Opinion

El efecto Cabada

Francisco Ortiz Bello
Analista

2018-08-23

El presidente municipal Armando Cabada es, quizá, el alcalde más denunciado en territorio mexicano. Acumula ya entre seis u ocho diferentes denuncias en su contra por muy diversos motivos. El ataque a la persona de Cabada ha sido inmisericorde.
Sin embargo, el común denominador de todas las denuncias contra el alcalde es que, quienes se dicen agraviados u ofendidos en cada una de ellas, son todos contendientes políticos o personas animadas por intereses evidentemente de golpeteo político a la figura de Cabada.
Bastó que se llegara el período de las campañas político-electorales, para que surgieran como hongos después de las lluvias, la avalancha de denuncias mencionadas.
Resulta evidente, a la luz del más elemental análisis, que ese cúmulo de denuncias formaron parte de una bien armada y planeada estrategia electoral, de guerra sucia, para minar la imagen del edil, y así, por default, colocar con mejores posibilidades a algún otro de los contendientes. Resulta más que incuestionable quién.
Sólo basta leer los nombres y apellidos de todos quienes, en las redes sociales, publican y comparten comentarios o notas en contra del presidente municipal.
La gran mayoría de ellos y ellas (si no son bots) destacados activistas y operadores del PRI, al menos en su pasado más reciente, y ahora fieles y rabiosos defensores del neomorenista Javier González Mocken. No se requiere un análisis muy profundo para llegar a esa conclusión.
Y no es que por ser claramente mockenistas o anticabadistas, sus argumentos para demandar carezcan de fundamento en automático, eso lo resolverán las instancias correspondientes en cada caso, sino que resulta al menos sospechoso que, justo en plena temporada electoral, surgiera la mar de inconformidades y denuncias contra Cabada, sobre todo porque siempre se dijo que era el enemigo a vencer, y los resultados de la votación así lo confirman.
Qué mejor que vulnerar todo lo que se pudiera una buena imagen y alta popularidad para restarle votos. Y no hay nada más efectivo para ese propósito que generar denuncias a diestra y siniestra, hasta porque va al baño, total, lo que menos importa es el sustento de cada demanda, o si va a proceder o no, sino que sirven a la perfección para avivar el golpeteo mediático en contra de una figura reconocida y con buena aceptación en la comunidad.
Este fenómeno ha sido muy patente en las redes sociales, sobre todo. En donde un grupo no mayor a 15 o 20 personas, los mismos nombres, los mismos apellidos, navegan incansablemente los muros de Facebook y Twitter para responder, hostigar y contradecir a cualquiera que se atreva a comentar algo a favor del independiente.
Si bien la administración municipal encabezada por Armando Cabada ha ido dejando algunos pendientes importantes en temas como alumbrado público, bacheo de calles, remozamiento y mantenimiento de parques y jardines, en la mayoría de los casos debido precisamente a esa animadversión de diversos actores políticos, convertida en oposición y obstáculos desde el mismo Gobierno del Estado o del Congreso, también es cierto que se han logrado importantes avances en otros temas.
Cifra de inversión pública en obras de infraestructura récord en la historia de Juárez, índices delictivos (delitos del fuero común) a la baja, el mayor número de detenciones de sicarios, narcomenudistas y traficantes de droga, así como la mayor cantidad de droga, armas y dinero decomisadas en las últimas cinco administraciones. Transparencia total en todas las licitaciones del municipio, al ser transmitidas en vivo, en tiempo real, a través de las redes sociales, lo que significó la erradicación de los llamados moches, representando un ahorro de casi 30 por ciento a las finanzas municipales.
Sin embargo, a pesar de todo eso, el ruido generado por los detractores de Cabada no deja ver y analizar con claridad, con mesura, con detalle, los verdaderos resultados de un gobierno diferente. El estilo de gobernar de Armando Cabada ha sido diferente de todos los anteriores.
Por eso, ahora que el gabinete de Comunicación Estratégica, del chihuahuense Liébano Sáenz, califica la gestión de Cabada como positiva, ubicando nuestra ciudad en el quinto lugar de ciudades en el país, ha sido una que causa polémica cuando debería causar orgullo y celebración. Cabada opaca a Cabada. El efecto anticabada, centrado en un grupo muy focalizado de personas hace tanto ruido que no deja escuchar bien la realidad. Habrá que bajarles el volumen para oír con claridad el sonido de la realidad.


 

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