Opinion

Las plataformas modernas

Cecilia Ester Castañeda
Escritora

2018-12-05

Como a la radiodifusora a la que rinde tributo, el recientemente inaugurado museo virtual de la XEJ abre pauta para el aprovechamiento de las plataformas modernas en la difusión de la cultura e historia juarenses.
La saturación de medios en la cual vivimos inmersos hoy en día tal vez nos impida comprender el impacto de la primera estación de radio local. Pero hubo un tiempo, mientras Ciudad Juárez era la población fronteriza que más inmigrantes y repatriados recibía, cuando una señal de amplitud modulada en español representaba un mundo totalmente nuevo. 
La XEJ —“J” por Juárez— aprovechó su ubicación fronteriza a fin de tener acceso al equipo técnico necesario, los habitantes recién llegados constituyeron un público ávido y la visión de un aduanal transformado en empresario convirtió a Ciudad Juárez en pionera de la radio en México en un momento cuando ese medio era todo experimentación y creatividad.  
Pero hoy ni las autoridades ni los dueños actuales de “la J” ni los herederos del imperio mediático de Pedro Meneses parecen interesados en rescatar el legado de esa historia de éxito —hace 20 años la UACH publicó un cuadernillo de edición apresurada respecto al dueño de la XEJ, hay que recordar—. Toca entonces a estudiosos aficionados a la radio como Héctor Noriega Mendoza difundir los datos disponibles sobre “la Voz de la Frontera”.
¿Cómo hacerlo sin apoyo? Ya ni siquiera está en pie el edificio más conocido de “la J”, en Constitución y Vicente Guerrero.
La respuesta radica en esa maravilla llamada internet. “Ante la muy poca factibilidad de un museo real de XEJ en la ciudad, nada nos impide hacerlo a la manera virtual, sin trámites, ni demoras y sin depender de ningún funcionario, familiar de don Pedro o presupuesto”, dice Noriega vía e-mail.
Y ante la escasez de espacios culturales locales y la popularidad de los sitios en línea, resulta obligado replantear la estrategia de difusión de esos temas ampliamente considerados “para poco público” tan necesarios para el desarrollo de nuestra comunidad. Obviamente las páginas de internet profesionales implican un trabajo serio y sostenido, con todo y mantenimiento y promoción. Aun así es mucho más barato construir un sitio virtual que uno físico —existen inclusive portales gratuitos, por no hablar de las redes sociales— y el alcance es potencialmente global. Se trata de una oportunidad que no debe caer en saco roto.
Pero ¿a quién le interesa la historia? Eso es para académicos, consideran muchos.
En el caso de Noriega Mendoza, él proviene de una familia de la radio, es catedrático de UTEP y autor de un libro sobre la vida de Tin Tan en Ciudad Juárez. Conoce muy bien el tema de la XEJ y posee rigor científico para hablar de él. La historia de los inicios de la radio juarense ya había sido abordada con anterioridad. Sólo era cuestión de tiempo el aprovechamiento de la tecnología avanzada para un manejo más amplio al respecto por parte de alguien capacitado.
Sin embargo, a pesar de la formalidad que un museo implica para mucha gente, la historia también puede resultar entretenida o apasionante. Toca a los artistas interpretar las lecciones del cúmulo de información académica ya disponible sobre la historia de nuestra región —que yo sepa las limitadas incursiones al respecto han logrado éxitos notorios, sobre todo en teatro—.
En Broadway está poniéndose la prueba. Cuando mi hija adolescente me pidió la música de “Hamilton: an American Musical” creí que hablaba en broma. “¿Quieres canciones en inglés acerca de un personaje de la Independencia de Estados Unidos...?”. ¡Son las primeras que le compro!
Pues Lin-Manuel Miranda ha triunfado a lo grande escribiendo con ritmos modernos la historia del político inmigrante Alexander Hamilton y, dicen los críticos, presentando las similitudes del nacimiento de Estados Unidos con la actualidad. Ahora el artista de origen puertorriqueño se dispone a coprotagonizar la nueva versión de “Mary Poppins”.  
La página museoxej.org constituye un esfuerzo serio por preservar un pedacito de una época —una más— de reinvención de Ciudad Juárez, de cooperación binacional y progreso.
¿Es eso relevante hoy en día?
Como diría alguien que pulió su talento en la XEJ: “Me canso ganso”.
Sí, son palabras de Tin Tan.


 

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