Opinion

Cannabis: tema de debate entre presidenciables

Daniela González Lara/
Escritora

2018-04-20

Lento pero a paso firme ha ido avanzando el polémico tema de la legalización del cannabis en nuestro país, mismo que a lo largo de su historia ha criminalizado el uso y cultivo de la planta, hoy la realidad es que desde hace aproximadamente tres años pareciera que finalmente México comienza a hablar con hechos serios sobre un tema al que mucho se ha evitado enfrentar, que es el del uso y cultivo regulado para ser utilizado con fines medicinales o recreativos.
En 2015, sucedió lo que por mucho tiempo parecía imposible de concebir, la Suprema Corte de Justicia de la Nación autorizó el uso y cultivo de mariguana con fines de autoconsumo y recreativo a cuatro personas que así se lo solicitaron y nuevamente, en abril de 2018, otorgó a un particular el amparo y protección de la justicia para que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) otorgara el permiso para estos fines. Lo anterior es importante ponerlo en mesa de análisis, ya que mis colegas juristas sabrán que restarían otros tres casos similares a los señalados, para que el máximo tribunal del país dicte jurisprudencia, lo que significaría abrir la puerta a la aplicación general de la misma sentencia en temas como siembra, cultivo, cosecha, preparación, posesión y consumo de mariguana para los ciudadanos y ciudadanas de este país.
El anterior comentario toma mayor relevancia porque actualmente se encuentra en revisión por las instituciones sanitarias el reglamento donde, después de haber sido aprobadas por la Cámara de Diputados en abril de 2017 las reformas que permitirán el uso medicinal y científico de la mariguana, se facultó a la Secretaría de Salud para diseñar y ejecutar políticas públicas que regulen el uso de los derivados farmacológicos de la cannabis sativa. Si bien es cierto que dicho reglamento no ha sido publicado en el Diario Oficial de la Federación, de antemano sabemos que deberá tomar en cuenta la producción nacional pues es un tema en el que ciertamente México no querrá quedarse fuera, pues el mercado de medicamentos en este país es de aproximadamente 200 mil millones de pesos al año, entre otros beneficios que pudiera ofrecer la aplicación efectiva de la reforma.
En Juárez, la natural vecindad con Estados Unidos, nos exige promover el debate de tan importante tema, pues en varios estados de la Unión Americana la permisión de su uso ya es una realidad, lo que nos obliga a los mexicanos de este lado del Río Bravo a participar con seriedad y altura en un tópico que aún es tabú para un amplio sector poblacional.
Sin embargo, para el activismo procannabico no todo es miel sobre hojuelas, ya que dicho documento corre el riesgo de “dormir el sueño de los justos”, pues como bien sabemos, México se encuentra en una transición gubernamental en la que una iniciativa tan polémica podría resultar en una factura muy alta por pagar para los actuales actores políticos que no pretenden arriesgar los resultados electorales o peor aún, enfrentarnos a un escenario en el que por ambicionar el delineado de una política pública tan moderna, esta sea rechazada por la sociedad mexicana sin comprender las bondades de la propuesta. Recordemos que en el 2016 el presidente Enrique Peña Nieto en un afán de socializar el tema de la multicitada política presentó una iniciativa ante el Congreso para aumentar el porte legal mínimo de 5 a 28 gramos y esta no fue aprobada, es decir, también existe un amplio margen de la población que tiene interés en que el tema se quede “congelado”.
Por ello se vislumbra la necesidad de una campaña que reeduque a las familias mexicanas en el tema de la planta, pues la han criminalizado por tanto tiempo que hoy debemos orientar, informar y también prevenir sobre los efectos benéficos y perjudiciales de la misma, pero sobre todo, incentivar el desarrollo científico de su estudio y generar foros públicos donde la ciudadanía se forme un criterio propio alrededor de información cierta, un diálogo sin complejos ni tapujos, un auténtico foro donde se hable con interés y amor al país; un debate integral donde todos los sectores participen, pero que más allá de eso, se aporte a la construcción de una plataforma idónea en la que converjan las ideas suficientes para dar el siguiente gran paso de una sociedad que merece ser educada y que nunca más se mantenga la política del prohibicionismo sin fomento educativo alguno. Gracias por leer, yo soy Daniela González Lara.

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