José Díaz López
Analista
Para algunos partidos la elección puede significar su potencial sentencia de muerte. PAN y PRI están enfrascados en una lucha para librarse de su muerte. Les urge reorganizarse para no morirse de inanición electoral, porque a eso lleva la voluntad electoral: a la muerte de varios partidos políticos.
Quizá por eso el gobernador Corral huyó despavorido del calor de Chihuahua a las paradisiacas playas de Mazatlán, para no sufrir los tremendos problemas por falta de agua y seguridad que los gobernados de Chihuahua sufren; allá se la pasa descanse y descanse. Ya debería cambiar su residencia a Mazatlán. ¡Allá admítanlo, ciudadanos de Sinaloa! ¡Nombren al gobernador Corral turista distinguido, o lo que sea! ¡Pero ya no nos lo devuelvan a Chihuahua!
Los generales derrotados electoralmente no salen corriendo a las playas a descansar de la derrota. Eso lo hacen los artistas, los boxeadores. ¿Pero un gobernador que no trabaja por sus ciudadanos? Pues ¡cómo!
Los gobernadores deben trabajar todos los días del año, tratando de cumplir sus altas obligaciones. Para eso se les paga los altísimos e inmerecidos salarios que devengan. Pero a Corral le interesa pasársela de lujo a costa de los chihuahuenses en Mazatlán. Allá tiene oportunidad de pasear hasta en bicicleta cuidado por sus guaruras. El gobernador que “a veces” está en Chihuahua, se la pasa feliz la mayor parte del tiempo, abandonando las obligaciones más elementales de su trabajo. ¡Pobres de nosotros chihuahuenses, cuya vida y futuro, los hemos dejado ante tamaño irresponsable!
Pagamos a un gobernador por no trabajar, que entre muchas acciones absurdas, entrega más de 34 millones a un periodicucho oficial, ¡que ni para limpiar las… manos sirve!
Allá, lejos de los ríos de sangre que corren por todo Chihuahua y muy lejos del sufrimiento de los chihuahuenses por la falta de agua todos los días en las colonias, se pasea el “inteligentísimo” gobernador loco de felicidad en las placenteras playas de Mazatlán.
En ese mar de ‘weba’, como dice Froilán, pagado a costa de los chihuahuenses muy amolados por su Gobierno, recibió la noticia de que el exgobernador le ganó un amparo. Por teléfono, pues el señor anda de vacaciones siempre, ordenó a su subordinado que interpusiera el recurso respectivo. Los expertos legales dubitan, si con ese amparo “La Coneja” Gutiérrez obtiene algún beneficio. Habida cuenta de que se trata del mismo dinero, de cuyo desvío lo tienen aquí preso aún. Pues no tarda en pelárseles también. Pues en efecto tanto el amparo que ganó César Duarte como el que tiene en prisión a “La Coneja” Gutiérrez tienen como litis el dinero que entregó la Federación a Chihuahua y que se desvió para uso electoral del PRI nacional.
A saber, no libra con ese amparo el exgobernador el resto de órdenes de aprehensión, pero de alguna forma se quita un problema penal.
Pareciera que no hay gran daño a los intereses en este asunto para el gobernador Corral. ¡Pero la tizna nadie se la quita! De 13 órdenes de aprehensión que tenía ya nomás le quedan… 12; y luego 11; y luego; 10… ¡y ahí se va saliendo!
Sin embargo, el gobernador anda de vacaciones ¡muy inmerecidas por supuesto! Pues no se le ve trabajo por ninguna parte, ni obras públicas, ni eventos oficiales, ni atención a los problemas de los ciudadanos, ni suministro de agua, ni protección a la vida y bienes de los chihuahuenses. Eso sí, muchas cabalgatas con sotolitos de por medio, con disfraces de chero de caricaturas y caravanas en helicóptero por todo el país. El gobierno de Corral es realmente ¡el desgobierno pleno! Por eso los chihuahuenses votaron en contra de sus candidatos. Sólo se salvó Maru Campos… pero es para prolongar su agonía.
Volviendo a la reflexión sobre la situación de los partidos políticos, el PRI y el PAN no reaccionan del “shock” en que los dejó el repudio social.
Los dinosaurios del PRI que sobrevivieron al meteorito electoral que les cayó encima, piensan que “reflexionando” van a cambiar la realidad, igual que los fanáticos se niegan a ver al responsable de su destrucción.
En la misma circunstancia de muerte se encuentra el PAN. Anaya, y Corral como su estratega de cabecera, enfrentarán ahora las terribles consecuencias por división y persecución realizada contra prominentes figuras del partido. Todos estos grupitos de delincuentes azules, tendrán que morderse la cola para unirse entre todos ellos. Si no quieren morir, tendrán que convivir en la misma cueva.