Opinion

Termina con su carrera en escala por dogos

LA COLUMNA
de El Diario

2018-04-11

• Pablo González es triunfo del duartismo
• ¿Aflojará ‘La Coneja’? ¿Aflojará Piñera?
• Encerrona por caso Loera


La guardia en momentos de guerra no se baja ni por necesidad de letrina. Errores de infantes o de tremendamente ingenuos los cometidos por alguien que ha preferido el político como modo de vida, el síndico Aarón Yáñez Limas. Vulnerabilidad total.
Puso el priista el último clavo al ataúd de su carrera ayer por la madrugada tras prolongar una cena acompañada de bebidas alcohólicas y hacer una escala en los dogos Monster (Tecnológico y de La Raza) de trayecto a su residencia. Pasaba la una de la mañana.
Incluso la suerte deberá indignarse si a ella lanza sus maldiciones Yáñez por lo ocurrido. Solito se metió en el impresionante lío sin consultar a la exculpada fortuna. A la salida de los dogos chocó dos moto-biker estacionadas en el lugar. En el intento de huida arrastró a un policía municipal, fue perseguido hasta cerca del domicilio de sus padres, donde fue arrestado por policías estatales.
A la hora de la revisión dos sorpresas más: el vehículo tripulado pertenece a la Presidencia Municipal y en la cajuela cargaba 200 mil pesos en billetes de 500. ¿Entregados para alguna campaña electoral? Muy probablemente.
Increíble la falta de cuidado y sensatez por parte de Yáñez. Además de la tragedia irreparable que pudo provocar, sus circunstancias no daban para lujos como beber, conducir solo, en vehículo oficial, chocar, tratar de huir, y portando en la cajuela esa cantidad de dinero de la que muchas explicaciones debe dar.
El síndico enfrenta graves problemas familiares (demandas de por medio) y circunstancias políticas de enorme desventaja tanto frente a los opositores de su partido (PRI) como hacia el interior del mismo Revolucionario Institucional.
La lógica elemental le ordenaba ir de su casa al trabajo y del trabajo a su casa. Enemigos por todas partes, algunos obligados, otros innecesarios. Siempre supieron ellos que sería él su propio verdugo. Le atinaron.
Mal fin para Yáñez y algunas personas de su equipo y padrinos que alguna vez pensaron en la gubernatura... de paso por la Alcaldía.

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Pablo Héctor González es un triunfo del duartismo en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. Si partimos de su filia con el gobernador, Javier Corral, es exagerada la afirmación. Si analizamos requisitos y condicionantes surgidas en el tránsito de su designación, es justo la definición.
González debió cabildear y ganarse ampliamente a un bloque de nueve magistrados (30 en total) surgidos del duartismo que, entrados en gastos, y en abierta confrontación con el titular del Poder Ejecutivo, estuvieron dispuestos a seguir el pleito hasta sus últimas consecuencias. Nada podían esperar tras la expulsión de dos de ellos del Poder Judicial que luego fueron reinstalados a la fuerza (legal) por magistrados federales.
González obtuvo la unanimidad de 30 votos a cambio de modificar por completo actitud y conductas que tuvo su antecesor, Julio César Jiménez Castro, todas de completa subordinación a quien le obsequió la presidencia, Javier Corral.
El nuevo presidente del Poder Judicial en Chihuahua “no será la voz del gobernador en el Tribunal... Ha demostrado que tiene dignidad y se frena por sí mismo... además, tiene mucho qué arriesgar”, dijo uno de los magistrados duartistas que dio su voto a González. Se nota muy seguro. Veremos muy pronto la realidad.
Por lo pronto deben regresar con urgencia a Luz Estela Castro a su función. Ella anda concentrada en la convocatoria para el mitin electoral que presidirá el gobernador Corral el domingo contra la Presidencia de la República (foto en la versión digital de La Columna).

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En ese contexto tenemos justamente la presencia del porfiado Consejo de la Judicatura, compuesto por solo cinco magistrados, pero con facultades plenipotenciarias sobre la totalidad del Poder Judicial chihuahuense hasta que llegó su majestad la Suprema Corte de Justicia de la Nación y le acotó facultades sustancialmente.
Ahí entra también el nuevo presidente, Pablo Héctor González. Básicamente quien se había convertido en presidenta del Tribunal era la magistrada integrante de la Judicatura, Luz Estela Castro, tutora del gobernador Corral. La clásica del chilar y huerto le quedó corta. Manejó presupuestos, castigó jueces, sancionó magistrados, también expulsó magistrados. Todo de todo.
Hoy la magistrada y su Judicatura dependerán del pleno del Tribunal de Justicia. Ahí los 30 togados y togadas decidirán presupuestos, designaciones de jueces, nombramiento de personal directivo, etc., etc.
Ese deberá ser el nuevo panorama en el Poder Judicial, un reto interesante para su nuevo titular, habida cuenta que el dueño de Chihuahua, de vidas y haciendas, continúa siendo Javier Corral.

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El decano de la nómina universitaria en la Autónoma de Ciudad Juárez, Rubén Lau Rojo, entró en pánico. Ayer tuvo larga encerrona en el Centro Cultural de las Fronteras con su director, Ramón Chavira.
Clama Lau a Chavira para que disuada a Manuel Loera de no ir por la Rectoría de la máxima casa de estudios porque hay un acuerdo pactado entre las distintas fuerzas internas de la universidad con la candidatura del doc, Ernesto Morán.
Chavira, igual que otros activistas de la UACJ, es de la izquierda conocida como rabanito. Es con la que presumiblemente ha hecho grupo Loera para disputar la Rectoría a Morán y a quien se ponga enfrente porque su apuesta ha sido colocada en el eventual triunfo presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
Lau, a la vez director del Colegio de Chihuahua, también cojea del mismo pie político-ideológico, pero ya está comprometido con Morán y de ninguna manera quiere colocar en riesgo lo blanco de su legumbre ante la posible duda de su lealtad a ese proyecto Morán-Palacio de Gobierno. Sufre.

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Aflojar o no aflojar. Esa es la cuestión. Bajo esa erudición política estilo Carmelita Salinas o Donald Trump, el gobernador Javier Corral mantiene en su cárcel al priista, Alejandro “La Coneja” Gutiérrez. El presidente Peña teme “que la cárcel afloje” al detenido y comprometan sus confesiones al primer priista de la nación. Por ello, repite y repite, se lo quieren llevar a una cárcel federal. Corral tampoco suelta a la Federación el expediente sobre el asesinato de Miroslava Breach, en el que están inmiscuidos altos panistas muy cercanos a él. ¿Teme que aflojen? Toda una pieza de teatro montada por Palacio donde lo menos que hay es justicia. Un juego de albur negro, donde los derechos humanos salen sobrando.
 

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