida saludable y completa se debe incluir la actividad física moderada,  esto significa de 40 min a 1 hora, mínimo 4 veces a la semana. Realizar esta cantidad de ejercicio fomenta la disminución del colesterol LDL, que es la porción ¨mala¨ del colesterol, esto te ayudará a controlar tus resultados en el próximo examen de sangre.
Como siempre la recomendación principal es que lleves un registro de tus revisiones periódicas y si hay algún parámetro en el cual trabajar, te acerques a un profesional que te guie con los cambios y modificaciones que se deben hacer en tu dieta.


 

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