Opinion

Qué sí y qué no

Yuriria Sierra/
Analista

2018-05-04

Ciudad de México.- ¿Qué nos han dicho y qué pensamos de ello? Los candidatos han sido enfáticos en sus promesas. El primer debate sirvió para que reiteraran sus planes para el país en caso de ganar; a partir de esa fecha se han aferrado a ellas, casi siempre por un tema mediático: sus propuestas, por disparatadas que sean, los mantienen en la discusión, en las sobremesas. No sabemos si aquella de “El Bronco” de cortar la mano a los ladrones ya estaba considerada en el plan de gobierno de Jaime Rodríguez, pero después de que fue pública, se colocó de inmediato en la agenda nacional. ¿En verdad México pondría en práctica leyes tan del medioevo? ¿Qué tan eficiente sería para combatir el crimen? ¿Nuestro sistema penal es tan fuerte, como para proceder de tal forma sin margen de error? ¿O será una ley aplicada a casos específicos? ¿O lo mismo sería cortar la mano a quien desvía miles de millones de pesos del erario, a quien roba con toda alevosía y violencia y a quien roba una manzana por falta de recursos? Pensaríamos que estamos del otro lado, lejos de estas prácticas, pero no es así, al menos eso nos dice ese 26 por ciento de los mexicanos que apoya la propuesta mocha-manos, según la encuesta de El Financiero sobre la percepción de los mexicanos de las propuestas más polémicas de esta campaña.
Un 26 por ciento es una muestra considerable; es una cuarta parte del país que cree en este escarmiento como castigo y prevención del delito. Aunque tiene lógica si lo contrastamos con el 73 por ciento que no cree, que no quiere la amnistía que tanto promete AMLO, propuesta que sus voceros no cesan de aclarar ante la ambigüedad con la que su candidato se refiere a ella. Aunque 44 por ciento de los mexicanos no cree en la interpretación de esta propuesta que hacen fuera de Morena; pero un porcentaje similar, 42 por ciento, sí piensa que se trata de liberar a cualquier delincuente. El país quiere paz y justicia: 56 por ciento está a favor de la pena de muerte, tema en la mesa de la campaña de “El Bronco”. Además hay opiniones sobre temas que nada tienen que ver con la seguridad y justicia, pero, que de igual forma están en la agenda nacional: 60 por ciento de los mexicanos cree que sí debe venderse el avión presidencial, a pesar de que ya se cayó ese argumento -y la posibilidad de venta- de que “no lo tiene ni Trump”, porque éste compró dos y mucho más caros. Un 62 por ciento está a favor de que el próximo presidente viaje en vuelos comerciales, nada de vuelos privados (o mínimo informar de éstos y contratar servicios dentro de la legalidad); pero apenas 36 por ciento de los mexicanos consultados está de acuerdo con la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
¿Y la revocación de mandato? Uy, pues seis de cada diez está de acuerdo que se consulte cada dos años, con todo y sus riesgos. En esta consulta también se incluyó el tema de la expropiación de empresas, expresada por Paco Ignacio Taibo II -militante de AMLO más no parte de su campaña– y para mala suerte del escritor, su idea solo es respaldada por 3 de cada diez; aunque no debemos resaltar que también es un porcentaje considerable.
El primer debate cumplió con su objetivo: darle al electorado herramientas para formarse una opinión respecto a quienes buscan su voto y sobre lo que proponen y declaran. La mitad de los encuestados piensa que Ricardo Anaya usó datos falsos para atacar a sus rivales, por ejemplo. Un 45 por ciento cree que AMLO sí es dueño de los tres departamentos a los que se refirió Meade. Tres que ahora son dos, una investigación de El Universal reporta que los dos departamentos en Copilco ya son uno solo, pues fueron remodelados; también documentan, con testimonios de vecinos de Odontología 57, que uno de sus hijos vive ahí y es visitado regularmente por el tabasqueño. Y respecto al tema de los últimos días, y que ha confrontado al Frente con AMLO y a éste con los empresarios: 33 por ciento cree que es cierto que Meade podría declinar en favor de Anaya.
Un estudio revelador, porque mientras los candidatos se pelean el voto, poco reparan en analizar el alcance de sus propuestas. Algunas de ellas son recibidas por su militancia como parte del apoyo incondicional, pero no piensan en que éstas serían la realidad para un país entero con la victoria del candidato que las propone. Vale la pena analizarlo, porque es también una manera de garantizar un clima de gobernabilidad, no deben ser solo estrategias de campaña.

X