Opinion

El 'dream team' del nuevo Gobierno

Daniela González Lara
Analista

2018-08-24

Con la responsabilidad de encabezar la llamada “Cuarta Transformación” del país, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, todos los días dirige la agenda nacional desde unos escalones en la colonia Roma en la Ciudad de México, lugar donde lo mismo lanza discursos que hace anuncios que acalambran los mercados internacionales.  Es de destacar que es el primer Gobierno en nuestro país que con anticipación a la toma de protesta del cargo constitucional nos dice a los mexicanos quiénes serán los personajes que lo acompañen como titulares de los cargos de mayor relevancia en su gabinete, lo que nos permite a los gobernados hacer un ejercicio de análisis político que, desde este punto de vista y al menos en lo general, es una bocanada de aire fresco que indica nuevos cambios en la forma de gobernar este país o al menos, de nuevas corrientes de pensamiento que deseamos, por el bien de todos, sean benéficas en el destino de las familias mexicanas.
En últimas fechas el líder electo ha nombrado a Lázaro Cárdenas Batel como coordinador de asesores del presidente, y delante de una escenografía con las fotografías de los iconos transformadores de la historia nacional como Madero, Juárez y Cárdenas, lo mismo ha hecho con César Yáñez, como coordinador general de política y gobierno, antes encargado de la comunicación del candidato ganador de la alianza Juntos Haremos Historia, también llamó a Jesús Ramírez Cuevas en la coordinación general de comunicación social y a Daniel Asaf, exmiembro del CISEN y exdirector de la Policía Federal con Ernesto Zedillo, para el todavía llamado Estado Mayor Presidencial.
Pero dentro del equipo hay gente con mayores reflectores y carisma como Olga Sánchez Cordero, próxima secretaria de Gobernación; Miguel Torruco Márquez, secretario de Turismo; Gerardo Esquivel, nuevo subsecretario de Egresos; Marcelo Ebrard, titular de Relaciones Exteriores, Tatiana Clouthier, quien será la subsecretaria de Derechos Humanos; Javier Jiménez Espriú, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; Carlos Urzúa, secretario de Hacienda; Esteban Moctezuma, nuevo titular de la Secretaría de Educación y Alfonso Romo, empresario regiomontano que ha acompañado al tabasqueño con la cartera y el corazón en su cruzada por México, sobrino bisnieto de Francisco I. Madero, como jefe de la oficina de Presidencia y ante tanta flor sería injusto ignorar la desafortunada designación de Manuel Bartlett como titular de la Comisión Federal de Electricidad,;ni modo, el prietito en el arroz.   Todos ellos hombres y mujeres con un amplio manejo mediático que se ha impuesto en las principales agendas y columnas del país, incluso opacando los últimos días de Enrique Peña Nieto como presidente de México, quien por cierto debe sentirse muy aliviado de terminar el gobierno de un duro sexenio para los mexicanos quienes lo señalaron siempre como incompetente en satisfacer las necesidades básicas de un pueblo pobre en educación, seguridad y empleo, por mencionar algunos temas.
Quedan pendientes los cargos de secretario de la Defensa y Secretaría de la Marina, así como el de la Fiscalía, para la que por cierto ya se maneja el nombre de Santiago Nieto, extitular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade).  Están aún sin designar nada más y nada menos que los mandos encargados de la seguridad y la justicia en un país que carece de ambas fortalezas desde hace mucho tiempo y para muestra Ciudad Juárez y su número de muertes violentas, que suman 142 solamente en lo que va del mes de agosto más los restos óseos y cuerpos en descomposición encontrados en el Valle de Juárez, por supuesto sin ningún detenido que haya sido demostrado en juicio que es el responsable de alguno de los crímenes mencionados. Así recibe el nuevo presidente de la República un país lastimado en todos sus frentes, en los encargos públicos que faltan por nombrar, los más sensibles, esperamos ver perfiles sagaces, creativos e inteligentes, humanos, empáticos y con riqueza espiritual, no es mucho pedir, es lo que México necesita y lo que votamos el 1 de julio. Pero a los personaje que más me intriga conocer su participación dentro de las decisiones del próximo gobierno es al del ciudadano de a pie, al que por medio de consultas públicas se le preguntaran temas de política educativa, amnistía, justicia transicional y por supuesto, el papel de la oposición y como piensa capitalizar esto último. Gracias por leer, yo soy Daniela González Lara.

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