Pascal Beltrán del Río
Analista
Ciudad de México.— La forma en que la alianza electoral encabezada por Morena barrió a sus contrincantes no sólo en la elección presidencial, sino también en las de diputados federales y senadores puede dejar la impresión de que la consigna de Andrés Manuel López Obrador a sus seguidores, para votar por la coalición Juntos Haremos Historia (JHH) en todas las boletas electorales, se cumplió al pie de la letra.
Al fin y al cabo, de acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares, JHH ganó la diputación de mayoría en 210 distritos a lo largo y ancho del país. También obtuvo triunfos en 23 entidades en la contienda para el Senado. Es decir, el voto parejo en las tres elecciones federales del domingo pasado se dio de forma abrumadora.
Sin embargo, si uno se asoma a lo ocurrido en los comicios locales, se encuentran matices interesantes. Hay que recordar que, por primera vez en la historia reciente, 30 de 32 entidades tuvieron algún tipo de elección local, ya sea para gobernador, diputados locales o alcaldes, por lo que los electores en todos los estados, salvo Baja California y Nayarit, recibieron cuatro, cinco o hasta seis boletas en la casilla.
Por supuesto, el voto parejo también apareció en las elecciones locales y eso hizo posible que Morena ganara gubernaturas, alcaldías y mayorías en congresos locales en estados donde la competencia siempre había sido entre el PRI y el PAN.
Al ganar la elección en 31 de las 32 entidades del país, López Obrador actuó como una locomotora, impulsando a muchísimos de los candidatos postulados por su coalición hacia victorias que, hasta antes del 1 de julio, parecían imposibles.
Fue el caso de la ganadora de la elección para el Senado por Baja California, Alejandra del Carmen León Gastélum, quien derrotó a un político experimentado como el panista Jorge Ramos Hernández, exalcalde de Tijuana y expresidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados. Su estruendosa celebración con champaña –conocida mediante un video en redes sociales– dejó la impresión que León Gastélum no creía su suerte.
Es muy probable que sin el voto parejo, convocado por López Obrador, ella no estuviese hoy en la antesala de convertirse en senadora. Por cierto, a raíz de su festejo, enfrenta un proceso de sanción ante la Comisión de Honor y Justicia de Morena, que podría terminar en su expulsión del partido.
Pero así como muchos ganaron montados en la ola lopezobradorista, en diferentes estados del país el electorado no aplicó el voto parejo en elecciones para cargos locales.
Fue el caso de los comicios para gobernador en las que no triunfó JHH, salvo la de Guanajuato, el único estado donde no ganó AMLO.
En Jalisco, Puebla y Yucatán, los triunfos de López Obrador en la elección presidencial no se tradujeron –de acuerdo con datos de los PREP– en victorias para los candidatos a gobernador de JHH.
En Jalisco, el tabasqueño sacó un millón 174 mil votos mientras que el candidato de su coalición, Carlos Lomelí Bolaños, cosechó 668 mil; en Puebla, AMLO obtuvo un millón 445 mil y Miguel Barbosa Huerta, 861 mil, y en Yucatán, López Obrador consiguió 327 mil y Joaquín Díaz Mena, 170 mil (todos los datos al cierre de los PREP).
Lo mismo ocurrió en las contiendas para diferentes alcaldías. En Torreón, Coahuila, el alcalde Jorge Zermeño, quien buscaba la reelección, postulado por la coalición PAN-PRD, sacó 143 mil 895 votos, mientras que su contrincante Ignacio Corona, de Morena, obtuvo 69 mil 952.
En la contienda presidencial en ese municipio lagunero, la tendencia fue al revés: AMLO se llevó la mayoría de los votos, con 156 mil 125 sufragios, por 79 mil 861 de Ricardo Anaya.
Ante la incredulidad de algunos en Puebla de que un mismo elector pudiese votar por López Obrador en una boleta y por la panista candidata a gobernadora Martha Érika Alonso en otra –Barbosa y sus seguidores alegan que fueron víctimas de fraude–, subí a Twitter los datos de Torreón.
Poco después, recibí respuesta de la tuitera Mariam García (@mariamgch). “Yo sí voté cruzado aquí en Torreón”, escribió. Y agregó: “Creo que Corona esperaba ganar con el nombre de AMLO. Nunca escuché nada de su campaña; es más, no sé quién es, no lo conozco. El señor Zermeño ha estado trabajando bien, por eso le di mi voto”.
Así pues, varios millones de ciudadanos votaron parejo en las elecciones del domingo, pero hubo distintas muestras de voto diferenciado como las que anoto arriba. Parece ser una buena noticia para los políticos que se esmeran en destacar por su trabajo: se puede sobrevivir a un tsunami electoral como el del domingo.