Opinion

De pejezombies y pejefóbicos (I)

Sixto Duarte
Analista

2018-07-09

Desde hace algunos años, y de manera muy concreta durante la campaña de 2012, surgieron en las redes varios calificativos de aquellas personas que seguían o rechazaban una determinada corriente política: peñabots, chairos, pejefóbicos, etc.
Esta manera de caricaturizar a quienes apoyaban un candidato siguió utilizándose durante la defensa o crítica del gobierno de Peña. De manera muy concreta, aquellos que piensan que la solución del país está en un solo hombre, que es López Obrador, son llamados ‘pejezombies’; aquellos que temen que López Obrador nos convierta en Venezuela son llamados ‘pejefóbicos’. Y así con esa dicotomía tan simple, podemos analizar gran parte de la población cibernauta.
Una de las características del pejezombie, es decir, aquel que cree de manera ciega lo que López Obrador dicta, es la crítica feroz hacia las acciones del gobierno de Peña. La mayor creación de empleos en la historia del país, la rebaja en costos de telecomunicaciones y el control responsable de la inflación no existen, pues para él, Peña se levanta todos los días viendo cómo desgraciarle la vida a 120 millones de mexicanos.
El pejefóbico, por el contrario, cree que López Obrador es el mismísimo demonio, y que forma parte de un complot en donde el plan es convertirnos en Venezuela. También López Obrador, según el pejefóbico, quiere desgraciarle la vida a todos los mexicanos.
Sucede que, como ocurre en las democracias (o los países que aspiramos a serla), la elección fue ganada por López Obrador. Y es a partir de ese momento que ocurre un ‘glitch’ en la forma de pensar del pejezombie, pues está acostumbrado a criticar toda acción de Peña, y ahora deberá empezar a defender toda acción de López Obrador, irónicamente, aun cuando se trate de acciones idénticas (como por ejemplo, las reformas).
La política está llena de doble discurso, o “doble standard”, como le llaman algunos. Los pejezombies no son la excepción de esta regla. El pejezombie lleva en promedio seis años diciendo que todo es culpa del Gobierno, y que la sociedad es víctima de esta tiranía. De hace una semana para acá, el discurso chairo ha sido moderado, e incluye posturas que en lo personal siempre he sostenido: “el cambio somos todos”, “AMLO no puede solo si no le ayudamos”, “En seis años no se pueden cambiar las cosas, es presidente, no mago”, “desearle mal al presidente es como desear que el piloto del avión se infarte” y expresiones similares que mezquinamente le fueron regateadas a México, que no fueron adoptadas con el Gobierno que termina, y que ahora pretenden utilizar para justificar el hecho de que el país seguirá siendo el mismo en seis años. Ahora veo que para el pejezombie, no es que las cosas estuvieran mal en el país; el problema es que no se formaba parte de las instituciones que ahora aspira a integrar.
¿El cambio somos todos? ¿Qué no el problema eran Peña y su gobierno? Si el problema era Peña y su gobierno, deberíamos entender que la solución también es AMLO y su gobierno. Respecto al piloto del avión, ¿no llevan seis años torpedeando a Peña a cada paso que da?
Es hipócrita comenzar a justificar por adelantado la continuidad de la situación del país. Llevan cerca de 18 años diciendo que tienen la solución a los problemas del país con una varita mágica. Es hora que la saquen, y solucionen los problemas de México. Con sus aliados, tienen mayoría absoluta en el Congreso. Pueden arreglar esto. Finalmente, ese era el fin de llegar al poder, ¿no?
Veo con preocupación que para el pejezombie promedio, no hay interés en la reconciliación nacional. López Obrador, en uno de los discursos más emotivos que le he escuchado, tendió la mano a todos. En cambio, el pejezombie promedio no está de acuerdo con ello. Todos tenemos amigos pejezombies. Basta consultar nuestras redes sociales para ver cuántos de ellos han emulado la posición de AMLO en cuanto a vivir en concordia. La furia, y ese malhumor social del cuál hablaba Peña se ven reflejados en cada día que pasa, y el pejezombie no tiende la mano. El pejezombie sigue ebrio de victoria, y soberbio en su actuar. Decía mi amigo Alejandro Álvarez que no entiende cómo cuando pierden insultan, y cuando ganan también. Lo mismo dijo el periodista Pablo Hiriart, respecto a que el pejezombie sigue buscando revancha. Olvida el pejezombie que ganó porque la mayoría del pueblo así lo dispuso. Me refiero al pueblo, no a los pejezombies, que no son la totalidad del pueblo.
(Continuará…)

X