Opinion

No le importa nada fuera de sus obsesiones

LA COLUMNA
de El Diario

2018-09-08

Para todos tiene la faceta cruel e insensible del gobernador Javier Corral Jurado.
Su ausencia en varios eventos exhibió que lo mismo le da el fallecimiento de un hombre respetado como lo fue el empresario Federico Terrazas, o el informe de su correligionaria alcaldesa Maru Campos, o la instalación de la nueva Legislatura estatal... O peor aún, los funerales de cuatro policías de la Fiscalía General del Estado, masacrados por la delincuencia en la Sierra. Ni por educación quiso estar ahí el gobernador.
Desaparece cuando debe aparecer y aparece cuando la lógica y la prudencia indican un proceder más discreto. No tiene ton ni son su agenda pública. Todo es discrecionalidad impulsada por el olfato de un político que ha perdido el rumbo y juega a su antojo con la representación que el pueblo de Chihuahua le ha otorgado.
Esta semana fue crítica en muchos aspectos. Los acontecimientos, inesperados algunos, otros ya programados con antelación, imponían necesaria asistencia física del mandatario. Si se quiere, por indispensable cortesía; incluso, por conveniencia propia. Ni un motivo ni el otro fueron suficientes para un cambio de opinión.
Es más, en algunos casos ni siquiera agenda pública hubo, como ocurrió el pasado sábado y domingo. La descabezada Coordinación de Comunicación Social ni se molestó en enviar el boletín con las actividades del mandatario. Arma y desarma Corral con la mano en la cintura.
Entendemos que tuvo agenda privada con sus canes y mininos. Algún green nuevo qué descubrir con su cuate en la nómina estatal, Ismael Rodríguez. Pero ese fin de semana hubo dos acontecimientos de primer nivel, el segundo informe de María Eugenia Campos y la toma de protesta de la nueva Legislatura.
Por asomo ni a uno ni a otro.
Si estos eventos programados, e institucionales, generan confusión en cuanto al mensaje que quiere enviar a la opinión pública, mayor fue el desconcierto en los funerales de un líder empresarial y social de la talla de don Federico Terrazas Torres, o en su graciosa huida por los pasillos de Palacio de Gobierno para no declarar por el terrible atentado donde murieron cuatro agentes estatales y seis más fueron gravemente heridos.
Pero es más delicado el asunto cuando se dedicó a presidir, sonriente, eventos menores tanto en Chihuahua como Ciudad Juárez, en Meoqui, Cuauhtémoc y la Ciudad de México, donde incluso, en hora y día hábil, asistió a una reunión político-electoral de su partido. Las fotos se publican en la versión digital.
En la región de Gómez Farías fue desatado hace casí un año el infierno. Murieron muchos civiles inocentes, incluidos personajes políticos. Los policías bajo el mando del gobernador recibieron la orden de esconderse. En ese contexto fue secuestrado un médico muy querido en la zona, Juan Blas Godínez, director del Centro de Salud. El 8 de noviembre del año pasado.
El doctor sigue sin aparecer. Nada ha informado la Fiscalía ni sobre la investigación respectiva ni sobre las medidas de seguridad a su familia. En esta tesitura se originó el atentado el viernes por la noche contra el presidente municipal electo de Gómez, nada más y nada menos que el doctor Juan Godínez hijo.
Ni un dedo movió el Gobierno estatal para su protección. Fue dejado en manos de los lobos con toda la irresponsabilidad que caracteriza a Corral Jurado.

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El sábado primero de septiembre fue instalada la LXVI Legislatura del Estado. Los nuevos diputados se estrenaron con una negociación en lo oscurito que le permitió al PAN presidir. Era una sesión relativamente cómoda.
Pero el gobernador ni así llegó. Estalló en risa para sus adentros por la ingenuidad de los nuevos diputados de Morena.
En su representación envió Corral al secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, ni siquiera al secretario de Gobierno, César Jáuregui, literalmente de más peso.
El pequeño asunto no pasó desapercibido. Con la agudeza y crítica que le caracteriza, Gustavo de la Rosa Hickerson hizo notar su presencia: “Señor presidente, ¿por qué no vino el gobernador?”. Porque en algún rincón de Palacio se burlaba de él.
Pero al menos ahí envió a un funcionario de primer nivel, porque el día siguiente, el domingo, en otra sesión solemne, a unas cuantas calles, designó a uno de tercer nivel en la nomenclatura estatal.
Guillermo Luján Peña estuvo en el auditorio repleto del Teatro de la Ciudad para representar al gobernador en el segundo informe de labores de la alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos.
Fue “Memo” un invitado que se limitó al protocolo señalado. Silencios y saludos simulados. Director de Administración de la Secretaría de Hacienda es su encargo. No secretario, director; no de primer nivel, de segundo. Eso mereció para Corral el triunfo apabullante alcanzado por Maru para la única zona de la entidad que escapó a la “infección” que golpeó al PAN en la entidad, Morena. El viernes se saludaron en Meoqui, a donde sí acudió Corral, pero con el alcalde Ismael Pérez Pavía.
La sesión solemne del Ayuntamiento de Chihuahua se vistió con invitados estatales y nacionales. Se dejó ver hasta Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón y excandidata independiente a la Presidencia. Fue pródiga en halagos para la avispada alcaldesa: su visión integral, humanista, “es alguien que admiro mucho”.
Tal vez por eso no quiso ir el gobernador. Le sacó la vuelta a Margarita.
Muy lejos quedaron los elogios de Corral a Maru en su primer informe, al cual sí se dignó acudir. En aquel lejano 10 de octubre del 2017 el gobernador se sentía “orgulloso” de la administración municipal de Chihuahua.
A ver si mañana tiene tiempo de llegar a su nueva toma de protesta.

