Opinion

Todo con miras a recuperar la plaza... magisterial

LA COLUMNA
de El Diario

2018-10-20

Los efectos de la cuarta transformación ya se dejan sentir en Chihuahua aun cuando no cruza las puertas del esperado nuevo régimen, Andrés Manuel López Obrador, ayer de gira oficial en la capital del estado con actividades prácticamente de gobierno.
Elba Esther Gordillo, la recién liberada maestra, anda reclamando sus fueros en suelo chihuahuense ahora bien aliada del presidente electo con el que hizo conveniente mancuerna electoral. Magistral su desquite de Peña Nieto que la envió a la cárcel.
La sorda guerra de la maestra iniciada contra el despistado dirigente del SNTE en el país, Juan Díaz de la Torre, tiene sonoroso rebote en el ámbito estatal, particularmente entre los secretarios generales de las secciones 8 y 42, Rosa María Hernández Madero y Ever Enrique Avitia Estrada respectivamente. Prometimos despliegue del tema para esta entrega de La Columna. Hoy lo tenemos.
En las redes sociales del gremio magisterial ya fueron bautizados Hernández y Avitia como “los semáforos nocturnos”, toda vez que sus representados se pasan por alto las indicaciones (SIC). Todo bien orquestado a nivel estatal por miles de desplazados durante los últimos años.
Igual que en el resto del país, la reforma educativa peñista ha sido en Chihuahua también devastadora. Por todos los rincones de la entidad se escuchan manifestaciones de inconformidad y rebeldía entre los trabajadores de la educación. Díaz de la Torre, Hernández y Avitia, los culpables, gritan miles de profes.
Cada día es común el intercambio de reclamos de las bases a sus líderes formales, a quienes acusan de seguir al pie de la letra la línea oficialista establecida por su secretario nacional, al que catalogan de traidor por haber negociado esta nueva normatividad con el Gobierno federal sin haber consultado a la base magisterial.
Los cuestionamientos son por los daños ocasionados al personal docente y administrativo con la pérdida de prestaciones, estancamiento salarial, pérdida de derechos laborales y debilitamiento de la Seguridad Social (Pensiones Civiles del Estado e ISSSTE). Antes que nada con López Obrador caerá la publicitada Reforma Educativa.
En este escenario se han gestado las primeras fracturas al interior de ambas secciones sindicales magisteriales en Chihuahua. Claman los inconformes por volver a sus liderazgos firmes y con autoridad. Siempre recuerdan el afecto de la maestra Gordillo en sus múltiples periplos por la entidad, algunos de ellos con paréntesis amorosos.
Uno de los ejemplos más claros y recientes de esas broncas es el caso del exdiputado local Alejandro Villarreal Aldaz, también exdirigente de la Sección 8 del SNTE.
Es un personaje que enfrenta un proceso legal en el marco de la corralista “operación justicia para Chihuahua”, acusado por el delito de peculado al comprobar la Fiscalía General del Estado un desvío millonario de las aportaciones de pensionados y jubilados hacia la administración de César Duarte Jáquez. Se ha opuesto el elbismo a que las fianzas millonarias sean pagadas con dinero de los maestros.
En la Sección 42 también las cosas empeoran y se reflejan con el sinnúmero de brotes de inconformidad por todos los rincones del estado, situación que deja a su líder Ever Avitia como una persona incapaz de conducir los destinos de esa otrora combativa agrupación. La documentación correspondiente de todo ello ha sido con cargo a los elbistas.
Han considerado los agremiados a la 42 que todo es consecuencia de lo que llaman “desmesurado compromiso” de Avitia Estrada a la línea oficial de Juan Díaz, materializada en la traición que hizo –así le califican– al no validar el pliego petitorio del magisterio estatal y en asumir la decisión unilateral para levantar aquel paro de abril pasado cuando los maestros asentados en los edificios gubernamentales, estaban decididos a llegar hasta las últimas consecuencias.
Sufrieron literalmente con lágrimas en los ojos las burlas del gran ganador de aquel movimiento, el gobernador panista Javier Corral.
Fue por demás conocido que Ever Avitia estuvo entregado para complacer a Corral y a Juan Díaz, dos viejos aliados. Los maestros al corroborar que sus demandas fueron abandonadas, se siguen preguntando sobre el tamaño de acuerdos y complicidades entre su líder nacional, el gobernador y los secretarios estatales del SNTE.
Los señalamientos a todo ello han sido castigados con expulsiones, arbitrarios cambios de adscripciones, rebajas de prestaciones, etc. Todo, según Avitia, con el apoyo de Díaz de la Torre. Cada caso ha sido anotado por la maestra en su gruesa libretita de agravios.

