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Boda de ensueño

Fotos principales: Carlos Félix Fotos: Ricardo Muñoz / El Diario

2015-07-04

En cuatro palabras se puede resumir el enlace nupcial de Estefanía y Ernesto: elegante, alegre, moderno y original.

Todo confabuló para que la boda resultara memorable. Además del amor que se profesa la pareja, la luna iluminó la velada con su esplendor, como presagiando buenos augurios para los enamorados; el clima fue un aliado, ya que la noche estuvo fresca, como si se estuviera en Cuernavaca; y la energía de los amigos de los novios fluyó de principio a fin.

Los hijos de Ernesto Anaya Silva y Yolanda E. Arredondo, y de Enrique Andrés Bou Claisse (finado) y Beatriz P. Fitzmaurice primero acudieron a la Parroquia San Mateo para pedir a Dios su presencia en el nuevo camino que emprenden juntos.

Luego de intercambiar anillos y arras, y habérseles impuesto el lazo, los recién casados se trasladaron al Solar de la Paloma a compartir su dicha con más de 400 allegados.

El lugar lució espectacular. Miles de flores y luces dieron la bienvenida a la asistencia. Cada mesa albergó un arreglo distinto, hasta el número de lugares fue diverso. A pesar de ello, la armonía imperó y todo por el buen gusto de la mamá de la novia, quien tuvo a su cargo los detalles del evento.’

Se sirvió una deliciosa cena de tres tiempos: ensalada de frutas, filete miñón con champiñones y una mesa de postres exquisitos. Para acompañar se escuchó de fondo un cuarteto de cuerdas.

Un grupo en vivo se encargó del ambiente luego de que Estefanía y Ernesto bailaron su primera canción como marido y mujer.

Zanqueros, robos iluminados, globos y accesorios dieron el toque de algarabía en la pista.

La fiesta no terminó ahí, ya que al día siguiente se celebró la tornaboda con tres grupos musicales diferentes y de comer cebiche, tacos, carnitas y dulces mexicanos.

Y como cierre, Puerto Vallarta recibió a los novios para que pasaran una luna de miel maravillosa.

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