LA COLUMNA
de El Diario
• ¿Hay políticos entre ‘El Tablas’
y ‘El 300’?
• Pastor y diputado, receta ideal para robar millones
• Jorge Doroteo atiende queja
fronteriza
• ‘Pacto’ tricolor no contempla jornada electoral
¿Ejecuciones y violencia auspiciados desde intereses políticos? ¿A poco estamos hablando de crimen organizado y desorganizado metido en la campaña electoral juarense?
Eso es lo que asegura en otras palabras el presidente municipal en busca de la reelección, Armando Cabada Alvídrez. Sufre Juárez una nueva etapa de violencia considerada atípica, pero entre los principales jefes policiacos municipales, estatales y hasta federales han reducido los motivos a la división que sufre la pandilla de Los Aztecas. 120 asesinados en mayo, más de 100 en lo que va de junio. “El Tablas” Ravelo contra “El 300” Garza.
Lo dicho por Cabada es bastante delicado, sensible. No descubre el hilo negro. Ha sido el 2018 particularmente terrible para la democracia por ataques de la delincuencia a candidatos prácticamente por todo el territorio nacional; Chihuahua no ha sido la excepción.
En Juárez no tenemos hechos específicos registrados sobre el particular; al menos no donde sea comprobada la participación criminal en contra de candidatos y/o de sus dirigencias partidarias, o de entes de gobierno.
No hay especialista en la materia, sin embargo, que no sepa de anécdotas donde se habla de miembros de pandillas o de células de crimen inmersos en determinadas etapas de campañas electorales.
Hoy puede ser el caso que, efectivamente, a nivel general existan estrategias de violencia para debilitar la imagen política de quienes ostentan el poder en el municipio más allá de la propia reyerta entre Los Aztecas y sus exaliados La Línea. Básicamente eso señala Cabada.
Las correspondientes áreas de inteligencia de las corporaciones policiacas tienen la última palabra; tienen la obligación de esclarecer ese dicho y actuar en consecuencia. La población juarense, la ciudadanía de esta frontera, no puede permanecer expuesta a esos ‘juegos’ de políticos y criminales.
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Al priismo juarense le sirvió de algo, o de bastante, haber alzado su queja contra la ausencia del dirigente estatal de la CTM en esta frontera, Jorge Doroteo Zapata, a lo largo de la campaña electoral.
La inconformidad tuvo énfasis dramático porque hablamos de un líder cuya central obrera agremia a varias decenas de miles de empleados que se supone permanecen automáticamente afiliados a la CTM y por lo tanto al PRI; más todavía, porque Zapata es padre de Georgina, quien integra la fórmula tricolor de candidatos al Senado de la República. El número uno en ese binomio es el exgobernador, José Reyes Baeza.
Tras la publicación de la queja en La Columna, Jorge Doroteo se apersonó el jueves en Juárez para los eventos proselitistas encabezados por el exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Estuvo en todos.
También se disculpó el líder ‘obrero’ ante la dirigencia estatal de su partido que lo convocó a sesión de Consejo Político para el viernes por la tarde-noche. No asistiría porque se concentraría todo el fin de semana en la movilización de la CTM hacia la jornada electoral del domingo primero de julio, que se antoja histórica.
Ya veremos precisamente aquel domingo en mayúsculas si la llegada fue oportuna o tardía, por lo pronto los tricolores fronterizos, sus candidatos, se sintieron al menos poquito respaldados con esa decisión.
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Toda la carne al asador el primero de julio, es la orden que llegó desde el Comité Ejecutivo Nacional del PRI a sus candidatos y correligionarios chihuahuenses. Entendemos que la misma instrucción bajó en otras latitudes del país.
Ha sido el propio abanderado presidencial, José Antonio Meade, quien se ha encargado de girar la indicación, buscando impedir que la estructura de su partido llegue debilitada al día de la jornada electoral.
Meade y la dirigencia nacional priista, incluido el equipo político del presidente, Enrique Peña Nieto, buscan mantener una fuerza relevante y sólida más allá del primero de julio aunque sea perdida la Presidencia de la República. Conocen perfectamente su condición de coleros.
Ni pactos ni acuerdos con nadie, al menos no para la operación del día D, dijo el jueves René Juárez, dirigente nacional del PRI, a sus presidentes del partido en los estados. Obtener la mayor cantidad de votos para buscar por lo menos colarse al segundo lugar en las urnas, el objetivo.
En el caso de los priistas juarenses, y de otras partes de la entidad, toda la apuesta ha sido colocada en sus operadores territoriales y en sus representantes de casilla, una fórmula que ha sido eficaz a lo largo de varias décadas.
El llamado voto duro del Revolucionario Institucional sólo es vencido cuando sus opositores son beneficiados por fenómenos sociales y políticos extraordinarios. Hoy temen al fenómeno ‘Peje’ pero no de manera generalizada. Habrá aquellos lugares donde predomine el voto cruzado, confían.
Ese panorama con lunares ‘inciertos’ mantiene encendida la llamita de la esperanza...
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Ayer por la mañana, en conocido centro cafetero de la ciudad, el pastor Rudy Benavides acompañado de otros pastores de la comunidad evangélica de esta frontera, ofreció senda rueda de prensa para denunciar abuso de confianza y fraude del diputado local panista Gustavo Alfaro quien, por cierto, anda en busca de la reelección.
El asunto no es nuevo, data de hace un par de años por lo menos, cuando Alfaro y otros pastores se organizaron en un multinivel que haría millonarios a cientos de evangélicos, según les dijeron. Pero no fue así, y no sólo no se hicieron millonarios sino que jamás volvieron a ver ni siquiera el dinero que aportaron al multinivel. Les birlaron la nada despreciable suma de 47 millones de pesos en total.
En su momento, los afectados presentaron varias denuncias penales en contra de sus vivales pastores o dirigentes, incluido el actual diputado Alfaro, sin que hasta la fecha se haya investigado ni resuelto nada, aunque la carpeta de investigación sigue viva.
¿Qué misteriosa mano protege desde Palacio o desde la Fiscalía a Alfaro? Pronto lo sabremos.
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