Opinion

Solito se puso en la cruz; dijo, 'se me chispoteó'

LA COLUMNA
de El Diario

2018-04-05

• En Chihuahua ganó Terrazas, no “El Tisca”
• Más faccioso Sergio Madero que Corral


En la sesión pública de ayer en la Suprema Corte de Justicia fue presentado de manera poco decorosa el presidente del Tribunal de Justicia en Chihuahua, Julio César Jiménez Castro, en ese otro expediente que ha convertido en papilla la fatal operación política y jurídica del gobernador, Javier Corral.
Es la controversia constitucional 179/2017 que hemos venido siguiendo más que de cerca. Se dijo a lo largo de la exposición entre los ministros que Jiménez Castro envió memorandos al menos a dos ministros del máximo tribunal del país tratando de explicar que se había inconformado con una parte del decreto de reformas que dieron vida al controvertido Consejo de la Judicatura chihuahuense... ¡Pero no contra todo!
La preocupación del ya muy atribulado Jiménez Castro (destituido de su cargo la semana pasada por la Corte) fue advertir el alcance del proyecto de resolución que presentó ayer el ministro Arturo Zaldívar, y que va mucho más allá de lo impugnado por el Poder Judicial chihuahuense.
Desde Chihuahua, como informó Jiménez Castro en junio pasado, se buscaba restarle a la Judicatura facultades con respecto a la decisión del presupuesto del Poder Judicial o a su poder de suspender o remover magistrados, entre otros temas, todos violatorios a la independencia judicial y la división de poderes.
Pero “no era la intención de ese Tribunal de Justicia” poner en tela de juicio la composición misma de la actual Judicatura y menos la forma en la que fue nombrada, luego de un “decretazo” publicado el 29 de abril.
El mismo decreto que impugnó en la controversia por las “súper facultades” incluyó dos artículos transitorios que acabaron de manera anticipada con la función de los anteriores integrantes (los duartistas).
Pero esos dos preceptos, justamente, han sido los que han llamado la atención por parte del señor ministro a cargo del proyecto para resolver la controversia, Arturo Zaldívar, que empezó la presentación de su proyecto precisando la “extraordinaria gravedad” y el daño generado en Chihuahua a los principios constitucionales de división de poderes e independencia judicial con la publicación del decreto de reformas judiciales del 29 de abril.
De manera destacada. Contundente para su investidura, Zaldívar dijo que son ilegales los artículos transitorios cuatro y cinco del decreto, que ordenaron la remoción de los anteriores integrantes del Consejo de la Judicatura y que, si bien no estuvieron incluidos en la impugnación de Jiménez Castro (y apoyada por el pleno), resultaron abiertamente violatorios para el ponente.
“Dejar firmes y sin analizar estas normas, me parecería de una extraordinaria gravedad, que llegue un nuevo gobierno y separe de sus cargos a todos los integrantes del Consejo de la Judicatura y nombre a otros”, aventó Zaldívar en su introducción.
La falta de estos artículos en la impugnación fue motivo del debate de los ministros. El ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, reveló “como dato informativo” haber recibido “por escrito un escrito de alegatos del presidente del Tribunal Superior de Justicia”, que le explicaba que no habían combatido ciertas parte del decreto “no por ignorancia, sino por no existir voluntad”.
La respuesta de Zaldívar, al final de la sesión, no dejó pasar el “dato informativo”. Con la misma firmeza que lo ha hecho a lo largo de las sesiones sobre las reformas judiciales de Chihuahua, aludió al carácter meramente político de todo lo discutido:
“La obligación de este tribunal pleno es velar por el orden constitucional, no por intereses políticos, o particulares de determinados funcionarios o servidores públicos que vienen representando a un poder”, soltó.
Arremetió como colofón Zaldívar: “Tampoco pueden después venir a decir: fíjate que no quise decir lo que dije, y vienen y presentan un memorando, cerrada la litis, ‘ah se me chispoteó’, pues mala (noticia) venirnos a decir no quise impugnar lo que impugné”.

***
A toro pasado del tortuoso, infartante, proceso de Morena para designar a sus candidatos a las alcaldías de Chihuahua y Juárez, ha brotado información relevante que deja mal parados a dos o tres.
En Chihuahua la encuesta interna no fue ganada por Fernando “El Tisca” Tiscareño; vaya, ni siquiera por Antonio López. La ganó el magnate de aquella ciudad, Enrique Terrazas Seyffert.
La medición de preferencias ordenada por los Morenos siempre tuvo a Terrazas a la cabeza. Yeidckol Polevnsky, ofreció directamente un par de veces la nominación a quien fuera en el 2016 candidato independiente por el mismo cargo.
Terrazas dio muchas vueltas a la petición de la lideresa nacional de Morena y Yeidckol procedió a irse por López, un expanista con cierta popularidad en la capital del estado. Ahí fue donde metió la cola el diablo, mega empresarios de Delicias hicieron alianza con uno de los suyos infiltrado en el equipo de López Obrador, el chihuahuita Miguel González Lardizábal, hasta que consiguieron al increíble acto de “magia”, poner en el número uno al que obtuvo el tercer lugar “El Tisca”. Sí creen que pueden ganar.
En el caso de Juárez, hasta la Ciudad de México voló un propio de políticos juarenses con un folder rebosante de fojas contra Javier González Mocken. Tanta insistencia molestó a Yeidckol que decidió volar “en secreto” a Juárez para adelantar una semana la designación del hoy candidato.
Competía como plan b o z, ya no supimos bien su estatus, el diputado local Pedro Torres. Llegó al aeropuerto sin ser convocado a sabiendas que Mocken podría ser tumbado de la nominación y quedarse él. También eso molestó a la lideresa Morena. Siguió la presión en plenos días santos en Juárez, entregaron la candidatura Mocken pero la oficializaron un día antes del arranque de campaña de López Obrador en esta ciudad.
Fueron intensos y rudos los golpes bajos...

***
En el PAN las cosas se complican seriamente. Toda la razón y el sentido común que debería privar en estos momentos cruciales de las campañas, están totalmente ausentes.
El presidente del comité municipal en Juárez, Sergio Madero, ha convertido el partido en una ínsula de poder más facciosa y excluyente que la de Javier Corral en el Gobierno estatal. Ha hecho cera y pabilo con todos los liderazgos y candidatos de ese partido.
Junto con su equipo cerrado, con Amparo Beltrán a la cabeza, se ha dedicado a fregar tanto a los propios integrantes del municipal como a los enviados del comité estatal para la coordinación de campañas.
Tal es el caso del abogado Joob Quintín Flores. En su calidad de miembro del Comité Directivo Estatal, es el responsable designado para la coordinación de las campañas federales, pero no solo es ignorado olímpicamente por Madero e incondicionales, sino que además hacen todo lo posible por obstaculizar su trabajo.
Los zopilotes de la derrota dan vueltas sobre ese partido.

X