Opinion

El voto inútil

Daniela González Lara/
Analista

2018-05-04

A escasos dos meses de que ocurran las elecciones en nuestro país, los candidatos que van abajo en las encuestas en la carrera presidencial han dejado ver la posibilidad de supuestas alianzas, con la finalidad de buscar la permanencia a través de un candidato con quien pudieran negociar posiciones dentro del gobierno.
Más que una táctica genuina, pareciera una estrategia perversa de las élites políticas para manipular una elección a través del llamado “voto útil”, una campaña a la que clama con vehemencia el candidato de la coalición política Por México al Frente, Ricardo Anaya, consistente en no votar por tu primera opción pues no tiene posibilidades reales de ganar e inclinarte por tu segunda opción. Sin embargo, yo considero que todo voto es útil, siempre y cuando sea un voto razonado, responsable, acorde a nuestras ideologías y proyecciones del México del futuro que pretendemos diseñar el 1 de julio.
Útil es votar por quien te dé la gana, pues en un país de libertades, que es respetuoso de los derechos humanos, no debemos permitir que nadie nos diga que nuestro voto vale menos si va dirigido al candidato o candidata que consideramos tiene la visión del México en el que queremos vivir, por lo tanto desde esta tribuna y cualquiera en la que nos encontremos, exijamos máximo respeto a la voluntad del ciudadano o ciudadana en las urnas y que no se infantilice al votante, ni mucho menos se manipule el derecho subjetivo público de participar en la construcción de nuestro gobierno, pues los sufragios que arrojan gobernabilidad se ganan con transparencia, responsabilidad y certidumbre, no con alianzas mutantes e improvisadas que solo evidencian las ansias por el poder y continuidad que hoy por hoy, tiene cansada a una parte importante del electorado.
La democracia es el poder del pueblo para el pueblo, y como tal debe ser respetada y reconocida. Mucho le ha costado a este país andar sin tropezar el sendero de la democracia, comicios tras comicios nos enfrentamos al reto de erradicar el fraude electoral. Hemos avanzado, pero pido que no nos detengamos, pues pareciera que el monstruo de la perversidad política encuentra cada vez formas innovadoras de golpear la voluntad de quienes insistimos en que el voto del pueblo se respete, hemos avanzado lento pero seguro.
Entre otros avances, hace apenas 63 años se reconoció la lucha de las sufragistas con el derecho a las mujeres de votar y ser electas, cuando más de 20 mil mujeres en el año de 1952 le exigían al entonces candidato a presidente de la República Adolfo Ruiz Cortines que de llegar a Palacio Nacional impulsara la iniciativa para ser reconocidas como ciudadanas de primer nivel en la Constitución del país. Hy las féminas somos una fuerza electoral definitoria en el destino político de México, representamos el 51.83 por ciento de la Lista Nominal de Electores y también hoy existe un candidato que pretende decirnos que nuestra emancipada voluntad ganada a través de la lucha social, es inútil si no aplicamos a su conveniencia la estrategia electoral del llamado “voto útil”, yo digo que ejerzamos con autonomía y libertad esta obligación cívica, dignificando el esfuerzo del movimiento social que nos dio voz haciéndolo efectivo el día que seamos llamadas a las urnas.
Y además, le advierto a quien pretenda operar en el manejo de las conciencias ciudadanas con el engaño de que existe el voto inútil, que aquí cabría muy bien el refrán que reza que “quien no conoce la historia está condenado a repetirla” pues tanto en el  2006 como en el  2012 quien captó el voto útil fue Andrés Manuel López Obrador; en el 2006 captó el 65 por ciento de ese voto proveniente del PRI y el PANAL, y en el 2012 el 90 por ciento del voto útil, surgido del PANAL, ahora en 2018, no es complicado creer que nuevamente el candidato tabasqueño se vea favorecido por el voto  de izquierda perredista que no se identifica con el pensamiento de derechas proveniente del albiazul, así que pudiera salirles “el tiro por la culata”.
Mejor, escojamos votar responsablemente, sin trampas, a conciencia, respetando los valores y las ideologías, defendiendo nuestro voto y el derecho que tenemos a ejercerlo con libertad, pues solo así construiremos el país que verdaderamente merecemos como ciudadanos, participando siempre, pero de manera comprometida con la democracia. Gracias por leer, yo soy Daniela González Lara.

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