Opinion

El platillo de Corral en el Shangri fue Armando

LA COLUMNA
de El Diario

2018-06-29

• El platillo de Corral en el Shangri fue Armando

• Suelta funcionario espumarajo verbal vs duartismo

• Toman el pelo al gobernador con Ley Hacendaria

• Engorda Lucha de burocracia al Poder Judicial

La comida en el Shangri La levantó suspicacias, murmuraciones y algunas interpretaciones que vale la pena comentar. Tenemos en la imagen de nuestros fotógrafos artesanales publicada en la versión digital de La Columna al gobernador, Javier Corral Jurado; al subsecretario de Gobierno en Juárez, Mario Dena, y al presidente municipal, Alejandro Loaeza Canizales.
Buena parte de la tarde del jueves ellos la dedicaron a dar cuenta de algunos sabores gastronómicos asiáticos preparados con productos característicos mexas (ni modo que la banderita de tomate, cebolla y jalapeño, o el chicharrón de pollo, sean importados). Bebieron coronas en botella y tarro helado, según apreciamos en la foto.
Evidentemente no se reunieron en ese lugar para hablar de cosas de gobierno aunque junio esté convertido en el mes más violento del año y de muchos años con cerca de 170 ejecuciones. Abordaron cualquier cosa de la jornada electoral a sólo horas de llevarse a cabo.
Ni para qué hacer corajes, la seguridad no es un tema que le preocupe a Corral; ya lo comprobamos justo el sábado pasado durante el desayuno en Los Bichis. Ahí estuvo con candidatos y funcionarios mientras en la ciudad moría a balazos media docena de personas. Por las regiones del noroeste, occidente y la Sierra mejor ni se asoma. Arden sin autoridad alguna que auxilie a la población. Dice la coloquial frase, ni suda ni se acongoja el gobernador.
Al Shangri La no fueron tampoco sólo a comer. Corral trata de seducir a Loaeza y encelar a su jefe, Armando Cabada. Lo odia desde lo más negro de su corazón porque ha pretendido subordinarlo y no ha podido. Ahora lo insulta diciendo que en persona lo lisonjea pero a sus espaldas lo ataca. Diferencias políticas que el gobernador convierte en personales. Así ha sido su conducta.
Sin duda también hubo mensajes de Corral a Cabada a través de Loaeza. Nos dicen que dos de ellos tienen relación con supuestas carpetas de investigación sobre el pleito de la regidora Irma Medrano contra el alcalde aspirante a la reelección y otra sobre la publicidad que mete el Municipio (como ha sido desde décadas antes que Armando fuera presidente) en el Canal 44.
Es  posible que sean ciertos esos mensajes. Mucho se habló durante las últimas semanas sobre la persistencia del gobernador por desactivar a Armando pero no por los medios convencionales del trabajo y de la buena operación política, sino a la malagueña estilo policiaco. Todavía no conocemos el temple de Loaeza para aguantar la presión; sobre todo cuando hay ego y algo de ambición política futura. El aroma, textura y sabor del arroz frito del Shangri son innegociables pero no prioritarios ante las mayores necesidades de poder.
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De un ciudadano común puede entenderse la opinión, la generalización y hasta las aseveraciones de inocencia o culpabilidad; no así de un funcionario público, menos de un alto funcionario.
Tenemos el caso de Andrés Carbajal Casas, subsecretario de Obras Públicas del Gobierno estatal en Juárez. Ayer manejó en su Face una batería de afirmaciones y señalamientos más propias de un activista político de los que en otros tiempos perifoneaban en plazas públicas que de un funcionario público obligado a la pluralidad y a la sensatez.
Con mucho espumarajo verbal y a empujones se introdujo Carbajal en la controversia pública sobre las últimas aventuras corralistas contra sus antecesores duartistas enviados a la cárcel.
“Y faltan muchos Medina y Duarte. Sus parientes que son líderes de ganaderos. Rectores, exrectores universitarios, exdiputados, primos, sobrinos, hermanos, expobres ahora ricos, exricos que lo veían pobre y que terminaron de vasallos del exgobernador. Ojalá y pronto, muy pronto, la cárcel esté pletórica de esta gigangtesca pandilla de ladrones!”.
Si de austeridad habla Corral, para qué batalla; que se ahorre todo el gasto de la Fiscalía General del Estado y sus vasallos los jueces. Ya tiene en Carbajal Casas al gran policía y al gran juzgador. Al fin y al cabo no sería más que otra decisión ilegal e irresponsable de las muchas ejercidas a lo largo de los casi dos años de administración.

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Desconocemos quién se ganó unos buenos pesos por un proyecto de Ley Hacendaria, que no hace ninguna aportación real o sustantiva, más que tratar de emparejar normas estatales y federales, con el idealismo de una supuesta armonización, que en términos lisos y llanos no sirve para nada.
El copy paste consistió en trasladar los impuestos sustantivos del Código Fiscal, en su libro tercero, a una Ley Hacendaria, dejando en aquel la parte procedimental y apartados fiscales. Fiasco de norma que le vendieron al gobernador Corral, distraído como anda en el green y restauranteando.
Fueron eliminados impuestos que hace mucho no aparecen en la Ley de Ingresos y los gravámenes derogados. Pero de ahí en más -tasas, base, objeto, todo igualito- es un documento de 43 páginas, que pasará sin pena ni gloria en los anales legislativos, engrosando el turismo legislativo de asesores, externos e internos, que no hallan luego cómo justificar la chuleta. A ver qué dice el flamante consejero jurídico, el juarense Jorge Espinoza.

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Una más de Luz Esthela “Lucha” Castro. Y decimos de ella, porque es realmente quien maneja a su antojo el Tribunal Superior de Justicia desde el Consejo de la Judicatura, con un derecho de picaporte directo con Palacio, haciendo su voluntad y deseos. En ese camino hace y deshace con ocurrencias que arrastran a la justicia chihuahuense hacia el desorden, confusión y burocracia sin fin.
La última es el famoso Centro Auxiliar, un órgano que busca resarcir el grave error de convertir todos los juzgados civiles y familiares en orales, construyendo un embudo monumental en los juicios tradicionales, una auténtica negación de justicia por el espantoso rezago existente.
Ahora habilitaron jueces auxiliares de los juzgados tradicionales familiares y civiles, y -se supone- bajarán personal de las Salas para operar el dichoso centro.
Tienen como encargo sacar las sentencias que sufren retrasos de meses.
El acuerdo, auténtica aceptación del grave error, fue expedido la semana pasada, en un bomberazo, pleno de mentirillas -como haber dotado de personal adicional a los juzgados tradicionales-, producto de la presión de los operadores de justicia y los amparos interpuestos por la dilación injustificada en la impartición de justicia.
Ahora la nómina se carga de burocracia. Tenemos cuatro nuevos jueces familiares y civiles, Espino, Trenti, Cepeda y Maldonado, a cargo del presupuesto, durante meses o años. El erario inyectado por recursos de todos los chihuahuenses aguanta eso y más.

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