Carlos Murillo
Abogado
En las campañas electorales, la imagen vale más que las palabras y en un período tan corto de propaganda electoral, se incrementa la necesidad de decir mucho con poco tiempo. En ese sentido, los candidatos a la Presidencia Municipal han mostrado las cartas de su estrategia en cuestión de marketing electoral y eso habla mucho de ellos.
En un escenario como el nuestro, donde hay elecciones federales concurrentes, es importante tomar en cuenta la visión nacional y estatal en el plan publicitario. Esta elección es atípica entre las atípicas, por lo que ninguna estrategia anterior puede copiarse con la idea de que funcionó en otro lado y por esa razón funcionará aquí. Quien lo haga caerá en un error y cada error se verá reflejado en el resultado final.
Trataré los casos de los cuatro candidatos con posibilidades, Galindo, Mocken, Cabada y Adriana Terrazas. Aunque hay otros tres candidatos, la realidad es que sus campañas no son tan visibles y sus posibilidades de éxito son pocas.
Comencemos por Acción Nacional. Al candidato Ramón Galindo le pesa la marca PAN, porque su jefe político, Javier Corral, ha caído a los últimos lugares de aceptación en el país. La percepción es que el PAN no sabe gobernar y eso se ve reflejado en las encuestas que ponen a Galindo en cuarto lugar.
La imagen de Galindo fue copiada de los candidatos al Senado Gustavo Madero y Rocío Reza, que tienen dos lemas desafortunados, el primero es en contra de su archienemigo y dice “Madero y Reza, el PRI no regresa”, muy mala la asesoría que les dieron, porque a nivel nacional el PRI va en tercer lugar ¿en qué cabeza cabe pegarle al tercer lugar y convertirlo en lema? Sin embargo, las malas decisiones no se acaban, Madero y Reza están prometiendo también bajar el IVA que ellos aumentaron y gestionar que la gasolina sea más barata que en El Paso, cuando lleva meses más allá que aquí en Juárez.
Ramón Galindo, un zorro muy balaceado, se fue con la finta y trae un lema bastante simplón “Pensándolo bien, mejor con Galindo”, aludiendo al voto razonado; cuando en 2016, el PAN tuvo como única propuesta meter a la cárcel a César Duarte, ahora resulta que quieren que la gente piense su voto, cuando fueron los principales promotores del voto de odio, no cabe duda que los carniceros de hoy, serán las reses de mañana.
Otro candidato, Javier González Mocken, expriista, de plano prefirió quitarse el primer apellido y ponerse el segundo, su hermano Héctor presume que Mocken es apellido de origen ruso, pero exageran poniéndolo como el nombre principal. Pero si se cambiaron de partido como cambiar de pantalones, son capaces de eso y más.
Mocken comenzó con un mensaje muy juarense, llamando a “Ponerle al marro”, que es la forma coloquial de decir que va a trabajar por la ciudad. Sin embargo, el marro no tenía que aparecer en la publicidad, no tiene sentido literal, sino retórico, pero se lo tomaron muy a pecho. Es una estrategia dirigida a los segmentos más populares, para intentar empatía, pero pierde la oportunidad de hacer una propuesta, que tanta falta nos hace.
Es de llamar la atención que Mocken, aunque tiene la ventaja de una marca que aparece en primer lugar en las encuestas -que se llama AMLO, no Morena-, no supo cómo engancharse con el mesías de la izquierda. Por un lado, el tema de fiscalización lo limita porque cada foto de Mocken con AMLO, se le carga en mayor porcentaje a AMLO y eso impacta en los topes de campaña, pero tampoco su discurso es cercano, ni los slogans muestran alguna afinidad con las causas morenistas.
Es muy posible que su falta de coordinación con los dirigentes y militantes de Morena, le haya ocasionado a Mocken un déficit moral, porque su condición de expriista lo mete en una encrucijada, hasta ahora parece que la crisis lo tiene como el gato del rancho, odiado por los perros y aborrecido por los ratones.
El independiente y libre, Armando Cabada, de plano se creyó las encuestas que lo ponen en primer lugar, con un 99 por ciento de conocimiento, que no el 100 por ciento para no verse tan ególatra. En la administración de riesgos de los cabadistas, hablan de un desgaste menor durante los quince meses que ha gobernado la ciudad, a lo más perderían 50 mil votos, de los 200 mil que obtuvo en 2016. Cuentas alegres.
En esa lógica, Cabada cree que va a la segura, tanto así, que ni siquiera necesita propuestas, sus carteleras son una foto del candidato, posando con la mirada emprendedora, enseñando pelo en pecho para demostrar lo macho. Pequeño y perdido, la leyenda “independiente y libre”, muy minimalista el marketing, no hay nada más que decir, ni siquiera pedir el voto, esas cosas son para los terrenales.
Cabada no necesita votos, ahora pide votos para sus muchachos, los candidatos independientes, ha formado su propio establo aquí y en el sur del estado, donde también alcanzó a meter candidaturas con miras a la gubernatura. Su estrategia es irse por la sombrita, sus asesores le dicen que no necesita más que dejar que pasen los 33 días de campaña para ratificar su triunfo. ‘Veremos’, dijo el ciego.
Y, finalmente, Adriana Terrazas del PRI, la única mujer entre los candidatos con posibilidades, no ha usado esa condición como estrategia de marketing, aunque evidentemente es un punto a su favor. La imagen de la maestra Adriana es congruente con la campaña nacional de Pepe Meade, con los triángulos que significan avanzar en los aparatos de audio y video.
El diseño sigue la estrategia nacional, pero el mensaje sale de lo convencional, sus carteleras exponen el tema principal de su campaña: que Juárez sea un estado libre y soberano, para que los recursos se queden aquí y no se vayan a otro lado. Esa es la única propuesta fuerte de todas las campañas y ha puesto la injusticia presupuestaria en el debate de la opinión pública.
Todavía faltan tres semanas para que esto vaya tomando forma, por lo pronto el día de hoy se llevará a cabo el debate entre los candidatos y por su estrategia de marketing tenemos una pista de dónde estarán sus argumentos.