LA COLUMNA
de El Diario
• AMLO seguirá siendo para Corral ‘un ambicioso vulgar’
• En accidente de junior se limpian con los más débiles
• El puño de sal de Patricio en herida de Reyes Baeza
El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, deberá tomar los atajos, veredas y vericuetos necesarios que lo lleven a cumplir sus promesas de campaña a Chihuahua, porque los antecedentes indican que enfrentará severas dificultades para mantener una coordinación eficaz con el gobernador del estado al menos hasta que termine éste su período, en el 2021.
Javier Corral Jurado no se ahorró ataques ni cuestionamientos contra el tabasqueño. “Tampoco debe llegar López Obrador (a la Presidencia) que ya pactó (con Peña), convertido en lo que tanto criticó, un ambicioso vulgar”, embistió en Twitter semanas antes de la jornada electoral.
La característica doble cara del gobernador chihuahuense cambió al momento de triunfar López Obrador. Tardó para asimilar el trancazo del 1 de julio. Hasta el martes 3 salió a decir que está listo “para cooperar con el nuevo Gobierno (será el nuevo régimen; el Gobierno no cambia), para empujar objetivos comunes. “Vamos a trabajar de la mano con el nuevo presidente y sus colaboradores (estamos) en absoluta disposición de trabajar juntos”.
AMLO conoce la contextura de Corral. Sabe que no ha hecho nada ni lo hará. No es político de palabra.
“Llevo dos días acá en Chihuahua y la queja es que continúa la inseguridad, la violencia, muchos homicidios, masacres y no da el ancho Corral. El nuevo gobernador se ha dedicado nada más a simular y a la publicidad. Miren: las casetas de cobro las ha pintado de azul”, observó el presidente electo en un recorrido por varios municipios del estado, tras un año y fracción del fallido Corral como mandatario estatal. “El gobierno de Corral es una simulación. Es una farsa”, dijo en palabras rebosantes de verdad, irrefutables.
Este año en abril, de nuevo en Chihuahua, López Obrador fue más enfático: Corral “está resultando igual que Duarte. La verdad es un fracaso, no representa ningún cambio. Creo que ya la gente de Chihuahua se está dando cuenta. No ha hecho absolutamente nada en beneficio de Chihuahua; al contrario, hay cosas en las que está peor ahora Chihuahua que cuando estaba Duarte”.
Remató en Delicias: “Es mucho pueblo el de Chihuahua para tan poco gobernador”.
Reventado de dolor en su egolatría infinita, Corral Jurado apenas atinó a hilar unas frases de defensa; la más lacónica de ellas: “Hace tiempo que dejó de ser para mí un personaje respetable”.
Es evidente que la relación no será seria, ni profesional, ni muchos menos institucional por parte del gobernador hacia el nuevo presidente de México. Prevalecerán engaños, simulación y ataques como fue con Peña Nieto. Su interés no es el gobierno, es el yo-yo desmedido.
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El hilo se revienta por lo más delgado. Dos pobres agentes de Tránsito permanecen en la orillita de ser llevados a la cárcel por proteger en un accidente vial al vulgar junior hijo de un funcionario de primer nivel del Gobierno estatal.
También está en la cuerda un policía municipal que hizo lo mismo aunque en defensa de su propia sangre; el junior es su sobrino. El tío poli se llama Omar Borruel; el papá, Carlos Borruel Baquera, titular de la Comisión Estatal de Vivienda, protegido por el gobernador, Javier Corral; el junior es Carlos Borruel Macías.
Es claro que al menos los dos agentes de Vialidad recibieron órdenes. Hubieran perdido el trabajo de no haberlas cumplido. Quedaron en calidad de la salchicha del sándwich. Ahora se quedarán sin trabajo y posiblemente vayan a la cárcel.
Ambos agentes falsificaron el peritaje del accidente ocurrido en la ciudad de Chihuahua la madrugada del pasado 28 de abril cuando el junior tripulaba con amigos un McLaren de modelo reciente que estamparon en un camellón. El policía municipal incurrió en “tráfico de influencias”. A esas conclusiones llegó en las indagatorias correspondientes la jefa de Asuntos Internos de la Fiscalía General del Estado, Erika Jasso. Tras los dictámenes viene la sanción.
Desde el inicio de esa historia quedó establecido que participaron de una forma u otra el director de Vialidad, Carlos Reyes; el titular de la Comisión Estatal de Seguridad, Alberto Aparicio; y por supuesto, el titular de la Comisión de Vivienda, Carlos Borruel padre. Sin la participación de ellos, los agentes no hubieran actuado como lo hicieron, particularmente porque se trató de un accidente bastante escandaloso que implicó movimiento de policías, peritos, grúas, etc. Entonces los castigados debieron ser sí los policías, pero inevitalmente también los tres funcionarios señalados. Es muy fácil limpiarse con los eslabones más débiles.
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Los contadores de esta frontera siguen reclamando un compromiso que se había echado a cuestas el entonces subsecretario de Gobierno en la Zona Norte, Ramón Galindo Noriega, por cierto también contador de profesión, junto a su recaudador de rentas Sergio Nevárez: revisar y derogar la obligación que imponen a los contribuyentes estatales para el pago de un certificado de no adeudo de obligaciones fiscales. En todas las demás instancias es un trámite por el que no se cobra nada.
Para los contadores públicos, tanto del Colegio de Contadores como los que aglutina la Asociación Nacional de Contadores Públicos, resulta por demás recaudatorio ese cobro, ya que dicho certificado sólo es requerido para los diversos trámites ante el mismo Gobierno estatal, y además les cobran por otorgarlo. Pero lo que más les extraña es que el compromiso asumido por los funcionarios estatales haya quedado en el total y absoluto olvido. No debería extrañarles, el nuevo amanecer tiene como sello el incumplimiento de su palabra. Por eso sus candidatos (as) fueron aplastados durante la jornada comicial del domingo, incluido Galindo.
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El senador y exgobernador Patricio Martínez aventó un puñito de sal a la herida tremenda que abrió en Reyes Baeza la derrota electoral del domingo en su búsqueda por un escaño en el Senado de la República.
El derrotado político priista emitió el lunes algunos cuestionamientos contra sus correligionarios que a lo largo de la campaña traicionaron o de plano pasaron nomás bobita a lo largo de la contienda. Le hicieron al monje loco.
Patricio le envió una misiva a Reyes de unas cuantas líneas cargadas con ácido muriático: “Vi ayer video de conferencia de prensa reconociendo su derrota. Lo lamento”, dice al inicio. No dice ni cómo ni cuándo pero advierte en unpárrafo más abajo: “Por razones personales y de fuerza mayor, pospongo mi comentario de la correspondiente disección”.
La pedrada y a correr. Sano sería para los priistas y sociedad en general una buena exposición pública; ahora, no mañana, ni pasado mañana, de los pormenores sobre la debacle que nuevamente amenaza con desaparecer al otrora partido oficial.