Opinion

¿Otro foro?

Carlos Irigoyen
Analista

2018-08-02

Siete de agosto, la fecha está marcada. En medio de una de las crisis de seguridad más acentuadas que haya padecido nuestra ciudad en los últimos 20 años que no termina por ser enfrentada por las autoridades -de cualquier nivel- y mucho menos asimilada por la sociedad y demás actores de la ciudad, se presenta el Foro de Pacificación y Reconciliación del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. 
Al igual que su lanzamiento de campaña presidencial, una de las primeras acciones de su gobierno en cuanto al escabroso tema de la inseguridad toma forma y acción desde esta zona fronteriza, tal como lo dijo el macuspano en aquella ocasión de su inicio en la carrera presidencial en el Monumento a Benito Juárez: “Ciudad Juárez, antes Paso del Norte, ha sido testigo de hechos históricos trascendentes y punto de partida de importantes transformaciones”. Ojalá que el teatro Gracia Pasquel de la UACJ sea insuficiente para albergar a ciudadanos que tengan la firme intención de aportar elementos y que sean aprovechados por quienes armarán la estrategia de seguridad para nuestra ciudad.
La presencia de AMLO le da un toque especial, Peña tardó poco más de dos años en venir como presidente a nuestra ciudad y AMLO ya llevaría dos visitas; algo trae para Juárez, tiempo al tiempo. El gran riesgo es que toda esta euforia que se vive en torno a la figura de quien resultó ganador del domingo 1 de julio con más del 50 por ciento de los votos, se quede en una llamarada de petate y que la parafernalia se convierta en un circo mediático.
Podemos hacer todos los foros que quieran, pero los resultados mandan y no hay visos de que esto se vaya a mejorar, lo han dicho expertos de todas las áreas: Juárez está sobrediagnosticado, incluso en aquella primer visita de Enrique Peña Nieto la población protestó enérgicamente por los altos índices de criminalidad, no había comunión entre gobernados y gobernantes, aun en la actualidad ¿la hay? La inseguridad está presente en la mente de los habitantes de esta ciudad como un urgente problema que resolver, en 2016 la inseguridad se situó como el principal problema fronterizo con un 19.4 por ciento de las opiniones. En 2017 se eleva a 43 por ciento la percepción de inseguridad y en este 2018, 30 por ciento volvió a mencionar la violencia. La Fundación Rockefeller también señala como problemas el clima extremo, el desempleo, la inequidad económica y… la violencia.
Ciudades como Tel Aviv, New Orleans, Santiago de Chile, Medellín, Londres, Cali o Buenos Aires comparten la misma desgracia. El reporte de ONU-Habitat con una calificación de 53.34 señala al aspecto de seguridad como “moderadamente débil”, afecta de forma irremediable la calidad de vida de los habitantes de esta ciudad; curioso que el reporte señale que la movilidad urbana puede ayudar a mejorar el factor de seguridad y que precisamente ese aspecto sea el segundo que mayor preocupación genera en la población por dos años seguidos. El reporte que hace anualmente el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal ubica a nuestra ciudad como el lugar 20 de lugares peligrosos en el mundo; en los últimos cinco años sólo una vez ha estado fuera de la zona de las 50 ciudades más peligrosas y con cierta cotilla fue el año de la visita papal.
Ojalá que los que instrumentan estos foros tengan presentes los datos y se enfoquen en obtener información real y valiosa para generar estrategias que nos acerquen más a la oportunidad de reducir los índices de violencia y que no salgan con la misma explicación de los ajustes de cuentas entre los bandos violentos.
¿Por qué nunca se habla de las estrategias que no pudieron ser exitosas al impulsar el desarrollo social de nuestra población? ¿Por qué no se habla que la estrategia de empleo digno y bien remunerado del empleo formal es ampliamente rebasada por la seducción instantánea del dinero fácil del mundo criminal? ¿Por qué no se habla de un modelo educativo con fallas severas y que al momento de llegar a la preparatoria provoca que deserte el 18 por ciento de los estudiantes? Claro, es más fácil culpar y destruir que entender y construir. Pero, es momento de construir, si el foro se desarrolla bajo esas premisas de entendimiento y construcción ¡bienvenido sea! Necesitamos instrumentos que ayuden a crear, instrumentar, aplicar, medir y corregir la calidad de vida de los ciudadanos, de otra forma si no existen resultados serán simplemente pirotecnia política; el horno no está para bollos.
Datos, referencias y experiencia hay a raudales. La historia se escribe para no tropezar dos veces con la misma piedra; pero luego, hay gente que guarda la piedra, la cuida, la pule y cuando menos piensa, la tira y sí… se vuelve a tropezar. Las lecciones de la inseguridad y la violencia no las hemos aprendido, quizá no lo suficiente.

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