Opinion

Vituperios

Luis Javier Valero Flores
Analista

2018-11-07

“AMLO se aísla. El fantasma del fracaso”. De ese modo, con una fotografía de Andrés Manuel López Obrador, con un gesto entre adusto y pensativo, “cabeceó” la revista Proceso del 4 de noviembre (No. 2192) el contenido de la entrevista que el reportero Álvaro Delgado le hiciera al exministro de la SCJN, Diego Valadés.
“Amarillista y sensacionalista” la calificó el presidente electo, sin dar más argumentos, sólo la calificación que le merecía la portada.
La respuesta de Proceso enaltece al periodismo: “Rechazamos el vituperio, indigno de un hombre de Estado”.
López Obrador había sostenido, a través de un mensaje en redes sociales,  que “…  somos libres y la libertad implica mensajes de ida y vuelta, porque se habla de la libertad de expresión y se niega el derecho de réplica. Quisieran estarnos cuestionando y que nos quedáramos callados. No. No va a ser así. Tenemos que debatir, de manera respetuosa, pero tiene que haber diálogo, circular, y libertades plenas y para todos: para el que critica en los medios y el que es criticado que tenga el derecho a la réplica, y voy a ejercer ese derecho y que nadie se sienta ofendido, lo voy a hacer de manera respetuosa”.
Pero Proceso rechazó que se le hubiese negado el derecho de réplica, “a nadie se lo hemos negado”. En un editorial intitulado “Presidente electo, le tomamos la palabra” (6/XI/18), le dice que continuarán la senda de Julio Scherer García, de efectuar “sin concesiones, el oficio periodístico”.
“Traición” es el epíteto menor que recibieron los hacedores del semanario más prestigiado de América Latina destacando, por el lugar que ocupa al lado de AMLO, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, quien sostuvo un ríspido intercambio twitero con Rafael Rodríguez Castañeda, director del semanario.
Esto escribió: “Todavía no toma posesión y a punto del ‘fracaso’. El conservadurismo, de izquierda o de derecha, nubla el juicio y da pie a conjeturas fantasiosas. Los extremos pueden tocarse y abrazarse. Bienvenida la pluralidad y el debate. Lo bueno es el desenmascaramiento”.
Rafael Rodríguez le contestó: “O sea, Doña Beatriz, a López Obrador ni con el pétalo de una rosa. La revista Proceso es fiel a su historia y a la herencia de Julio Sherer García, a quien bien conoció usted: libres ante el poder y ante quienes aspiran a ejercerlo. Ni de izquierda ni de derecha. Sólo libres”.
Replicó Beatriz Gutiérrez: “Rafael Rodríguez. En efecto, conocí a Don Julio. Y por lo mismo, no creo que hubiese autorizado esa portada. Él era un periodista consumado, a quien Carlos Fuentes llamó ‘el Francisco Zarco del siglo XX’. ¡Viva la libertad de expresión que, no lo olvide, aplica de ida y vuelta! ¡Saludos!”.
No fue lejos por la respuesta, Rodríguez contrarreplicó: “Beatriz Gutiérrez Müller. ¿Pues qué entendió por el ‘fantasma’? ¿No existe la posibilidad de que fracase? ¿O es infalible? Es hombre de poder y como tal puede equivocarse. Por cierto, Don Julio no ‘autorizaba’ portadas. Ya retirado en 1996, nos dejaba en la misma libertad que ejercíamos con él”.
Preocupantes los juicios de valor de Beatriz Gutiérrez: “Conservadores”, se les “nubló el juicio”, “fantasiosos”, se “abrazan” con la derecha... se “desenmascaran” solos (sic), los descalificó como periodistas. Don Julio, dice Gutiérrez Müller, “era un periodista consumado”. A contrario sensu, los autores de la revista de la portada de marras, no.
En la entrevista, Diego Valadés sostiene que en los días recientes López Obrador se quedó solo frente a la ofensiva desatada con motivo de la consulta del aeropuerto de la Ciudad de México; que para realizar la transformación requerida por el país no basta la existencia de una figura, sino la del necesario entramado institucional que la soporte, de ahí los títulos de la entrevista, del riesgo de la posibilidad del fracaso y, también, el de la primera parte del título: “Aislado”.
¿En dónde está el ataque del que se conduelen AMLO y sus seguidores?
No es lo único. El tabasqueño se queja hasta de la foto: “me pusieron una en donde se me ve hasta chocheando” (sic).
De ahí lo pertinente de la propuesta y postura de Proceso. Le solicitaron “formalmente” una entrevista para abordar diversos temas, pero uno especialmente, “cómo serán las relaciones entre los medios de comunicación y el poder público en tiempos de lo que él llama la Cuarta Transformación”.
Ese es el tema central de la transición democrática. Si en eso no hay cambios, difícilmente los habrá en el resto de los temas societarios.

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