Opinion

Video: Es omnipotente y hace lo que le pega la gana

LA COLUMNA
de El Diario

2018-07-15

• Es omnipotente y hace lo que le pega la gana

• Sospechosos perdones a un corrupto, Ernesto Ávila

• Juan Ramón, Rafa Espino, Leos, seguros con AMLO

• En Derechos Humanos no respetan los derechos humanos

El diputado panista recién reelecto, Jesús Valenciano García, podrá ser señalado por imprudente y falto de criterio pero no por falto de franqueza ni sinceridad. Llama a las cosas por su nombre. A su patrón, Javier Corral Jurado, le llama omnipotente y como quien hace lo que se le pega la gana. Tenemos el video correspondiente en la versión digital de La Columna.
Así lo dijo el señor diputado de manera textual, hasta eso, en día inhábil para el Congreso del Estado, el viernes. Estuvo en una “mesa técnica” para “analizar” el copy paste que envió de Ley Haciendaria el Poder Ejecutivo estatal al Congreso.
Estuvieron en esa reunión, además del diputado citado, representantes de la Secretaría de Hacienda y Secretaría General de Gobierno, gente de la Facultad de Contaduría de la Universidad Autónoma de Chihuahua y asesores de la Comisión de Hacienda del propio Poder Legislativo.
Podemos dejar al video que presentamos en la versión digital de La Columna las palabras dichas por el diputado Valenciano García, uno de los varios legisladores que apenas reciben la orden del patrón Corral levantan su manita en el Congreso sin pedir explicaciones.
“Qué buscamos nosotros con este tema: tratar de que el gobernador sea omnipotente y que al final del día, de una manera discrecional, disponga de los recursos como se le dé su gana aunque sea de nuestro mismo color (partidario)”.
Algunos de los asistentes al encuentro no dieron crédito a lo dicho aunque se tratara de una reunión privada, casi con puros amigos aliados de la universidad, del Gobierno estatal y del Congreso...
Todos saben que Corral actúa omnipotente y como se le pega la gana pero nada sano es agregarle desfachatez y cinismo a la realidad, como lo hizo Valenciano el viernes. El exceso de confianza aunque a nivel general el patrón haya sufrido una deprimente derrota electoral.

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Javier Corral debiera conmoverse ante las penurias en la Secretaría de Salud y actuar, tanto o más de lo que grita y patalea por la corrupción cometida por su antecesor, César Duarte Jáquez.
El gobernador ha sido omiso e irresponsable hacia la propia corrupción que en su régimen sufre Salud a manos de su titular, Ernesto Ávila Valdez; varios funcionarios más emblemáticos del PAN, incluida una pariente del actual líder del PAN en el estado, Fernando Álvarez.
Ahora que Ávila aparece amparado contra actuaciones penales de la Procuraduría General de la República, se corrobora que los duartistas se comportaron como infantes frente a los hechos cometidos por el régimen blanquiazul.
Deudas multimillonarias que no son pagadas, proveeduría también multimillonaria del sector oficial a hospitales privados en los que ha quedado establecido el conflicto de intereses de Ávila, adjudicaciones directas ilegales descubiertas desde el inicio de la administración pero tapadas por la Secretaría de la Función Pública estatal, licitaciones otorgadas a modo a empresas de amigos y cómplices, y todos los etcéteras que deseemos agregar.
Por supuesto que todo ese bacanal, esa indolente orgía de corrupción, se ha traducido en una calamidad de atención para la salud de los chihuahuenses que por necesidad extrema deben recurrir al servicio hospitalario público.
Ni medicamento, ni análisis clínicos, ni transfusiones, ni intervenciones quirúrgicas de mediano nivel porque no hay dinero, todo se lo están clavando, dicho muy coloquialmente, los socios de Ávila.
Corral ni un dedo mueve ni mucho menos se conmueve por el sufrimiento chihuahuense. Quizá cómplice, acaso abúlico, o ambos. Ernesto Ávila fue colocado en el cargo por su pariente político, Francisco “Pancho” Barrio, a su vez abuelo político de Corral, otro elemento por el que se ha vuelto inamovible del cargo... aunque le siga los pasos con orden de aprehensión en mano la Procuraduría General de la República.
Corral ni ve ni oye ni huele. No le conviene.

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Maltratado por César Duarte cuando fue su coordinador de Comunicación Social y mal aprovechado en el PRI al que sirvió durante décadas, Juan Ramón Flores Gutiérrez aparece ahora como protagonista estelar en el equipo arrasador de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Juan Ramón fue nombrado coordinador de asesores para la etapa de transición por el virtual nuevo secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán.
Antes Flores Gutiérrez fue asesor de Moctezuma en la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de la propia SEP, y después su secretario particular en la Secretaría de Desarrollo Social, de donde fue titular el hoy cercano colaborador de AMLO. Con ese apoyo también fue diputado federal el chihuahuense.
Otros chihuahuenses que se han ganado a pulso espacios de primer orden en el equipo lopezobradorista son Rafael Espino de la Peña, quien ya trabaja en el sistema hacendario y financiero; Bertha Luján, que anda por la Auditoría Superior de la Federación; el cuauhtemense Pablo Andrés Leos, autor principal del carro completo Moreno en la región occidente del estado, junto con Heraclio Rodríguez, diputado federal electo. Pablo va al sector económico o turístico, y Fernando Tiscareño, que seguramente será convertido en delegado federal o en titular de alguna descentralizada a nivel nacional.

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Imposible de creerlo. La Comisión Estatal de Derechos Humanos despidiendo a uno de sus servidores más fieles y eficaces quizá por un par de décadas.
Se trata de Carlos Mario Alvarado, un periodista que hizo las funciones de vocero en ese organismo hasta que de manera sorpresiva (o no tanto) fue despedido por el presidente del organismo, José Luis Armendáriz, un funcionario que ha jugado al ómbudsman sin auténticamente serlo. Sirvió abyectamente a César Duarte tanto o peor que lo hace ahora con Javier Corral.
Alvarado es un periodista hiperactivo, medio alocado pero profesional y buena persona. Exseminarista almeidista. Fue despedido porque se aferró a presentar un libro del que pronto tendremos detalles. No le agradó a Armendáriz y parece que menos le gustó a Palacio de Gobierno.

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