Sixto Duarte
Analista
Ariesgo de parecer reiterativo (en virtud que es la enésima vez que escribimos sobre el tema), el día de hoy volvemos a hablar de los excesos cometidos en el Poder Judicial de Chihuahua.
No es que un servidor escriba “refritos” sobre la alcantarilla en que se ha convertido la Judicatura local; lo que sucede es que, cuando se cree que ya no se puede caer más bajo, los juzgadores del fuero común, y en especial los integrantes del Consejo de la Judicatura de Chihuahua, se esmeran y caen todavía más bajo, en una de las funciones más honrosas que cualquier profesionista del derecho puede desempeñar: impartir justicia.
Las novedades de estos días fueron dos: la trampa en el examen para aquellos que aspiran a ser jueces implementada por la Judicatura, y la llamada de Corral a una magistrada para darle “línea” de cómo actuar.
En días recientes el magistrado Luis Villegas Montes, en una carta abierta a la consejera Lucha Castro, evidenció el desaseo que existe en el proceso de selección de jueces. Villegas Montes describe con alto grado de precisión, que la guía de estudios para aquellos que aspiren a ser jueces implica leer en promedio 55 mil páginas diarias, desde la fecha de convocatoria hasta la presentación del examen. De lo anterior, dado que es imposible leer todo el material, evidentemente se infiere que ya se sabe quiénes serán jueces, y que solamente estos ‘elegidos’ pasarán el examen referido (probablemente les provean una guía de estudio, o el examen ya resuelto).
Esto en sí representa un enorme retraso en la consolidación de un Poder Judicial independiente, pues los juzgadores elegidos le deberán el puesto a un padrino o madrina, mermando uno de los elementos principales de cualquier juzgador: su independencia.
Por otro lado, estos días trascendió a los medios de comunicación la llamada telefónica sostenida entre el gobernador Corral y la magistrada Adela Alicia Jiménez Carrasco. En ella, se puede advertir que Corral gira instrucciones a la magistrada al momento de elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua. Al respecto, el gobernador Corral culpó al narco o al CISEN (como si fueran lo mismo) de tal intervención, asegurando que solamente ellos cuentan con esa tecnología para intervenir llamadas. Olvida que sus muchachos de la Fiscalía General del Estado también cuentan con ella, y la utilizan para investigar a sus enemigos políticos. Corral reaccionó como lo ha hecho desde que llegó al poder: se salió por la tangente atacando al mensajero, sin hablar de su abierta intervención.
Esta llamada que se filtró a los medios vino a confirmar lo que siempre se ha dicho: que Corral interviene impunemente en el Poder Judicial de Chihuahua. En cualquier país desarrollado, por ese solo hecho el gobernador hubiera renunciado. No pasa en el nuestro.
También viene a comprobar el grado de abyección y lacayismo de muchos de los magistrados integrantes del Poder Judicial en Chihuahua, al plegarse a los mandatos del gobernador. En el caso de la magistrada Jiménez no es sorpresa: evidencia fotográfica demuestra que fue duartista y serranista cuando éstos eran quienes ejercían el poder. Ahora, pues simplemente es corralista.
En este caso, es gravísimo que, unos cuantos togados (pues la magistrada no es la única), con tal de mantener sus prebendas y privilegios, se aparten de la elemental justicia que protestaron impartir, y se plieguen ante el gobernador para cumplir sus caprichos.
El nivel de podredumbre en el Poder Judicial de Chihuahua es escandaloso. El día domingo, el Heraldo de Chihuahua publicó las palabras del cineasta Roberto Hernández, al decir que Chihuahua tenía uno de los poderes judiciales más avanzados del país. Si fue un comentario sarcástico, se lo agradecemos al cineasta y al medio. Si lo dijo en serio, debería darles vergüenza al cineasta, al periodista de la nota y al medio de comunicación, ya que decir semejante barbaridad, cuando la SCJN ya se pronunció sobre la violación a la división de poderes en Chihuahua, es algo absurdo, rídiculo y los pone en el mismo nivel que los magistrados antes mencionados.
LA CONEJA
En días recientes, Yeidckol Polevnsky, la líder nacional de Morena, manifestó que Corral debería de acatar la resolución del Tribunal Federal, en el sentido de entregar a Alejandro Gutiérrez a los jueces federales. Parece que todo mundo anda confundido: nadie habla de impunidad, simplemente se habla de respetar las instituciones.