Opinion

La triple c

Carlos Irigoyen
Analista

2018-07-12

Queremos certeza, confianza y credibilidad por el bien del desarrollo político de nuestra comunidad.
Navegamos en la zozobra de saber con exactitud que es lo que está pasando en torno a los resultados de la elección del presidente municipal. Para nadie es un secreto que el actual presidente tiene un ojo al gato y otro al garabato, la reelección pende de un hilo. La contraparte nada de exabruptos por aquello de caer en dimes y diretes profundamente innecesarios y hasta desconcertantes. La elección ha sido un proceso costoso, cuesta en promedio para los residentes en el extranjero 126 dólares y 316  pesos por votante en territorio nacional.
La pelea local ha sido muy cercana, el fenómeno independiente contra el fenómeno AMLO -el que incluso Andrés Manuel ya lo llamó de corte mundial- ambos han utilizado cualquier cantidad de herramientas promocionales que sin duda reforzaron sus marcas desde antes, durante y aun después del proceso electoral que ya ha visto definidos todos los puestos salvo la alcaldía.
Desde aquel lejano 1983 cuando cambió de color la Presidencia Municipal, que abrió un toma y daca de tricolores y azules hasta que en 2016 se pintó de independiente; de la izquierda mexicana poco y nada, su participación había sido anecdótica en la vida política de esta ciudad. Pero el impacto 2018 de la marca AMLO dejó huérfanos a los tradicionales y pone en jaque a los proyectos independientes; imagine usted que de obtener la Presidencia Municipal Morena tendría el llamado carro completo en nuestra ciudad; el mismo que es la nostalgia de unos, la ansia de otros, la ambición de terceros y sin duda la sorpresa para muchos que están a punto de lograr algo impensable en tan sólo la segunda vez que participan en una elección en nuestra ciudad. Esto nos lleva a dos escenarios, ¿puede usted imaginar un presidente trabajando al lado de un Congreso local/nacional y Sindicatura que pertenecen todos a una misma asociación política diferente? O bien, ¿estaremos ante la presencia de un lujoso carro completo último modelo para una institución política? ¿Qué nos convendrá más como ciudad? Si el poder parcial ha sido devorador de buenas intenciones no quiero pensar que va a pasar a sabiendas del poder absoluto. Hoy más que nunca evocamos esas tres vertientes de ya sabes quién, “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”. Los intereses mezquinos y cicateros se reflejan en posturas que rayan en lo inverosímil y en el absurdo, las posturas que provienen de intereses leales regularmente conllevan a las negociaciones que dan como resultado las condiciones para crear y crecer; desafortunadamente, en la prosa de la política mexicana a los interés mezquinos los envuelven en versos sin rima ni cadencia resultando en una métrica tan descuadrada como maquiavélica, de ahí que los resultados que aprecia la ciudadanía sean tan parcos como puestos en entredicho.
La tardanza por obtener los resultados raya en lo desesperante, huele mal tanto receso, anuncios equívocos, personajes involucrados, guerra de declaraciones, pleitos, expulsados de las instalaciones, supuestos de espionaje; una lástima ver como convirtieron el sublime acto democrático del ejercicio de votar por un presidente municipal, en un circo chabacano y soez. Las autoridades electorales no han sido prolijas en el manejo de la comunicación, si no lo han podido hacer con los partidos políticos, mucho menos con la ciudadanía que ya quiere saber cómo van a quedar los cuadros de gobierno; por morbo, por conveniencia o por conciencia cívica,  pero por sanidad ¡que ya lo determinen! La realidad es que a más de una semana de haber ido a las urnas, se vive la tensión entre la continuidad de un proyecto denominado independiente y la alargada provocada por Morena, las otras opciones están ya de mudos testigos aunque pendientes “por si las recontramalditas dudas”.
La cifra de diferencia ha sido reducida a su mínima expresión, convendría que las autoridades electorales emitieran una declaratoria de no hacer algún comentario sobre los resultados hasta que ya tuvieran la certeza de los mismos y sólo después de habérselos comunicado a los involucrados, abrir a la opinión pública lo que paso -con las consabidas medidas de transparencia- en el cómputo de los resultados; las reacciones de los políticos así como sus acciones ya serían de su propia responsabilidad apegándose a lo que marca la ley y con base en la declaratoria de la autoridad electoral; son una autoridad no un presentador de estrellas del espectáculo. Como ciudadano que participé en el proceso, exijo y pido se respeten los procedimientos determinados para la contienda electoral, así como sus resultados cualesquiera que sean. La autoridad no puede ni debe dar pie a la especulación de si estarán en un minuto, una hora, un día o un mes para dar certeza y confiabilidad; el ambiente esta enrarecido y confuso con la violencia que se ha desatado en nuestra ciudad, no es necesario agregar un suspenso del área electoral a la trama llamada Ciudad Juárez. Por el bien de nuestra ciudad, que se aclare todo este embrollo.

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