Opinion

Noroña y Morena

Sergio Sarmiento
Periodista

2018-09-04

Ciudad de México.- No tengo duda que Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres, presidentes morenistas de la Cámara de Diputados y del Senado, así como Yeidckol Polevnsky, presidenta de Morena, acudieron a la ceremonia del mensaje de Enrique Peña Nieto el 3 de septiembre con el aval o la instrucción de Andrés Manuel López Obrador. El presidente electo, después de todo, quiere completar una transición republicana e institucional.
Gerardo Fernández Noroña iba por la libre. El diputado morenista trató de ingresar a Palacio Nacional, donde seguramente buscaría interrumpir el mensaje, pero le fue vedada la entrada por elementos del Estado Mayor Presidencial. Fernández Noroña argumentaba que la ceremonia era ilegal porque el informe, según el artículo 69 de la Constitución, sólo puede rendirse ante el Congreso. Después de que se le impidió el acceso, Fernández Noroña trató de impedir la entrada de Muñoz Ledo y Batres. Como éstos siguieron su camino, Fernández Noroña los llamó "lacayos" y "traidores". Si bien Morena ha dicho que eliminará el fuero de los legisladores, el diputado se quejaba: "Mira cómo están violentando el fuero".
Fernández Noroña es un especialista en promoverse en los medios y redes sociales. Mantiene posiciones muy radicales, que contrastan con la nueva moderación de López Obrador, pero habrá que ver si la relación entre el diputado y el presidente electo se mantiene cordial con el tiempo.
Mientras que Andrés Manuel ha hecho esfuerzos muy importantes para distanciarse de los esfuerzos de sus enemigos para marcarlo como un nuevo Hugo Chávez o Nicolás Maduro, Fernández Noroña sostiene que Venezuela es el modelo que México debe seguir. Ningún empresario, dice, puede ser rico si no ha robado. Recientemente persiguió con un teléfono celular grabando video a un pasajero en el aeropuerto de Tijuana que se atrevió a cuestionarlo por estar en un salón VIP. Lo que le preguntaba insistentemente, pensando que era empresario, era que a quién explotaba.
Fernández Noroña fue uno de los protagonistas más notables de las protestas por el resultado de las elecciones presidenciales de 2006. En distintas ocasiones durante el sexenio de Felipe Calderón exhibió mantas en la Cámara de Diputados en las que acusaba al presidente de ser un borracho o un alcohólico. En el actual sexenio ha exigido la renuncia de Enrique Peña Nieto.  Para algunos analistas Fernández Noroña representa una simple distracción, un bufón que busca obsesivamente la atención de los medios y de las redes sociales. Pero ahora que las descalificaciones dejaron de ser contra panistas o priistas, y se han dirigido a Muñoz Ledo y Batres, genera preocupación entre sus compañeros. El diputado no ha sido nunca un militante obediente, pero algunas de las posiciones que mantiene pueden dañar al nuevo presidente y sus estrategias políticas.
Fernández Noroña no es el único morenista que piensa que la verdadera izquierda no es la socialdemocracia europea o la chilena sino el socialismo del siglo XXI de Venezuela. Estas posiciones sólo pueden resultar incómodas para López Obrador cuando está tratando de convencer a los grupos más moderados de la sociedad y a los empresarios que México seguirá siendo una opción para invertir y no se convertirá en una nueva Venezuela. Fernández Noroña está empeñado en convencernos de lo contrario.

Sin conectividad
Mantener el actual aeropuerto no impediría el uso de un aeropuerto comercial en Santa Lucía, aunque sí reduciría sus operaciones, dice Javier Jiménez Espriú. Pero lo que no considera es que una de las razones primordiales de un nuevo aeropuerto es crear un hub de conexión. Santa Lucía no resuelve el problema. Para eso es mejor mantener Toluca y el AICM.   

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