Opinion

Por qué sí a Ciudad Universitaria

Elvira Maycotte
Escritora

2018-09-11

Tengo la certeza que de entrada y gracias al título de este texto me ganaré la animadversión de algunos, pero aun así deseo compartir mi opinión al respecto. Existen mitos por romper y factores positivos por reconocer de Ciudad Universitaria, aunque no dejo de reconocer que hay otros que no lo son tanto.
Mi comentario surge de la noticia que circuló hace unos días en relación al cierre de algunas carreras que se imparten en Ciudad Universitaria por su baja matrícula, y eso, si bien pudiera ser cierto, no es una circunstancia que priva sólo en Ciudad Universitaria, ya que también sucede en lo que conocemos como campus norte; de hecho, ciertos programas han tenido que redoblar esfuerzos para dar a conocer su oferta educativa entre los preparatorianos pues en muchas ocasiones desconocen que se ofertan carreras tan necesarias y pertinentes para nuestra comunidad como lo son Diseño Urbano y del Paisaje, o Gerontología, sólo por dar un ejemplo.
En cuanto al ámbito urbano se refiere, en un curso dictado por uno de los mejores urbanistas a nivel mundial, Rubén Pesci, debatíamos sobre las razones por las que una ciudad pudiera crecer; de entre ellas, el especialista destacó el tema educativo por ser, de entre todos, un motor para el desarrollo social, económico y tecnológico. Hablábamos sobre dónde se pudieran ubicar las universidades y centros de investigación, y se llegó a la conclusión que no hay mejor lugar que en las zonas en donde tuvieran mayor posibilidad de impactar, sobre todo, en el desarrollo de la población. En este sentido, ¿sabe usted hacia dónde se ubica la población social y económicamente vulnerable en Ciudad Juárez? Sí, adivinó, hacia el sur, allá donde está Ciudad Universitaria.
¿Conoce dónde viven los jóvenes y niños para quienes la educación debe ser accesible y diversa en cuanto a opciones? Sí, también en el sur. Mal haría una universidad que se precie de ser pública en alejarse de aquellos que, estando ávidos de crecer y mejorar sus condiciones de vida a través de la educación –y no delincuencia– no pudieran acceder a ella como un camino para alejarse de la marginación en les rodea.
De viva voz he escuchado a alumnos afirmar que de no haber sido admitidos en CU no hubieran accedido a la universidad y es falso que allá entran quienes obtuvieron los más bajos puntajes en el examen de admisión: al menos en Arquitectura un alto número de estudiantes que cursan los primeros semestres en CU se destacan por su alto desempeño académico y por poseer un fuerte sentido de identidad.
Jordi Borja, también urbanista con una distinguida trayectoria internacional, tras una visita a Ciudad Juárez en 2015 escribió el artículo “La no ciudad”. En él la describe como una ciudad desarticulada, sin embargo, reconoce en ella “una gran Ciudad Universitaria. Una gran oportunidad. Perdida. La oportunidad la tenían delante de los ojos. Ciudad Juárez no tiene un área central, ni buena ni mala… hay espacios vacíos, edificios que claman el derribo o la rehabilitación, comercios a la deriva, habitantes que huyen a los barrios cerrados. Ciudad Universitaria hubiera creado ciudad: miles de universitarios, comercios, restaurantes, librerías y cafeterías, oficinas, espacios de ocio y locales de espectáculos, gente en las calles y un ambiente de mayor seguridad: una ciudad real, lo que no es la actual Ciudad Juárez”, y declara: “Un aspecto positivo: los jóvenes de sectores populares que habitan en la zona sur tendrán un acceso a estos centros de estudios más asequible que si debieran ir a la zona norte donde hay los campus actuales. Pero no se trata de una cuestión escolar, sino de un interés más general que puede beneficiar a todos”.
Para Borja, este es el caso de “CU de Ciudad Juárez y de su ceguera ante la oportunidad perdida… y añadiría que esta negatividad tiene remedio, pero no parece que las fuerzas locales lo planteen”. De esta oportunidad perdida culpa a intelectuales, políticos y a todos aquellos que pudieran promover el proyecto, por no haber reaccionado a tiempo.
¿Que CU está lejos?... lejos ¿de quién?, no de la mayoría de los jóvenes que a ella acuden. Ciertamente quisiéramos que estuviera un poco más cerca, pero sólo un poco. Su lugar es allá, en el sur. Con 22 carreras que ahí se ofertan y casi seis mil estudiantes, Ciudad Universitaria no puede ser un proyecto fallido.

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