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Un sector que se ha visto muy activo por considerar que ha sido objeto de un abuso más del sindicato, e incluso de burla, es el de los jubilados y pensionados, que ha venido exigiendo mejoras en la atención médica, hospitalización y surtimiento de medicamentos. Cero respuesta de sus líderes estatales.
Y es que frente al descuento de la cuota sindical, los jubilados se inconforman, primero por lo ilegal de esta recaudación y segundo, por la total ausencia de transparencia en el manejo del recurso que va directamente de Pensiones Civiles del Estado a las manos de sus jefes del sindicato.
Los afectados afirman que esas aportaciones se utilizan para satisfacer egos personales tales como la compra de caballos, motocicletas, viajes y fiestas interminables, aspectos que en su momento deberán ser acreditados.
Ante la exigencia de eliminar el descuento de la cuota sindical, Ever Avitia y sus operadores amenazan con el petate del muerto a este sector, advirtiéndoles que si avalan una solicitud de esa naturaleza perderán todos sus derechos. 

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Vale colocar entre paréntesis que la problemática del magisterio chihuahuense no es exclusiva del estado. Las fracturas y los brotes de inconformidad están a la orden del día en todo el país, por lo que el sindicalismo oficial encabezado por Díaz de la Torre, que apoyó sin recato la reforma educativa ordenada por el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, se encuentra sumido en una profunda crisis que se antoja irreversible. El empujoncito viene pegado a la cuarta transformación.
Díaz de la Torre ha sido insistente por congraciarse con los nuevos jefes del poder político del país pero no solamente está perfectamente ubicado, sino que esos jefes decidieron hace buen tiempo armar su alianza con la poderosa exjefa de todo en el SNTE. 
Frente a este escenario cada día se escuchan más voces en el sentido de que es necesaria una expresión cesarista-bonapartista, esto es, una presencia fuerte que aglutine las diversas expresiones actualmente en conflicto y se unan en un solo segmento en torno nada más y nada menos a Elba Esther. Ese horno sí está para bollos en favor de la lideresa.
La base magisterial tuvo el excelente pretexto, entre otros muchos, de aventarse a la yugular de Díaz de la Torres desde que descuidó por completo su chamba para buscar un espacio legislativo. Fue derrotado, y a esa pérdida sin duda vienen más.
Los docentes conocieron que su dirigente nacional buscaba el fuero para blindarse de las revisiones administrativas que le esperan y el juicio político que se dará en caso de que sea efectivo el apoyo de Elba Esther para que retome el control sindical y desde ahí, con el apoyo de López Obrador, bajar la Reforma Educativa y emprender la cacería de brujas. Así de literal la realidad.
Rosa María Hernández, como Ever Avitia, sabe que en las oficinas de mando sus días están contados.
Una de estas pruebas la corroboraron cuando ambos secretarios generales sintieron el rechazo de sus propios agremiados y de quienes organizaron el Foro de Consulta Estatal de Participación Educativa para el Bienestar, que encabezó en la capital el estado el chihuahuense Esteban Moctezuma, próximo secretario de Educación del Gobierno federal.
Ambos creyeron que con la publicación de un desplegado en el que apoyaban las reformas educativas y entregando su respaldo a su dirigente nacional, les resultaría válido para recibir aplausos y merecer reconocimientos, aspectos que fueron lo contrario: ninguno de los dos fue llamado a integrar el presidium. Sus nombres aparecieron inicialmente entre las personalidades, sin embargo, esa misma mañana fueron bajados de la lista y del espacio.
De los exdirigentes sindicales del magisterio chihuahuense sólo tres estuvieron involucrados en apoyar la reforma y el susodicho desplegado. En contra la mayoría inmensa: Adrián Pacheco, Carlos Barranco Fuentes, Alberto Carrillo González, Susana Muriel y Eloy Gómez Pando de la Sección 8; así como Justo Jáquez, Jacinto Gómez Pasillas, Jesús Aguilar Bueno, Francisco Villanueva, Óscar Silva, Ramírez Lara y Gustavo Martínez de la Sección 42, quienes guardaron la distancia y prefirieron no causar mayor división de la que ya se tiene entre la base magisterial.
Eso lo dice todo, la balanza se carga para su lado de origen, el elbismo. Ayer con AMLO de nuevo en la ciudad de Chihuahua, los líderes de la Octava y la 42 convenientemente ni aparecieron.

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