Opinion

El junior que evidencia la corrupción corralista

LA COLUMNA
de El Diario

2018-04-29

• En el Municipio ni tanto que queme al santo
• Por tercera ocasión intenta diputación

Una más del Jr. Carlos Borruel Macías. El mismo que fue detenido en 2012  con una camioneta robada en Puebla, que protagonizó en 2014 una pelea en un bar de la Ciudad de México con el priista Christopher Barousse y que en 2017 fuera grabado insultando y golpeando junto a su papá, Carlos Borruel Baquera a un hombre.
Con múltiples fotos de armas, autos de lujo, yates y viajes por el mundo y siempre defendido por su papá, exalcalde de Chihuahua y actual mandamás en la Comisión Estatal de Vivienda, el junior cometió la peregrina gracia de chocar un McLaren en el Periférico de la Juventud, huir del lugar, jalar hilos y charolear de manera que no fuera ni detenido ni puesto en custodia su millonario juguetito.
Quien lo ayudó fue Gustavo Borruel Baquera, su tío y funcionario de tránsito medio pelo.
En enero publicamos en La Columna los excesos del junior, entre los que se incluían cuatro autos de lujo valuados en millones de pesos. Salieron a su defensa entonces varios de sus amigos para decir que se lo había ganado todo con su esfuerzo.
“Vaya red corrupta y corruptora, en palabras del Góber, la que se desplegó para ocultar el escándalo de la banda del carro rojo. La casa de los Borruel, los nuevos magnates de Chihuahua, exhibió el verdadero rostro del panismo actual”, nos cuenta un bien enterado de la situación.
Carlos Eduardo Borruel Macías es dueño del call center Caredbo (ingenioso resultó, ni duda cabe), dedicado al negocio de comprar carteras vencidas y acosar a los deudores y de ofrecer créditos bancarios. De ese negocito, justifica su entorno, sale para los millonarios autos.
De acuerdo con las versiones que circularon, la Policía Vial chihuahuita dijo que el junior no iba manejando, sino un tal Luis Alberto Reyes León, a la sazón, socio en Caredbo de Borruel.
Bueno para la presunción, el muchacho de Borruel Baquera no salió igual para afrontar su responsabilidad; dejó en plena avenida a la mujer que lo acompañaba, todo un modelo de caballero.
Vaya descuido en una familia hecha al amparo del servicio público -Leticia Borruel Macías es regidora del PAN en Chihuahua, en Tránsito de Chihuahua trabaja, además de Gustavo, otro hermano Carlos el patriarca, Jesús Alfredo Borruel Baquera-, a partir del que se ha desbordado su fortuna. Tenemos en la columna las fotos de los lujazos que se dan los hijos Diana y Carlitos.

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Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre, de nada sirvieron los cursos y capacitaciones dadas por los funcionarios electorales sobre lo que sí y lo que no pueden hacer los servidores públicos durante la veda electoral y lo que significan los actos anticipados de campaña.
Unos extreman precauciones como la oficina de Comunicación Social del Municipio desde donde salió la orden de la vocera Mónica Luévano de no decir ni pío para no caer en irregularidades.
Aunque el alcalde Armando Cabada ha sido cauto en las declaraciones, no llegó al extremo de Luévano que mandó decir a los funcionarios que, nada, ni una palabra sobre ningún tema a nadie.
La orden ha hecho mella en varios encargados de temas como predial, multas, tránsito, policía y demás, que no ven manera de informar en temas necesarios sin sortear el probable regaño de la vocera.

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El otro lado de la moneda son los funcionarios del Gobierno estatal que, envueltos en la bandera de los derechos político ciudadanos, andan promoviendo al PAN y a sus candidatos.
El problema con los panistas es que han llegado al extremo de llevar al exrepresentante del gobernador Javier Corral y candidato a la Alcaldía Ramón Galindo, a pararse en los cruceros con banderas del PAN.
Huele a pollo, sabe a pollo, pero no, los panistas insisten en que promover a su candidato ante los peatones y conductores de Ciudad Juárez con bandera del partido que lo postula no son actos anticipados de campaña.
Ni la burla perdonan los del nuevo amanecer que creen que con actos así lograrán que la ciudadanía evalúe positivo el impacto que su gobierno ha tenido en la ciudad y les dé el voto.

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Vaya personaje el que obtuvo la confianza del equipo independiente para contender por la diputación del distrito local 3, Abraham Misraim Monárez Pérez.
Desde inicios de 2017, Monárez buscó por todos los medios una candidatura -aunque entonces en el distrito 5 local- en el Partido Encuentro Social.
No le valió ni el dinero ni la presunción de contar con el respaldo de ciertos referentes ciudadanos en la ciudad. Lo batearon, le dejaron totalmente fuera de las postulaciones incluso antes de que se decidiera la alianza del PES con Morena y PT.
Monárez tocó varias puertas e intentó chantajear a su partido, en el que tenía militancia activa, con la amenaza de destapar los malos manejos de los recursos y el nepotismo. Tampoco ello funcionó.
Fue entonces que el aspirante decidió acercarse al equipo de independientes que confió en él para la postulación, aunque ya del distrito 3.
Se cayó la candidatura porque Encuentro Social dijo que, al haber renunciado a su militancia en diciembre, Monárez no calificaba para ser independiente. Las autoridades electorales determinaron la validez del argumento y le quitaron la nominación. Ahora el asunto está en tribunales y de momento ya tardó más que el asunto del otro independiente bajado, Pablo Arana, quien sí estará en la boleta.
Ya en la elección de 2016 había intentado ser diputado independiente y no lo logró. Aunque ahora consiga superar la impugnación del PES a través de un juicio, en el equipo independiente saben que no fue la mejor carta y lo ven con suspicacia… llama la atención tanta insistencia por una curul.

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