Opinion

La lucha magisterial

Sixto Duarte/
Analista

2018-04-23

Los sindicatos magisteriales siempre han sido organizaciones polémicas ante la opinión pública. Por muchos años, se les estimó un brazo electoral del sistema, por la activa participación política de sus líderes.
Personajes como Carlos Jonguitud Barrios, mentor de Elba Esther, y la misma maestra, fueron figuras que en su momento formaron parte del sistema. Su caída se debió precisamente a que llegaron a creer que podían retar al propio sistema del cual emanaron.
Durante los 12 años de gobiernos panistas, éstos crearon una serie de mitos para no actuar cuando los problemas crecían. Un ejemplo es Joaquín Guzmán Loera. El gobierno de Calderón siempre habló de la dificultad de capturarlo, pues tenía varios anillos de seguridad, lo que complicaba su arresto.
Elba Esther tuvo también su propia leyenda. Siempre se dijo que era imposible ponerle una mano encima, pues el panismo siempre expresó que no se le podía hacer nada, pues el sindicato más grande de Latinoamérica se levantaría a defender a su líder.
El gobierno de Peña la terminó encerrando, y a su vez capturando a “El Chapo”. Se demostró que cuando el Estado quiere actuar, es contundente.
Si bien Elba Esther fue una creación del gobierno de Salinas, la realidad de las cosas es que quienes más concesiones le dieron fueron los gobiernos panistas. Fox le entregó la Secretaría de Educación, y Calderón le dio el ISSSTE, Lotería Nacional, entre otras posiciones. Resulta absurdo que los panistas ahora señalen sus antecedentes en el PRI, cuando fueron sus gobiernos quienes más la hicieron crecer.
Los excesos cometidos por ella, fueron mermando el prestigio del sindicato. Al momento de ser depuesta, el sindicato recuperó algo del prestigio perdido.
Por otro lado, parte de la imagen negativa con que cargan los sindicatos magisteriales, son las tomas de carreteras, manifestaciones, plantones y todo género de expresiones que se dan, especialmente en estados como Oaxaca y Guerrero. Muchas veces la razón les asiste, muchas otras no.
A pesar de los excesos de la maestra, y de los varios señalamientos a los líderes en los estados, no podemos dejar de advertir que la función originaria de los sindicatos es una función noble. El defender los derechos y conquistas laborales de los trabajadores, en especial aquellos que corresponden a quienes trabajan con el futuro, es una labor loable.
Todo esto viene a colación por el conflicto entre la Sección 42 del SNTE, con el gobierno de Chihuahua. En días recientes, el Sindicato convocó a paro de labores porque el gobierno ha incumplido a los maestros varios acuerdos. El más notorio es que mantienen sin pago a casi 200 maestros desde hace más de un año. No hay ningún señalamiento tipo Gordillo en Chihuahua. Los maestros solo piden se les pague.
La respuesta del gobierno, en voz del secretario de Educación fue frívola y poco solidaria: “Son nada más 175 maestros”. Como buen empresario, Pablo Cuarón atendió a los números. Creyó que el problema no era para tanto, pues qué tanto es que 175 familias no tengan sustento desde hace un año. Quisiera ver cuál sería su reacción como empresario si un cliente tardara un año en pagarle lo que le adeudara a su ferretería. A lo mejor es momento de ir a pedirle fiado a su empresa, al cabo qué tanto son 10 bultos de cemento al paso de un año.
En lo personal creo que Pablo Cuarón es una persona de bien, a diferencia de muchos de sus compañeros de gabinete. Pero eso no es suficiente para ocupar la alta responsabilidad que tiene. No ha mostrado capacidad de maniobra en este conflicto. Creo que esto se debe a la repulsión que le causa a Corral el término ‘negociar’.
Corral se había tardado en mencionar a César Duarte en el tema. Dijo que a Duarte nunca le habían protestado. Si Duarte incumplió a los maestros, estuvo mal. Si Corral lo hace, también está mal. Es así de simple.
Chihuahua hoy se equipara a Oaxaca o a Guerrero en términos magisteriales. Basta pasar por la avenida Lincoln de Juárez para ver el enorme plantón que tienen los maestros afuera de las oficinas de Gobierno. No recuerdo que esto hubiera sucedido en nuestra ciudad en muchos años.
La respuesta del gobierno, será la misma que adopta cuando Corral está acorralado: represión. Los maestros deben esperar ser desalojados por la fuerza, o incluso detenidos. Campesinos del noroeste del estado pueden dar testimonio de ello. La negociación no es algo que este gobierno contemple; prefieren la política del garrotazo. El único que tiene derecho a marchar y protestar en el estado es el gobernador Corral y su séquito.

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