Opinion

Amplia desventaja en la impugnación

LA COLUMNA
de El Diario

2018-07-21

Guardan perfecta lógica cuantitativa las impugnaciones de Armando Cabada y de Javier González Mocken. Entre el triunfo y la derrota ha quedado una diferencia minúscula de apenas 981 votos de casi 360 mil sufragios peleados entre ambos a mitad y mitad. Nervios a punto de estallar. Uno ataca, el otro defiende.
Cabada enfrenta un torrente de señalamientos ácidos porque de último minuto decidió inconformarse ante los números oficiales rendidos por la Asamblea Municipal Electoral. Su actitud en la víspera había sido de aceptación al resultado. “No sabe perder”, le gritó Mocken desde su trinchera morenista.
Ha considerado el independiente la existencia de elementos que pueden llevar a modificar los resultados; bajar la diferencia de los 981 sufragios y hasta revertir esa cantidad a favor con una revisión a las actas de escrutinio.
Pero son números, y muy pequeños; su fuerza política ahora parece eclipsada por el ganador y toda la fuerza nacional que lo respalda; peor aun, frente al árbitro electoral que en los hechos no es la Asamblea Municipal Electoral, ni el Instituto Estatal, ni el Tribunal Estatal Electoral, sino el mismísimo Javier Corral en persona que desde el lugar de descanso donde ahora se encuentre sigue tratando de mover los hilos del destino electoral juarense.
Ahora la situación ha sido empeorada para Armando con la denuncia por peculado que Morena interpuso en su contra ante la Fiscalía General del Estado y no ante la Fiscalía federal para delitos electorales. Nuevamente en manos de Corral. La única garantía que tiene ahí es de completa parcialidad en su contra.

***
La intervención de Corral en Juárez no tuvo el propósito de favorecer a Mocken pero sí de atajar a Cabada con toda la fuerza del Estado. Ha movido para el efecto a gusto y placer tanto a la Asamblea Municipal como al Instituto Estatal Electoral. Igual lo hará con el máximo órgano en la materia, el Tribunal Electoral; Yuri Zapata Leos, su presidente, muestra en su espalda la marca indeleble del gobernador. Incondicionalmente acata sus instrucciones.
Es en la asamblea municipal donde considera el independiente que fue reducida la cantidad de votos a su favor no para darlos al de Morena, sino únicamente para reducir el peso de la balanza hasta cambiarla.
Son varios los ingredientes incluidos en ese contexto; sumada una intervención que no habíamos detectado y cuyas fotografías presentamos hoy en la versión digital de La Columna, Héctor Orlando Alvídrez Baylón, encargado de la bodega donde fueron resguardados los paquetes electorales junto con el chihuahuita Ricardo Gándara, del cual hemos hablado profusamente en este espacio.
De Orlando hay fotos posando en la bodega, con el personal de la Asamblea Municipal Electoral, con el presidente del Instituto Estatal Electoral, Arturo Meraz, y con el propio gobernador del estado. Así de evidente.
Otro elemento es la incapacidad, plegada de descaro, de un presidente del órgano electoral municipal, Edgar Villegas Baray, que olvidó su papel como árbitro y asumió una posición de franco reto y entorpecimiento en contra de uno de los contendientes, casualmente contra Cabada. Su trabajo fue seguir la consigna de Palacio.
González Mocken también encontró manejos irregulares por parte del equipo de Cabada Alvídrez. Supuesta compra de votos y funcionarios de casilla cooptados. Queda la denuncia correspondiente en los documentos de su propia impugnación.

***
Los magistrados, primero en Chihuahua y después en Guadalajara, no deberán salirse del pequeño ámbito disputado, por más que les jale la tentación o presión de Palacio que va sobre la anulación de la elección, aun cuando Corral haya felicitado a Mocken por su triunfo y de pasadita haya denostado a Cabada. La discusión jurídica va sobre menos de mil 600 votos. No más.
Ese juego de cifras por supuesto llama a la incertidumbre que obliga a confirmar resultados. Más aun cuando existió de manera persistente justo una consigna de perjudicar al segundo lugar.
Ya en la revisión de los votos reservados para su análisis particular, circula un video que no deja nada a la imaginación: es una boleta que el elector manifestó no en una, sino en tres ocasiones, su decisión de votar por Cabada, pero lo hizo en el área de candidatos no registrados. La premisa ha sido, en lo federal y lo local, privilegiar la decisión del elector, por encima de formalidades. En el video, los consejeros, con una parsimonia y tranquilidad, que asusta aunque no sorprende, votaron por anular sin razonamiento alguno. Fueron autómatas que sólo respondieron afirmativamente.
No es el único voto en esas condiciones. Cabada piensa que hay cientos más, los cuales se sumarían a los errores cometidos en la captura, unos mil quinientos adicionales.
Hay que agregar el señalamiento de la pluma cuata. La misteriosa marca de tinta distinta, que anuló votos del independiente. Hay muchos sufragios en estas condiciones.
Del otro lado, también hay elementos. Unos cinco mil sufragios que están extraviados. Es esa diferencia que apuntábamos líneas arriba. Primero la ventaja era de seis mil votos y finalmente quedó en 981. El puntero pelea por esos sufragios que se encuentran inexplicablemente perdidos y que por supuesto le deparan un perjuicio. Exige que se aclaren.
En estas condiciones, es legítimo, obligado, no quedarse con los brazos cruzados aun frente a una maquinaria que no tendrá misericordia en pasar nuevamente sobre su humanidad.
Pero insistimos, no hay condiciones para que el Tribunal Estatal, en primer lugar, y en su caso el Tribunal Federal, declaren una situación distinta a la perseguida sobre los cerca de mil 600 votos.
Ampliar la disputa sería algo perverso no sólo contra los candidatos, sino contra los juarenses que salieron a votar en cantidades que hacía muchísimo tiempo no se veía.
Esperemos también que los propios contendientes no se enreden más en la pita, como ya ocurrió al darle a la Fiscalía estatal argumentos para convertir el asunto en penal, y en la cancha del gobernador.
Habrá más nervios, más presión y mayor controversia mediática de la existida hasta ahora aunque las quinielas marquen tendencia contra Armando Cabada por todas las razones dichas. Decisión política no cuantitativa.
Un mes de espera es mucho tiempo para los protagonistas directos de la elección y más para los actores pendientes de análisis, pronunciamientos e informaciones que irán marcando el rumbo definitivo de esta historia. Todos querrán tener la razón.
Tanto el equipo de Cabada como el de Mocken no se quedarán sólo a esperar el dictamen final, sea de la autoridad estatal o federal. Necesariamente buscarán influir en el mismo a través de sus distintos interlocutores.
Seguirán las peleas en redes y en todos los medios de comunicación al alcance de la sociedad. Viene un mes de más peleas y más polémica, tiempo perdido para la planeación que requiere la ciudad hacia los próximos tres años.
Cabada ya había dispuesto todo para que su equipo preparara la transición pero los planes fueron frenados tan pronto como quedaron anunciados por la impugnación. Mocken, su equipo y los juarenses deberán esperar hasta el último momento para tomar las riendas de la administración municipal con todo el costo que implica. No recibirán llaves de oficinas hasta que haya ganador definitivo declarado.
A Corral no le importan las consecuencias para la ciudad y para sus habitantes, así que debemos también esperar sorpresas de su característico ingenio para lo maligno. Anulación o cualquier otra incidencia.

X