Opinion

Corral, desinteresado de Chihuahua

José Ignacio Gallardo
Analista

2018-06-12

La actitud que muestra Javier Corral parece confirmar un rumor que ha circulado en las últimas semanas. Se dice que tal vez ya llegaron a un arreglo por debajo de la mesa la Presidencia de la República y el gobernador chihuahuense. Las negociaciones derivadas de la detención de Alejandro Gutiérrez, exsecretario de finanzas del PRI y otros delicados asuntos, se manejan en los más altos niveles. Solamente eso puede justificar la actitud del gobernador frente a las próximas elecciones en la entidad. Porque en las campañas de su partido nomás no se le ve acompañando a sus candidatos. Corral prefiere apoyar a políticos en otros estados del país que andar apoyando a la gente de su partido en esta entidad.
Se le ve alejado de los mítines, desinteresado en las campañas locales, y con la atención puesta solo en lo que ocurre en el centro del país. Carece de interés para Corral lo que ocurra en Chihuahua, incluyendo a su partido a nivel estatal. Da la impresión de que al jefe del Ejecutivo estatal poco le interesa lo que suceda con Acción Nacional y sus candidatos este 1 de julio. Suena contradictorio, porque si hay algo que requiere Corral son resultados favorables en esta próxima jornada electoral. Necesita tener un Congreso con amplia mayoría panista, que le permita tener margen de maniobra política el resto de su quinquenio. Sin embargo en los hechos parece que Javier Corral hace todo lo contrario. No hay una respuesta contundente al avance del crimen en la entidad. Es obvio que la estrategia de Gobierno estatal está rebasada por los altos índices de violencia, y eso la ciudadanía lo sabe desde hace bastante tiempo. Ni siquiera se hace el intento por disimular esta triste y grave situación.
La falta de obra pública en muchas partes del estado, pero sobre todo en Ciudad Juárez, también está afectando severamente a los candidatos azules. No hay día en que los aspirantes azules a un puesto de elección popular no reciban reclamos por parte de los electores ante la falta de resultados del Gobierno estatal, que encabeza Javier Corral. Mucha violencia, poca obra pública y demasiada desatención hacia los juarenses, peligroso coctel para un político que quiere tener buenos resultados en las elecciones. De ahí que sigan creciendo los rumores de que algo ya se negoció con los que mandan en Los Pinos, ya que resulta incomprensible la forma de actuar del gobernador chihua-huense ante la debacle de su partido en las preferencias electorales.
Lo que también es evidente, es el poco interés que le despierta la campaña del candidato panista a la Alcaldía. Da la impresión, de que como no quedó su candidata Alejandra de la Vega quien representaba su apuesta política, todo lo demás parece no importarle. El pobre de Ramón Galindo anda batallando en una campaña con la que tiene todo en contra. De nada sirven todas las explicaciones y el detalle pormenorizado de lo que Galindo hizo como alcalde, cuando no ha podido explicar su falta de resultados en el más reciente encargo gubernamental que tuvo.
Ya que como representante del gobernador ha sido injustificable su desatención por los grandes y graves problemas y necesidades de los juarenses. A Corral tampoco parece importarle el futuro político del independiente. Los rumores en el sentido de que frenaría el avance de Armando Cabada, ante la confirmación de que detrás del independiente estaría César Duarte, siguen sin hacerse realidad. Mucho se comenta que con el apoyo del duartismo, Armando Cabada va por la reelección de la Alcaldía y por la misma silla que actualmente ocupa Corral. Pero, hasta este momento el alcalde independiente con licencia sigue intocable. O es parte de una negociación de Corral con Armando ante el nulo avance de Galindo o simplemente es el preludio de futuros ataques. Todo puede pasar, quedan los días suficientes como para provocar un sismo en la política chihuahuense. Y lo que suceda será de pronóstico reservado.
Sin embargo, Corral no da muestras de estar metido en el proceso chihuahuense. Algunos lo ven confiado, otros lo ven ajeno a las elecciones. Lo que pasa realmente por la mente de Corral, solo unos cuantos lo saben. El resto de los observadores deberán esperar unos días más para saber cuál era la jugada del gobernador, y si ganó o perdió con esa apuesta.

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