Opinion

El dolor de parto

Carlos Irigoyen/
Analista

2018-05-10

Plan Estratégico presentó sus indicadores con el Informe Así Estamos Juárez, nada nuevo bajo el sol; es la confirmación de que nuestra ciudad sigue padeciendo varios problemas a los cuales seguimos sin encontrarle la solución.
Se ha logrado reducir el número de casas “abandonadas” o “solitarias”, incluso ya con un menor número que en 2015, un buen síntoma de recuperación es que hay una mayor cantidad de casas autorizadas con crédito Infonavit en la ciudad y que casi la mitad de las que fueron autorizadas en el estado están establecidas aquí en nuestra ciudad, una buena noticia para quienes están buscando hacer su patrimonio invirtiendo en la compra de casa, un tema visto con suspicacia por la población al ser el rubro en el que menos confianza tiene para invertir, no considera la situación adecuada para hacerlo; es el índice de confianza más bajo en el último año.
La ciudad tiene aproximadamente una relación de 78-22 por ciento en cuanto a viviendas ocupadas y desocupadas. ¿Qué tendríamos que hacer para darle oportunidad a que en lugar de que se sigan autorizando nuevos desarrollos habitacionales se puedan llegar a ocupar esas viviendas en la medida de lo posible? ¿Qué hay que hacer para poner al alcance de la población opciones de financiamiento para que puedan comprar una casa?
En general, la población está muy satisfecha con el tamaño y espacio de sus viviendas, un 8.54 de 10 en calificación promedio; es de relevancia considerable que el sur-centro y el sureste de nuestra ciudad son las zonas donde hay menos satisfacción, ¿cuáles son las condiciones de esos sectores que hacen que no estén tan satisfechos con la vivienda como en otras zonas de la ciudad?
La satisfacción de la casa se entiende fácilmente si el segmento es de alto poder adquisitivo; la zona con mayor satisfacción respecto a su casa es la de más poder económico; una satisfacción utilitaria donde las comodidades son evidentes, pero ¿qué hay de aquellas zonas donde el recurso económico no es tan abundante y tienen altos niveles de satisfacción? Están orgullosos de la zona a la que pertenecen, una satisfacción de pertenencia y superación. Recordemos que la zona del sur es donde hay mucha población migrante y eso debe incidir en la satisfacción.
Como reflexión, se puede concluir que en términos generales la vivienda es una fortaleza de nuestra ciudad, incluso la satisfacción global de vivir en la casa que tiene, todos los sectores de la ciudad otorgan una cifra mayor a 8.9, incluyendo la zona donde se asienta con mayor incidencia la población migrante.
El otro punto de análisis es una de las llaves que tenemos que usar para combatir con determinación la percepción de ser una ciudad en proceso de necrosis social, la educación. Tenemos que aprovechar que casi no hay deserción en los niveles básicos, las estrategias deben ser enfocadas a reducir la incidencia en secundaria al ser una etapa donde la juventud puede ser atacada de forma fácil por adicciones, rebeldía, una disposición por tomar el camino fácil y no valorarse a sí mismo, son cinco de cada 100 alumnos los que dejan sus estudios; un problema multidisciplinario que bajo ninguna perspectiva debe ser interpretado con un cristal unidimensional, eso sería una eutanasia social.
Y es que la deserción en la educación preparatoria alcanza casi los 20 puntos. ¿Qué factores son los que se presentan para que haya estos niveles? Y no vayamos por la razón tan simplona como real del no hay dinero. ¿Será tan solo una justificante para dejar la escuela y esconder la mediocridad de la mentalidad del mínimo esfuerzo? Es decir, no voy a la escuela porque no me gusta, no creo en la superación personal por medio de la educación o hay mejores y más fáciles formas de hacerse de dinero y superarse.
Es atroz ver cómo se ha desarrollado una mentalidad donde el ir a la escuela aún es cosa ‘tabú’; sí, es cierto, las condiciones económicas pueden ser un inhibidor efectivo de seguir estudiando, pero ¿y la mentalidad resiliente, la mentalidad del esfuerzo? ¿Dónde queda el rol del Gobierno de poner al alcance de la población la educación? Sí, el artículo 3 dice que es obligatoria hasta secundaria y ¿ahí termina esa responsabilidad gubernamental? No; si realmente quisiéramos ser de primer mundo, los entes gubernamentales no deberían escatimar en esfuerzos para avivar la llama de educarse, prefiero ver los recursos en las escuelas que seguir manteniendo imágenes públicas.
Aún nos falta un largo camino por recorrer;  tenemos la oportunidad de tener casas donde habitan personas que no pueden -o no quieren- educarse para aumentar su calidad de vida. El claroscuro de esta bendita tierra fronteriza. 

X