Opinion

Paro magisterial: un conflicto cultivado

Francisco Ortiz Bello/
Analista

2018-05-05

He escrito en diversas ocasiones que para gobernar se requieren algunas capacidades y habilidades mínimas, así como conocimiento especializado en temas de administración pública, verdades de Perogrullo. Así pues, el perfil de un gobernante debe cumplir con ciertos requerimientos mínimos para el buen desempeño de sus funciones, de lo contrario no dará los resultados esperados y, en el peor de los casos, se convertirá en un “chivo en cristalería” destrozando todo lo que a su paso encuentre.
Pero quizá entre todos esos requerimientos o requisitos el más importante sea el de contar con una muy bien desarrollada sensibilidad política, económica y social. ¿Qué significa eso específicamente? Bueno, significa saber interpretar, lo más apegado a la realidad posible, el pulso de los acontecimientos y los efectos que tienen dichos acontecimientos sobre la sociedad y la clase política. La capacidad sensorial se refiere a la facilidad, intensidad y amplitud con la que se reciben los estímulos externos, a través de diferentes vías y la forma adecuada de procesar dichos estímulos.
Cada decisión de gobierno, en un sentido o en otro, incide de alguna manera tanto en la sociedad como en los círculos políticos y económicos, necesariamente. Por lo tanto resulta vital para el gobernante tener muy claro un contexto general, lo más amplio e informado posible, de todas las consecuencias y efectos que tendrán sus decisiones. A eso se le define como sensibilidad política para gobernar.
Los actos de gobierno no pueden ser considerados como simples decisiones administrativas de un burócrata ¡nunca! En ese sentido, todos los efectos derivados de las decisiones y actos de gobierno, son totalmente atribuibles a quien encabeza dicho gobierno, porque es el líder, independientemente de que provengan o no directamente de él o ella.
El reciente conflicto laboral con los maestros es el mejor ejemplo para ilustrar este razonamiento. Un conflicto que derivó en un paro laboral por 12 días, la toma de instalaciones de recaudación de rentas y un daño mayúsculo a la educación de miles de estudiantes en todo el estado -solo en Ciudad Juárez más de 90 mil-, así como afectaciones importantes a las funciones del Gobierno estatal en esta frontera.
Pero ¿por qué se llegó a ese paro? ¿Por qué se tomaron las instalaciones? La respuesta a estas preguntas es sencilla y es la misma: la autoridad educativa se cerró a la negociación y al cumplimiento de la normatividad vigente, dejando a cientos de maestros en la total incertidumbre económica y laboral, razón por la que el sindicato tuvo que entrar a presionar.
El gobernador Corral ha asegurado que el sindicato magisterial, de clara filiación a un partido y a una coalición electoral, lo único que quiere es el golpeteo político al gobierno, para afectar su imagen y obtener, con ello, cierto beneficio dentro del actual proceso electoral. Para justificar su acusación, asegura que no es casual que estas manifestaciones y reclamos de los maestros se den dentro del proceso electoral.
Parece olvidar el mandatario estatal que el conflicto no es de hoy. Ni surgió ayer. Viene desde el inicio de su gobierno y si llegó hasta los momentos electorales actuales se debe, básicamente, a dos circunstancias: un total e imperdonable descuido a las demandas de los maestros desde el inicio de las mismas y a una actitud no solo indiferente de su gobierno para atenderlas, sino hasta francamente retadora. Si le picas las costillas al tigre, no esperes que voltee a sonreírte.
Pero ¿qué es lo que exigen los maestros? ¿Cuáles son las demandas del sindicato? De acuerdo con información proporcionada al programa de televisión que conduzco en el Canal 44, Pido la Palabra, por Ericka Bolaños coordinadora general de la Sección 42 del SNTE, y por Luis Salvador Morales García, coordinador del nivel primaria de la misma sección, se exige el pago del sueldo a poco más de mil maestros, en un primer grupo, y el pago de prestaciones a otro grupo de más de 700 maestros, ¿puede tacharse de injusta una petición así?
