Opinion

Adrenalina al tope por dictamen Mocken-Cabada

LA COLUMNA
de El Diario

2018-08-09

• Adrenalina al tope por dictamen Mocken-Cabada

• Faramalla de Valenzuela para retener Auditoría

• Aquella vez cuando Aparicio abandonó Gómez...

Una vez que los expedientes llegan a las copiadoras e inician su trayecto de mano en mano pierden por lo regular su calidad de secretos. Sin duda esto ocurrió en el Tribunal Estatal Electoral (TEE) desde el momento que el magistrado César Wong Meraz resolvió su ponencia sobre la impugnada elección para la Presidencia Municipal de Ciudad Juárez y la entregó para copias que de inmediato fueron distribuidas entre los miembros del Pleno de ese mismo órgano.
Hasta mañana tendrán su sesión los magistrados para hacer público el dictamen de la inconformidad que presentó el independiente alcalde Armando Cabada contra el triunfo del morenista Javier González Mocken, pero desde ayer al mediodía trascendió a los medios informativos el sentido de la resolución.
Si no hay movimiento extraordinario en las siguientes horas hasta llegar a la sesión, ese dictamen revertiría la constancia de triunfo entregada a González Mocken por la Asamblea Municipal Electoral y le concedería la razón a Cabada Alvídrez; es decir, que se habrían omitido sumar mil 78 votos de 75 casillas en la cuenta de Cabada, más otros 303 votos que fueron presumiblemente contabilizados de forma “indebida” a Mocken. Sumarían mil 381 votos. La diferencia oficial en favor del morenista es de 981 sufragios; con los nuevos números la ventaja sería para Cabada por unos cientos de votos.
Aun cuando lo extraoficial fuera convertido en oficial mañana, faltarían dos pasos vitales para que cualquiera de los poderosos contendientes pueda cantar victoria.
El primero de ellos es que ese proyecto en la ponencia del magistrado César Wong permanece en la discusión y análisis de los otros cuatro magistrados que componen el Pleno del TEE, entre ellos el mismo presidente, Víctor Yuri Zapata Leos. Dependerá de la mayoría si es aprobado o rechazado.
Entendemos que para arribar a su conclusión el ponente debió contar con el punto de vista de sus compañeros pero pudo no haber ocurrido así, más cuando aparecen intereses tan disímbolos entre los cinco.
El otro paso es la sala Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Sin duda recurrirán a ella salga como salga finalmente el dictamen; Mocken apelará a ese órgano o lo hará Cabada. No tenemos duda de ello.
Por lo pronto el relajo armado es tremendo. Hay pelea y habrá más entre los grupos políticos que participan en esta sonada confrontación. Ciudad Juárez representa el principal pastel electoral y económico de la entidad al que, en esa medida, le urge atención gubernamental extraordinaria de todo tipo. Todo está en juego con esos poquitos votos que brincan como pelota de ping pong en la mesa del poder.

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El titular “interino” en la Auditoría Superior del Estado, Armando “El Oso” Valenzuela Beltrán, siente que se le va el último tren de la caprichosa nómina pública. Casi le revienta el corazón para ser ratificado como auditor. Es panista de los viejos pero muy lejos de los doctrinarios blanquiazules que aceptaban hasta con gusto la “justa medianía”. A este le encantan la comodidad y los lujos, y mejor si son pagados con dinero público.
En palabras de una colega periodista, Valenzuela se ha echado los talones a la nuca para quedar bien con sus patrocinadores en Palacio de Gobierno y varios diputados que después del 20 de agosto designarán al llamado auditor general del estado. El lunes próximo deberá quedar lista la terna. Busca quedarse a como dé lugar en esa tercia y enseguida obtener la ratificación.
Exclusivamente ese y no otro fue el propósito de Valenzuela Beltrán al enviar ayer a varios funcionarios de la Auditoría a la Fiscalía General del Estado para interponer denuncias contra el exgobernador, César Duarte, por observaciones de la cuenta pública estatal 2016. Varios cientos de millones le agregaron a la voluminosa mochila que carga el exmandatario.
Esos expedientes presentados ayer son exactamente los mismos que el Congreso del Estado aprobó desde diciembre de 2017 para que justo la Auditoría elaborara las denuncias correspondientes. La tardanza superior a los siete meses tiene su razón, Valenzuela quiere permanecer en la Auditoría. Su faramalla es conocida por todos en el mundo político de la ciudad de Chihuahua.
El problema para los electores; o sea, las señoras y señores diputados, es que Valenzuela llega a esta etapa de su objetivo mejor que bien pertrechado, lo apoya su patrón Javier Corral; el secretario de Hacienda, Arturo Fuentes y otro alto funcionario de la misma dependencia y exlíder moral del panismo doctrinario, Guillermo Luján Peña.
Frente a ellos difícilmente los diputados se opondrán, menos aquellos como Karina Velázquez, René Frías, Rubén Aguilar, y otros de colores distintos al PAN que mantienen sobre sus cabezas advertencias de cárcel por corrupción cometida durante el duartismo.

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Del corazón le salió el tuitazo que aventó Cruz Pérez Cuéllar a su examigo, exlíder y compadre Javier Corral. Lo llamó frívolo y de no atender a las víctimas de la violencia por andar jugando golf.
Retomamos el tema porque obtuvimos una explicación más amplia sobre la causa inmediata que originó ese envío; no fue estrictamente por el odio mutuo que ambos se dispensan desde tiempo atrás (literalmente).
Fue porque a Cruz le indignó el “cinismo” y la “simulación” del gobernador el martes ante el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y precisamente ante familiares víctimas de la inseguridad a las que prometió atender de inmediato cuando no lo ha hecho en los casi dos años transcurridos de su régimen.
“Malandro”, fue la contestación del corralismo contra Cruz.
El episodio se repetirá por cada vez que uno se refiera al otro. Ejercerá el morenista un contrapeso importante sobre la personalidad autocrática de Corral y eso le servirá al estado y a Juárez en la medida que se traduzca en resultados de gobierno.

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Muy pronto ha olvidado el comisionado estatal de Seguridad Pública, Óscar Aparicio Avendaño, la orden que dio a sus policías en Ignacio Zaragoza y Gómez Farías para resguardarse en su cuartel mientras habitantes de ambas poblaciones eran masacrados y sus propiedades incendiadas por sicarios del crimen organizado.
Ahora que han regresado los ataques contra policías estatales asegura que los criminales no lo intimidarán. ¿Y lo de Zaragoza-Gómez Farías fue un acto muy valiente? Debiera optar por el silencio si toda su defensa es palabrería, única que ha usado contra el criminalidad desde asumió el cargo.

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