LA COLUMNA
de El Diario
• Al PRI le quedará sólo Manlio
• Dos premios en los que piensa Palacio
• Entre IEE y AME hay teléfono descompuesto
• Las doñas del Campestre andan molestas
Apenas colocadas las últimas piedras de la posible derrota el 1 de julio, buscará tomar el relevo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Grupo Sonora con el añoso tiburón exgobernador, exsenador, exdirigente nacional de ese partido, Manlio Fabio Beltrones Rivera.
Neoliberales, Atlacomulco y cacicazgos regionales quedarán sin aire, desangrados. La única fuerza sólida que se mantendría en pie con algo de respeto, ‘decencia’ y autoridad política es la del sonorense, además con la gubernatura de su entidad perfectamente controlada.
Ese es el escenario que empieza a visualizar parte de la clase política nacional. Enrique Peña Nieto y la fuerza Itamita quedarían reducidos al Estado de México y sólo amarrados de las actuales negociaciones para conservar algo de poder, de intereses, y sobre todo, para no ser perseguidos por el nuevo régimen eventualmente liderado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su nueva clase política nacional, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Severamente fracturado el peñanietismo por los bandos de la corrupción, Atlacomulco, el neoliberalismo salinista y priistas clásicos que pelearon denodadamente la candidatura presidencial con Miguel Ángel Osorio Chong, hoy castigado, la facción desplazada en el 2016 por aquella derrota tricolor en la mayoría de 12 gubernaturas disputadas, la de Beltrones, sería la única estructurada en pie para juntar el pedacerío de alcaldías, diputaciones, senadurías y algunas gubernaturas que le restarían al tricolor después de julio.
Por ahora el escenario permanece en calidad de mero análisis. Manlio se ha movido poco las últimas semanas a pesar de coordinar para su partido la primera circunscripción a la que justamente pertenece Chihuahua; es uno de los perseguidos del corralismo y evidentemente busca no exponerse a un sorpresivo ‘conejazo’, pero después de julio puede ser muy distinta la historia con un PRI para él solo y un fiscal-juez Javier Corral también debilitado, según la tendencia electoral para el blanquiazul en esta entidad.
***
Se trata de números irrefutables los que retratan la realidad de Chihuahua: mientras aumentan los homicidios a nivel de los peores años de violencia, ha bajado la competitividad económica de la entidad, aumentado los episodios de balaceras y los retenes de grupos armados inundan la Sierra.
En tanto, el gobernador anda metido no solamente en la campaña electoral, sino, ahora resulta, en modificar los premios que otorga el Estado.
En una de las iniciativas recién enviadas al Congreso, Corral propone cambiar el nombre del Premio Chihuahuense de Narrativa Histórica "Ignacio Solares" para que se galardone la novela histórica (adiós al término narrativa).
En otra propuesta, al gobernador se le ocurrió que resulta mejor que el Premio Chihuahua, en su categoría de Periodismo, se le dé no a la trayectoria de un periodista, sino al mejor reportaje publicado en la entidad. Con ello, nos cuentan, quiere el gobernador abrir paso a las zalamerías que realizan los medios afines al régimen (Canal 28, por ejemplo).
Los dos asuntos, nos aseguran, entrarán de inmediato a su estudio en comisiones para ser dictaminados cuanto antes y asegurar así la impronta del panista.
***
Al teléfono descompuesto andan jugando el Instituto Estatal Electoral y la Asamblea Municipal Electoral de Ciudad Juárez.
Primero, el IEE emitió un comunicado avisando que en Juárez se necesitaba contratar a más ciudadanos para la talacha del 1 de julio. Publicado el aviso, pusieron el grito en el cielo en la AME pues, resulta, ahí hay suficientes aspirantes a los puestos de asistentes electorales, por lo que no se están ofertando más trabajos de a ocho mil pesos mensuales.
Dijeron en la AME que se trataba de un "error de comunicación" y que avisaban de inmediato al IEE para que no siguiera regando la maceta.
En el instituto trataron de arreglar el desaguisado diciendo que sí sabían pero no sabían.
No es el primer error que deja en evidencia algo que desde hace tiempo corre en radio pasillo electoral: traen pésima la coordinación entre el órgano central y los municipales. Tan mal que ni siquiera se han puesto de acuerdo, muchas veces, en cosas tan simples como horarios y resoluciones.
***
La maldición gitana es poco para lo que sigue ocurriendo en el nice Club Campestre de Ciudad Juárez. No únicamente Jesús Otero se les metió hasta la cocina con antros, altos ruidos desvelantes y mingitorios por todos los cordones de las banquetas, sino ahora directivos que incomodan a socios y socias.
Apenas en marzo hubo cambio en la presidencia del club. Concluyó su período el filopriista Jaime Campos, que armó en serio la “operación justicia” estilo Campestre y convirtió en prófugo a su antecesor, José ‘Chalub’ Sigala. Le quitó derechos, lo castigó por varios años como socio del gremio y no lo envió a la cárcel nomás porque es panista y la denuncia correspondiente por malversación no hubiera ido más lejos de una cuadra. La doble moral de Palacio lo hubiera protegido.
El problema es que el nuevo presidente del Campestre es Donato Flores pero resultó nomás de nombre; los reales operadores son otras dos personas que se han concentrado en hacer la vida imposible a los socios como si fueran dueños del club y no empleados. Campos se retorcerá donde esté cuando se entere que el sucesor es nomás de nombre. Hechos y mayores datos... mañana en La Columna.