Opinion

Guerras sucias

Sergio Sarmiento

2018-06-11

Ciudad de México.- ¿En qué se parecen el video de Eva Cadena y el de Juan Barreiro? En que ninguno prueba nada. En uno tenemos a una mujer que dice que está entregando dinero a la diputada para que se lo dé a Andrés Manuel López Obrador. El otro lo protagoniza el hermano de un empresario que dice que ha dado dinero ilegal a la campaña de Ricardo Anaya.
En ninguno de los dos aparecen los candidatos presidenciales. Las supuestas pruebas son dichos de terceros que no serían admitidas en ningún tribunal. Son armas para manchar la reputación de candidatos en redes sociales y medios de comunicación, donde la exigencia de veracidad de las pruebas es notoriamente más baja que ante un juez.
Los electores debemos estar conscientes de que estos videos se graban como parte de las guerras sucias que se han convertido en una parte importante de las campañas electorales, no solo en México sino en otros países. Hay que examinarlos, por supuesto, pero debemos descartarlos cuando no aportan pruebas de responsabilidad.
En el caso de Eva Cadena, es muy claro que cayó en una trampa. Alguien que quería hacer daño a López Obrador hizo la cita para grabar a una diputada ingenua recibiendo dinero mientras se le decía que éste debía ser entregado a Andrés Manuel. En el caso de Barreiro, éste afirma que dio dinero a Anaya de forma ilegal, pero menciona solamente una operación, la compra de una nave industrial, que Anaya vendió de manera legal y a precio de mercado.
Es una lástima. Estos dos candidatos, al igual que los otros que se enfrentan a ellos en la campaña, tienen propuestas suficientemente diferenciadas como para escoger entre ellos de manera inteligente. Acusar falsamente a los que no piensan como uno de corrupción, esa solución fácil que se aplica en nuestras campañas políticas, termina por dañar a todo el sistema político.
¿Significa esto que la guerra sucia viene de Los Pinos, como ha afirmado Anaya? No sabemos realmente quién pagó la trampa contra Cadena y dio el dinero en efectivo que se le entregó a la diputada. Tampoco sabemos quién grabó a Barreiro ni quién difundió su video. Quizá el único indicio que tiene Anaya de que la campaña en su contra viene del gobierno federal es el hecho de que las acusaciones falsas que se hicieron previamente en contra de su familia política fueron ilustradas en un periódico con fotografías tomadas de la base de datos de pasaportes de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Pero no es suficiente para acusar a Los Pinos de estar lanzando la campaña sucia o de haber llegado a un acuerdo con López Obrador.
Se han señalado también como parte de la guerra sucia las llamadas telefónicas a celulares que señalan que López Obrador ha postulado como candidatos al Senado a Napoleón Gómez Urrutia y a Nestora Salgado. Pero no estoy muy seguro que cuenten como guerra sucia. Después de todo, López Obrador no ha tratado de ocultar estas nominaciones, sino que se ha enorgullecido de ellas al describir a ambos como luchadores sociales. Por otra parte, no estoy muy seguro que un elector pueda ser convencido por una molesta llamada telefónica grabada al celular. Si acaso, estas llamadas generan reacciones contrarias a las que se pretende obtener.
Los instrumentos más eficaces en las guerras sucias han sido los videos. Pero un video en el que no aparece el candidato, y en que alguien más dice que es corrupto, debe ser visto con desconfianza. Un testimonio de oídas es inválido en un tribunal de justicia.

Política exterior
¿Cuál es la política exterior de Donald Trump? Antagonizar a los aliados y socios comerciales, a los países democráticos, y acercarse a los enemigos y países no democráticos, como Rusia y Corea del Norte. ¿Tendrá éxito?

X