Opinion

Sale más caro el remedio que la enfermedad

Olivia Aguirre Bonilla
Académica

2018-10-18

De todos es conocido que el mes de octubre es el mes que se dedica para darle difusión a la prevención del cáncer de mama en las mujeres, incluso es usual que se organicen eventos en donde las mujeres suelen portar insignias color rosa.
Y es que, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, el 19 de octubre se celebra mundialmente el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama con el objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan a los controles, diagnósticos, y a tratamientos oportunos y efectivos, pues lo que se pretende es que a través de la detección precoz se mejore el pronóstico, al igual que la supervivencia de los casos de cáncer de mama.
Hasta el año pasado según datos de la Secretaría de Salud Federal y el Inegi, Chihuahua se encontraba en el cuarto sitio nacional muy arriba de la media, ya que las entidades con mayor mortalidad  por cáncer de mama son Sonora (28.6), Nuevo León (26), Coahuila (25.7), Chihuahua (24.8), Ciudad de México (24.7) y Sinaloa (22.2) (El Diario de Chihuahua 07/10/2017).
Lo anterior, es alarmante, ya que se evidencia la falta de políticas públicas o programas de salud adecuados y eficientes, que logren reducir la incidencia de los casos de cáncer de mama. Aunque si bien, lo que se pretende es la detección precoz como piedra angular de la lucha contra esta enfermedad pues al realizarse las posibilidades de curación son más elevadas, no debe dejarse a un lado la atención a aquellas mujeres en las que el cáncer se diagnostica en estadios avanzados, aunque ello resulte más costoso para el Estado. Sin embargo, en ambos casos, son necesarios los cuidados paliativos para mitigar el sufrimiento de la paciente y sus familiares, es decir son aquellos cuidados tendientes a mejorar la calidad de vida de los pacientes que van desde atender, síntomas, efectos secundarios de su enfermedad, su tratamiento, los problemas psicológicos, sociales y espirituales, los cuales deben  ser atendidos por un grupo multidisciplinario de especialistas.
Ahora bien, es importante que las campañas contra el cáncer de mama emprendidas por instituciones de salud pública estén acompañadas de una adecuada prestación de los servicios, pues frecuentemente se evidencian constantes violaciones al derecho a la salud por instituciones públicas. Así tenemos que según datos proporcionados por la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Ciudad Juárez en lo que va del año se interpusieron 12 quejas por violaciones a derechos humanos; 2 contra Pensiones Civiles del Estado, 2 contra el Hospital Infantil y 8 contra el Hospital General, de las cuales una queja se presentó por la omisión de implementar infraestructura necesaria para la adecuada prestación de los servicios de salud; tres de ellas por la negativa u omisión a proporcionar atención médica; una por impedir el ejercicio del trabajo digno y socialmente útil; dos por negligencia médica, y omitir dar información sobre el estado de salud del paciente; otra por discriminación relacionada en la negativa en atención médica a causa de sus preferencias sexuales; tres por prestar indebidamente el servicio público y una de ellas por negarse a proporcionar atención médica.
Por lo anteriormente expuesto, podemos observar una clara violación al derecho fundamental a la salud por parte de las instituciones públicas. Y es que, si se quiere fomentar la detección y la atención del cáncer de mama, se debe empezar con proporcionar a los derechohabientes una atención de calidad en el servicio que se presta, pues ya de por sí el tener que lidiar con una enfermedad como lo es cáncer, es desgastante tanto física y emocionalmente, ahora, tener que lidiar con el pésimo servicio de salud pública, incita a que la persona enferma se desanime y pierda las esperanzas de su recuperación.
De allí que sea importante que el Estado se comprometa a brindar un servicio de salud de calidad, no sólo para quien padece de cáncer, sino en general cualquier enfermedad. Pues de lo contrario aquella persona que por azares del destino se vea inmersa en la enfermedad, terminará más enferma con el remedio, como bien se dice, “sale más caro el remedio que la enfermedad”. 

X