Opinion

Corredor seguro para mujeres

Verónica González/
Analista

2018-04-30

Las ciudades se han convertido en los grandes centros económicos, políticos, financieros y culturales del siglo XXI. Gracias a la rápida urbanización de los últimos años y a una reducción en el protagonismo de los Estado-Nación, las ciudades han surgido con renovada fuerza, enfocadas en buscar soluciones innovadoras a problemáticas comunes. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 80 por ciento de la población de América Latina y el Caribe reside en ciudades grandes, intermedias y pequeñas, lo que convierte a la región la zona más urbanizada del mundo.*
Urbes tan importantes como Bogotá, Ciudad de México o Río de Janeiro han emprendido una serie de acciones con el objetivo de combatir problemas de movilidad, seguridad o cambio climático, posicionando el “derecho a la ciudad” y el aumento de la resiliencia urbana como elementos fundamentales de sus estrategias.
No obstante, resulta importante mencionar que los centros urbanos intermedios y pequeños también están participando activamente en el incremento de la resiliencia de su población, especialmente ante escenarios de marcada incertidumbre social, política o económica, como los que enfrenta Latinoamérica. Estas ciudades están buscando formas de sobrevivir, adaptarse y crecer independiente de las tensiones crónicas o impactos agudos que experimenten.
Un claro ejemplo de esta dinámica es Ciudad Juárez, ubicada en la frontera entre México y Estados Unidos. Juárez es una ciudad que se ha caracterizado por ser uno de los principales centros maquiladores del país, así como punto de referencia en la relación bilateral al ser una de las ciudades transfronterizas más importantes de México. Conscientes del enorme potencial que representa el corredor industrial entre ambos países, Ciudad Juárez se ha dedicado a buscar la forma de convertirse en un ejemplo en materia de desarrollo económico y social, así como de resiliencia.
En ese sentido, Juárez atendió a la convocatoria de 100 Ciudades Resilientes (100CR), iniciativa patrocinada por la Fundación Rockefeller, cuya misión es ayudar a ciudades del mundo a volverse más resilientes frente a problemas sociales, económicos, o naturales; así como apoyar a poblaciones de escasos recursos en alianza con los sectores público, privado y organizaciones gubernamentales. Ciudad Juárez ingresó a la red en 2014, siendo una de las ciudades seleccionadas en México junto con la ciudad de Colima y la Ciudad de México.
A través de su Oficina de Resiliencia, Juárez ha impulsado una serie de acciones enfocadas en recuperar espacios públicos en deterioro, con la intención de fomentar la participación ciudadana, mejorar las condiciones de seguridad y, principalmente, fortalecer el tejido social con una perspectiva de género. Ejemplo de ello es la rehabilitación de la Plaza Juan Gabriel, proyecto que incorporará elementos de resiliencia urbana y alternativas arquitectónicas y ambientales innovadoras.
En ese sentido, los gobiernos estatal y municipal, de la mano con organizaciones de la sociedad civil, también trabajan en el proyecto “Corredor Seguro para Mujeres”, espacio instalado en el Centro Histórico que ofrecerá atención psicológica, servicio jurídico y protección a niñas y mujeres juarenses.
Para ofrecer mejores herramientas de seguridad, el Corredor contará con 15 botones de pánico que funcionarán con WiFi, conectividad eléctrica y cámara de vigilancia. Estos botones de pánico estarán ubicados en puntos estratégicos seleccionados a partir de una encuesta de percepción de seguridad que aplicó el Instituto Municipal de las Mujeres en la zona. También se instalarán dos pantallas informativas y un foro al aire libre para beneficio de la ciudadanía.
¿Por qué es tan importante vincular el desarrollo urbano con el social? Porque además de que existe un enorme potencial para impulsar infraestructura con un impacto positivo en la economía local, la intervención física y social en zonas de deterioro consolidará el tejido urbano, ayudará a reducir los índices de inseguridad y, con un poco de suerte, ayudará a romper los círculos de violencia.
Las iniciativas de recuperación de espacios públicos representan una oportunidad a la que todos pueden acceder y que todos tienen el derecho de disfrutar. Sin embargo, estos proyectos requieren de una efectiva articulación entre Gobierno, iniciativa privada y sociedad civil. Además, no solo basta con reconstruir una plaza o realizar una inversión millonaria. Es necesario que el esfuerzo sea permanente, y que las autoridades municipales encargadas de realizar la tarea de mantenimiento se apoyen de los vecinos y ciudadanos de la zona.
Al final del día, los espacios públicos son un derecho y obligación de todos y todas.

* Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “Vivienda y desarrollo urbano”, Blog del BID, disponible en: https://www.iadb.org/es/vivienda-y-desarrollo-urbano

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