Opinion

¿Devoto o de voto?

Carlos Irigoyen/
Analista

2018-04-26

Tarde-noche de domingo, los juarenses nos aprestamos a ver las propuestas que presentarían los candidatos a presidente de la República, la ocasión lo ameritó, la reunión para escuchar de forma atenta el primer encuentro entre los cinco personajes que quieren ser los máximos dirigentes de nuestra nación.
Tras la reunión en el Monumento a Benito Juárez, la expectativa en torno al candidato del frente izquierdista era alta; en alguna forma el morbo estaba presente al hacer remembranza de los arrebatos ya conocidos del candidato en los dos últimos periodos. Aquí en Juárez arengó con propuestas sonoras referentes a las condiciones de frontera, los requisitos que debe de llevar nuestra ciudad para aumentar su competitividad, ensalzó la historia de nuestra ciudad en el contexto nacional. Recordó las condiciones que vive Juárez en torno a las desigualdades sociales, políticas y económicas; condenó enérgicamente la pérdida del poder adquisitivo: “Van a ganar más: los maestros, las enfermeras, los médicos, los policías, los soldados, los marinos, va a aumentar el salario de los trabajadores, van a aumentar el jornal de los campesinos”. Para la zona fronteriza giró cinco puntos: recorrer las aduanas al sur, zonas francas e ISR a 20 por ciento, IVA de 8 por ciento, reducción del IEPS y a partir del de enero, incrementar al doble los sueldos de quienes trabajamos en la frontera; debatibles a todas luces estos anuncios a la frontera; lo que no se puede negar es que vino y lo dijo en su arranque proselitista. Las reacciones a la diatriba lopezobradorista fue como su esencia, polémica y polarizantes; hay quienes creen con toda su fe que sí se puede, hay quienes lo ven con recelo, resentimiento, escepticismo y hasta sorna; ese es el valor agregado de la propuesta de AMLO, una proposición que no admite medias tintas porque se aprecian claroscuros. El número de asistentes es asunto aún de debate, lo que importa es que hubo una crecida de músculo impresionante por parte de una asociación política que era enclenque y escuálida en anteriores procesos aquí en la frontera.
Y a mediados de abril llegó el llamado “Chico maravilla” de la política; de Querétaro con amor para nivel nacional, Ricardo Anaya. Llamó la atención que el tráfico de la Tomás Fernández fue adornado por los camioncitos publicitarios, más no por la escandalera propia de estar recibiendo a una de las cartas fuertes de la política nacional, personaje que está en el ojo del huracán pero que aquí en Juárez encontró un oasis; la tranquilidad del momento lo hizo sentirse cómodo en nuestra frontera. Al día siguiente, el desayuno con Javier Corral allá por la Mejía fue de lo más destacado de la prensa, sin detalles y sin aspavientos como los que vivieron en sus tiempos de contrincantes por la silla máxima del panismo nacional; hoy están claramente definidos los roles de cada uno y tienen objetivos sumamente diferentes; por más que Corral avale la candidatura en los spots, la imagen de ambos está atrapada en la combatividad. Su retórica fue simple, apoyo a las mujeres, jóvenes, trato justo a nuestra ciudad y ataque frontal a la corrupción; para complementar la cantaleta de mucho tiempo, no permitir que el PRI regrese a Los Pinos. Si ese fuera el objetivo… pero no lo es, hay que explicarle al caballero que hay 54 millones de mexicanos en pobreza extrema que no perciben la solución en hacer que el PRI no regrese.
Nos falta por ver la visita de Meade, Zavala y “El Bronco”.
El domingo fue una probadita de la política de altura y quizá podamos empezar a ver de qué hablarán aquí en la ciudad los candidatos. ¿Querrán congratularse con la ciudadanía juarense o de verdad vendrán a hablar de su propuesta y cómo funcionará para la frontera? Como sociedad deberíamos de exigir la apertura de espacios de comunicación para interactuar con los candidatos y cuestionarlos, verificar el grado de reconocimiento de la problemática fronteriza, de la importancia que tenemos en estos lugares, pero sobre todo que se lleven una fotografía fidedigna de la realidad juarense; en ocasiones feliz, en otras triste y en muchas dolorosa.
Juárez está harta de escuchar la misma melodía desgastada y trillada, nuestra ciudad es la puerta latinoamericana, es la entrada del comercio con Estados Unidos.
El futuro electoral va a firmar el futuro económico y social de nuestra ciudad, ahí la importancia de escuchar bien, de reflexionar, de no dejarse engatusar por el canto de las sirenas y sí poder tener el valor civil de decidir de forma libre y consciente, además ya se están cocinando también los puestos de elección local, sin duda un verano ardiente.

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