Opinion

Tercera llamada

Sergio Sarmiento
Periodista

2018-06-11

Ciudad de México.- Los candidatos presidenciales llegan al tercer debate en una contienda mucho más abierta de la que parecía tendríamos al principio del proceso. En octubre de 2017, los tres candidatos postulados por las alianzas de los partidos se encontraban, según las encuestas, en un virtual empate. Andrés Manuel López Obrador estaba en primer lugar, pero por un margen pequeño. La distancia entre el primero y el tercero no era demasiado grande. Había buenas razones para pensar que tendríamos una contienda cerrada.  
Las encuestas señalan hoy una ventaja muy amplia para López Obrador. Al dedicar buena parte de sus esfuerzos para atacarse entre sí, Ricardo Anaya y José Antonio Meade se han rezagado y han permitido el despegue franco del tabasqueño.  
Los debates han sido ejercicios sanos. Han permitido que, en medio de la avalancha de spots de 30 segundos de radio y televisión, muchos ciudadanos hayamos podido conocer mejor a los candidatos y sus posiciones. Pero la verdad es que no parecen haber cambiado de forma importante las preferencias electorales. Después del primero subió Anaya cuatro puntos, los cuales volvió a perder después del segundo. La ventaja de López Obrador no se ha visto mermada o amenazada. El candidato de Morena ni siquiera se ha molestado en presentarse a los ensayos. Da por hecho su triunfo y considera que los debates no cambiarán nada. Es muy probable que tenga razón.  
Los temas de esta noche son quizá los de mayor fondo dentro de los grandes debates de esta campaña. Las políticas económica, social y educativa son las responsabilidades más importantes de cualquier gobierno. Las tres son cruciales para enfrentar el problema de la pobreza, que es el más importante de nuestro país. La verdad, sin embargo, es que poca gente se interesa realmente en estos asuntos a pesar de su relevancia. 
Me dicen los especialistas en debates que el público no se interesa ni recuerda posteriormente los temas de fondo. Según ellos, un candidato que se concentra en ellos y los trata a profundidad y con honestidad está condenado a aburrir. Los debates son show business y no ejercicios académicos. 
López Obrador logró romper el triple empate de fines del año pasado no a través de los spots o de los debates, sino de una persistente campaña tradicional. Se presentó en innumerables mítines en municipios y comunidades a lo largo y ancho del país y aprovechó la cobertura de los medios -ya no habla del cerco informativo, ¿se fijan?- para lanzar sus mensajes a todo el país. Sus posiciones no han sido necesariamente coherentes. Dijo primero, por ejemplo, que cancelaría el nuevo aeropuerto, pero después reconoció que lo mejor sería concesionarlo al sector privado. La coherencia, sin embargo, no es la virtud más valiosa en una campaña política. Es más importante tener mensajes sencillos y contundentes, como: "Voy a reducir a la mitad los sueldos de los altos funcionarios" o "Voy a eliminar las pensiones de los expresidentes".  
El debate de hoy se va a llevar a cabo un martes y no un domingo como es costumbre. La razón, por increíble que parezca, es que el jueves 14 de junio empieza la Copa del Mundo de futbol. Al parecer el INE piensa que desde esa fecha los mexicanos no prestarán atención a ningún otro tema. Me parece muy pobre la opinión que los consejeros del INE tienen de los mexicanos. o quizá exageradamente optimista su previsión sobre el probable desempeño de la selección.  

Extorsión
Una organización llamada CODUC, A.C. cerró ayer la autopista Peñón-Texcoco y otras vialidades del oriente del Valle de México para exigir indemnización por unas tierras del nuevo aeropuerto que al parecer son propiedad del Estado de México. Cada vez son más los grupos que cierran vialidades para exigir dinero del gobierno. Es un negocio de extorsión.

X