Opinion

En Shangri y La Borrega ni de Juárez se acuerda

LA COLUMNA
de El Diario

2018-06-06

• En Shangri y La Borrega ni de Juárez se acuerda

• Amenazan grillas a independientes

• Quiere Galindo la revancha en nuevo debate

Dicen que el colmo de los candidatos panistas a diputados locales, federales y Sindicatura ayer fue quedarse nomás mirando. O milando, palabra correcta que aplica al dicho.
Ninguno de los candidatos locales fue convocado a la ‘banderita’ de chile, tomate y cebolla; pato, arroz y pollo general del Shangri La.
Hubo reservación de Palacio de Gobierno nomás para Javier Corral, el gobernador del estado; para el dirigente nacional del PAN, Damián Zepeda; el dirigente estatal del mismo partido, Fernando Álvarez; y los candidatos a senadores, Gustavo Madero y Rocío Reza. También se coló el autor local de la aplastante derrota que hasta los propios panistas esperan para Juárez, Sergio Madero Villanueva.
Adentro del restaurante un clima artificial mejor que agradable. Afuera no planchó ayer el diablo pero se mantuvo arriba de los 30 grados, y debieron soportarlo los candidatos en algún crucero repartiendo propaganda, haciendo tiempo para la convocatoria a comer con su dirigencia y su gobernador. Debieron haber esperado sentados. Nunca llegó la invitación.
Ni Ramón Galindo, el candidato a la Alcaldía, estuvo ahí. Quizá no vale ya su candidatura ni una comida tipo Shangri.
Ese es el esquema de ‘trabajo’ del gobernador cuando arma gira por Ciudad Juárez. Nunca sus recorridos tienen el genuino propósito de solucionar la grave problemática, por ejemplo de salud, o de falta de obra, o de carencia de agua potable a decenas de miles de juarenses, sino de pasarla suave, justificar los viáticos con algún evento de gobierno meramente protocolario y hasta ahí.
Ayer le agregó otro elemento Corral a su estancia en esta frontera. El activismo político-electoral. Aparte de la comida con las dirigencias partidarias blanquiazules, la cena fue en otro restaurante tampoco nada modesto, La Borrega, ubicado frente a las oficinas gubernamentales de Pueblito Mexicano.
Ese encuentro sí estuvo contemplado para todos los candidatos (as). Deben de haber sido las quejas el platillo principal de todos. El apoyo institucional está concentrado en los candidatos a senadores y a Ramón Galindo. Nada fuera de ahí.
Quizá por eso el candidato a síndico, Raúl “Rulo” García, agarró por su lado a Damián Zepeda. Desayunaron solitos en el Barrigas Campestre. Corral no quiere a la mayoría de los candidatos, incluido a él.

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Ahora que se había empezado a mover el bloque de los candidatos independientes como un movimiento que busca fortalecerse uniendo esfuerzos, lo ensombrecen negros como amenazantes nubarrones.
Hay grillas, errores, omisiones y hasta traiciones en los estómagos de los equipos campañeros independientes. Estamos seguros que de ello no están enterados los estrategas de la campaña mayor de Armando Cabada, y mucho menos él mismo.
Hasta esta columna han llegado datos e información sobre los casos de graves omisiones en el tema de la fiscalización de las campañas en algunas candidaturas a diputaciones, por el descuido de los respectivos equipos para ordenar ese tema fundamental que prevenga sanciones o hasta cancelaciones de registros, como ya ocurrió con los casos de Pablo Arana y Abraham Monárez, que pasan en calidad de imperdonables…
Hay ejemplo con Beatriz Córdoba, la mismísima María Antonieta Pérez, Eleazar Lara, etc., diputaciones federales y locales es la misma.
Y qué raro que con Alejandro Loaeza al frente de la Alcaldía, los yerros son más frecuentes y de plano inaceptables. ¿Andarán movidos ahí los equipos de Polo Canizales, de la senadora Lilia Merodio... de la vicegobernadora Leticia Corral? Son meras preguntas. De que algo malo pasa no cabe duda.

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Tenemos un caso particular. Es el caso del candidato a síndico, Gustavo Méndez, quien trae buenas credenciales y respaldo de agrupaciones de contadores, pero resulta ser que es la misma regidora María del Rosario Valadez quien le está poniendo piedritas en la campaña, ya que aun siendo regidora del Cabildo en activo, y sin que exista algún nombramiento oficial, se ostenta como la coordinadora de campaña de su compañero postulado por la Sindicatura.
Pero eso no es todo, desconcedora por completo de lo que es una campaña político-electoral, Rosario ha dejado pasar ya poco más de un tercio del tiempo para lograr que su candidato se posicione adecuadamente entre el electorado para obtener el voto, y no ha hecho nada al respecto, con lo que se está afectando seriamente la viabilidad de ese proyecto.
Es entendible y hasta lógico que quienes nunca se han dedicado a la política desconozcan los trucos y secretos de las campañas electorales, pero lo que no se puede comprender es que se manejen como infantes a solo tres semanas de las infartante llegada a las urnas.

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Nos han confirmado que al concluir el debate del pasado domingo, entre candidatos a la Alcaldía, el panista Ramón Galindo y su “nueva adquisición” el gurú expriista Carlos Olivares, solicitaron a la autoridad electoral la realización de otro debate, solo que los inocentes lo pidieron únicamente entre Cabada y Galindo, ¡qué listos!
No hay razón ni tiempo que justifique al órgano electoral organizar debates solo entre dos de los contendientes, pero lo más significativo de esa petición es que literalmente Galindo estaba pidiendo la revancha, es decir, se asumió perdido. Debe sufrir más que un condenado.

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