Los mismos dirigentes sindicales añadieron que, antes de llegar al paro laboral, se realizaron más de 28 acciones distintas y de diversa intensidad e índole, para exigir el pago de sus salarios y prestaciones. Es decir, no se les ocurrió el paro de la noche a la mañana, y tampoco estuvieron atentos esperando el proceso electoral para radicalizar sus posiciones. Desde el día siguiente al que Corral asumió el poder, iniciaron las gestiones del sindicato para el pago de sus salarios y prestaciones.
Insisto, fue la desatención al problema y la actitud poco conciliadora de la autoridad educativa lo que llevó el reclamo sindical al paro laboral. Patear el bote hacia adelante nunca ha sido una forma de resolver nada y ese ha sido, en términos generales, un sello distintivo del actual gobierno, el conflicto, la controversia generalizada, la confrontación innecesaria y la postergación permanente y, casi sistemática, de todos los asuntos prioritarios.
Ahora, en esa misma tónica, el gobernador ha pretendido controvertir judicialmente el origen lícito de las prestaciones reclamadas, desconociendo por completo el acuerdo firmado con la administración estatal anterior, y desconociendo también la universalidad de las instituciones.
Independientemente de cuál administración firmó los acuerdos con el sindicato, y de cuál haya sido su origen, son acuerdos firmados y que tienen vigencia, por lo tanto se deben cumplir. El actual gobierno está en su derecho de hacer valer sus observaciones o señalamientos, por las vías adecuadas y en los tiempos señalados por ley, pero mientras, durante todo ese proceso legal o jurídico, debe cumplir los acuerdos firmados por el Gobierno de Chihuahua con el sindicato de los maestros. No hay excusa válida para no hacerlo. El Gobierno de Chihuahua es una institución, no tiene nombre de gobernador alguno, y por lo tanto sus compromisos y obligaciones no son de Duarte, o de Corral, son de la institución.
No es posible que más de mil maestros noveles (de reciente ingreso) trabajen por meses sin recibir su sueldo que de por sí es bastante raquítico, y encima no se los pagan. Siendo tan delicada y fundamental la tarea de los maestros para cualquier sociedad ¿cómo entender que la autoridad educativa pretenda que desempeñen sus labores y que no reciban la remuneración que ya desquitaron?
No es posible que algunos maestros -desconocemos bajo qué criterios unos sí y otros no- recibieran cheques por 50 mil pesos, pero con una deducción por impuestos de 28 mil ¡les descontaron más de la mitad! Por haberles pagado todo junto, en un solo cheque, la tarifa de cálculo para el impuesto se ve notablemente incrementada en perjuicio del maestro. No es lo mismo el impuesto por 4 mil pesos por quincena, que el de un solo pago de 50 mil pesos. ¿Quién pagará por eso?
En cuanto a las prestaciones que reclaman los maestros para algunos de sus agremiados al sindicato, se trata de una homologación o armonización, con el resto de sus compañeros para que todos cuenten con el mismo paquete de prestaciones, armonización que no ha realizado el actual gobierno. Otra tarea pendiente. Una más.
Al conflicto con los maestros se suman otros más. Con transportistas, con productores agropecuarios, con medios de comunicación, con periodistas, con empleados del sector salud, con organismos autónomos como el Ichitaip y algunos más, y en todos los casos el denominador común es el mismo: la confrontación y la controversia por delante, la falta de visión de Estado, y la arenga retadora que divide más que acerque.
Insisto, el conflicto con los maestros es solo un caso de los muchos que ilustran a la perfección el talante faccioso, desinteresado, indiferente, ineficiente y muy controversial del actual Gobierno del Estado encabezado por Javier Corral Jurado. El conflicto con los maestros fue sembrado, cultivado y cuidadosamente alimentado desde la misma autoridad educativa. Ellos lo robustecieron y fortalecieron porque, tratándose de una demanda justa de los trabajadores de la educación, con su indiferencia y falta de sensibilidad política, les dieron razones de sobra para la presión pública.
El gobierno está diseñado desde su origen conceptual, para resolver los problemas de la sociedad, no para crearlos. El conflicto y la confronta permanente desde la autoridad impiden el armónico crecimiento de cualquier sociedad. Resolver, no revolver señor gobernador.

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