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El martes 4 de septiembre, pasado el mediodía, corrió como reguero de pólvora el sensible fallecimiento de don Federico Terrazas Torres. No se hicieron esperar las condolencias a nivel estatal, nacional e internacional. Era y es un chihuahuense reconocido y respetado.
Impulsor de instituciones como el Tecnológico de Monterrey campus Chihuahua, generador de empleo y alta tecnología con Cementos de Chihuahua.
Fue la agencia Mausoleos Luz Eterna quien se hizo cargo de los funerales. El 5 de septiembre de 10 a 14 horas estaría en velación pública en la sala 3, allá en el apaseñado Periférico de la Juventud, en la capital. Y más tarde, a las cuatro, se efectuaría misa de cuerpo presente en la Catedral con todo el riguroso protocolo merecido.
Cientos de chihuahuenses acudieron a darle el último adiós. Pero ahí tampoco estuvo el gobernador. Fueron en su representación diversos funcionarios. Él no acudió.
Se deshizo en halagos y reconocimientos vía Twitter: “Chihuahua se viste de luto por el fallecimiento de Don Federico Terrazas Torres. Con afán visionario impulsó el desarrollo empresarial, educativo, cultural y social. Su legado permanecerá en su familia y en cada generación de Chihuahuenses que atestiguarán su amor por su tierra”.
Palabras huecas. No lo hicieron reflexionar acerca de la importancia de apersonarse al menos un momento en el funeral. Pudo hacerlo y no lo hizo. Andaba en otro de sus hobbies, el segundo luego del golf: persiguiendo a “La Coneja” Gutiérrez. El “Golfernador”, fue llamado ayer en adjetivo incendiariamente mordaz.
Tampoco ha tenido una palabra de aliento para la familia Vallina, uno de cuyos miembros desapareció la semana pasada cuando se dirigía de la ciudad de Chihuahua a Anáhuac. Nada les ha informado sobre las investigaciones.

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Otro acontecimiento vino a cerrar con broche de oro la ausencia desventurada del mandatario. El jueves, pasadas las 20 horas, un convoy de agentes estatales fue emboscado cerca de El Nogal, allá en la región boscosa de Bocoyna,
Fue una masacre. No hubo enfrentamiento. Cuatro agentes fueron sorprendidos y asesinados a mansalva, dos de ellos calcinados; seis más resultaron gravemente heridos.
Es la agresión contra elementos de Policía más grave en la administración de Javier Corral. Él ni se inmutó. Tampoco estuvo en sus funerales.
Simplemente cierra la boca cuando los temas no son de su agrado. Hubo completo silencio ante los reporteros durante un evento público al día siguiente de la agresión.

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Fue una semana intensa para el gobernador. El uno y dos de septiembre no hubo agenda pública. Descansó a placer. Ni la instalación de la Legislatura ni el informe de Maru Campos lo sacaron de su letargo.
El lunes por la mañana atendió eventos en Palacio de Gobierno con el nombramiento del nuevo secretario de Salud y luego desapareció del radar. Seguramente viajó a la Ciudad de México esa misma tarde, porque al día siguiente, el martes cuatro, tenía programada una conferencia de prensa, que realizó puntual en las instalaciones de la representación de Chihuahua, en Querétaro 198, en la colonia Roma Norte.
Salió presuroso de esa reunión con medios, donde despotricó contra Peña Nieto y anunció la madre de todas las batallas contra “La Coneja”. De ahí se dirigió al hotel Marriot en Reforma, donde se lució con la candidatura del nieto de don Manuel Gómez Morín a la dirigencia nacional del PAN.
El miércoles cinco tuvo una “provechosa” reunión con la próxima titular de la Secretaría de Economía, Graciela Márquez, y por la tarde viajó a esta ciudad, donde inauguró el Hotel Courtyard Marriot.
Al siguiente día, jueves seis de septiembre, a Chihuahua por la mañana y por la tarde a Cuauhtémoc con Humberto Pérez. Allá inauguró el remozamiento a una calle.
El viernes siete, en Palacio, se echó a correr para escapar de la prensa y se trasladó a Meoqui, al segundo informe del presidente municipal.
Así fue su semana, lejos de los problemas, lejos de la solidaridad, el respeto y la cortesía. Lejos de los actos valientes que a Chihuahua urgen para salir de sus pesadillas.

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